Contra el poder

Revolución en la revolución, en la revolución, en la revolución, etc.

Dejémonos de pendejadas, la revolución está en marcha porque el presidente Chávez conectó con una realidad y partiendo de la Constitución ejecuta un plan, que sin ser el más idóneos para unos pocos; ha dado resultados maravillosos como la desaparición de Acción Democrática, COPEI, MAS y el aborto de proyectos políticos más aberrantes como Primero Justicia y Súmate. El país por primera vez es una pieza fundamental en el tablero de ajedrez mundial y la mano que tiene la pieza se traduce en el pueblo venezolano. Que existieron, existen y existirán funcionarios, aliados, opositores, asesores, incapaces, es una realidad que en el mejor de los casos ha sido analizada sin humildad. Mientras Israel bombardea cuanto se le de la gana en el medio oriente y el gobierno norteamericano apoya tal genocidio por el hambre energética, en Venezuela se descompone con toda su fetidez una oposición que es mostrada con vida sin ética alguna por los medios de comunicación. Súmate, Julio Borges, Teodoro, Manuel Rosales, son sólo la imagen audiovisual de un cadáver al que se le niega cristiana sepultura, con la complicidad de representantes de la iglesia, quizás por aquella cita bíblica de ¡Lázaro levántate y anda!, aunque sea dando tropiezos, pero anda.

Surge entonces la idea de revolución en la revolución, en la revolución, etc. hasta que sea una revolución infinita dentro de la revolución, pero negándose admitir que los deseos no preñan, que las ideas mueven pueblos, pero deben llevarse a tierra. Si nuestras universidades han sufrido la ausencia de inversión durante más de 40 años, el tiempo que va de revolución ¿será suficiente para obtener de las casas de estudios los nuevos profesionales que estén a la altura del ideal revolucionario. ¿Puede, por ejemplo, la Universidad Bolivariana de Venezuela, garantizar la calidad de sus docentes para formar comunicadores sociales con ética y responsabilidad social?.

Marciano en su columna reflexionaba en torno a si el presidente Chávez contaba con un equipo capacitado para la nueva era de la revolución, más su pregunta era la respuesta de que no, no tiene un equipo, ni lo tendrá, porque ese Dream Teen de la administración pública nunca ha existido en la historia de la humanidad. Y si sólo se trata de hacer lo que se pregona, entonces las buenas ideas por muy revolucionarias que éstas sean, deben ir acompañadas de acciones. El estado debe mejorar los mecanismos de fiscalización, el seguimiento de los planes y proyectos. Resulta riesgoso que un Ministro de Infraestructura debe abandonar su buena gestión para corregir la mala gestión en el Ministerio de Viviendas. Hoy por ejemplo, cuando Israel bombardea el Líbano, revive el sabor amargo del conflicto entre la ex presidenta de VTV y el conductor de Dossier, pues ninguno de los dos demostró la humildad para reconocer lo que en realidad era importante. Incluso la Hojilla, programa que paradójicamente es la mejor estrategia comunicacional del gobierno, también pasó por las discusiones malcriadas de sus conductores. El que trabaja lo demuestra con acciones, mientras que al delator se le paga con desprecio, al murmurador se le acaba cayendo la lengua y al adulador se le premia con una despectiva palmada en la espalda.

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David Javier Medina


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