El socialismo y la situación actual de Venezuela

Pensamos, porque el tema del socialismo ha tenido una incidencia estelar y protagónica en lo que ha estado ocurriendo en los últimos tiempos en el país, que es necesario un debate nacional que permita aclarar, en la medida de los posible, en qué consiste este sistema, cómo surge y cuales son sus principales características, por lo menos en cuanto a lo económico se refiere. Y lo primero que habría que decir es que el socialismo es el producto de una necesidad histórica, completamente independiente de la voluntad de las personas. Es decir, que no surge porque un iluminado se despierte por la mañana y diga, para romper la rutina: "carajo, voy a construir el socialismo". Como lo hizo Chávez. A Chávez la idea de construir el socialismo en Venezuela se le ocurrió en un viaje de regreso al país. Es decir, que fue una ocurrencia, porque fue concebida sin más discusión, sin más análisis, sin más estudio y sin más nada. De manera que no fue el producto de una reflexión muy profunda lo que lo llevó a poner en práctica esa idea, sino su voluntad personal de hacerlo.

Fatal decisión, porque además de los costosos disparates que a su nombre se han venido cometiendo y que nos han conducido a la peor crisis que jamás haya sufrido el país en toda su historia, fue como echarle un balde de agua fría a las esperanzas que en en muchos pueblos del mundo, y particularmente a los de Europa y los Estados Unidos, había despertado el chavismo. Estos pueblos, desaparecida la Unión Soviética, entraron en una situación de completo escepticismo en relación con la posibilidad de ver un cambio significativo en sus vidas. Llegaron a pensar incluso que estaban fatalmente condenados por siempre a ser víctimas irredentas de los poderosos, actitud que fue reforzada, hay que decirlo, por "El fin de la Historia, de Francis Fukuyama.

Por eso, el alborozo fue inmenso cuando Chávez irrumpe en el escenario político y empieza a hablar -no sé si se recuerda-, de una tercera vía y del árbol de las tres raíces. El entusiasmo, como dijimos, fue general, pues se pensó que por fin se había encontrado un sistema capaz no sólo de reemplazar a los tradicionales, o sea, al socialismo y al neo-liberalimo -el uno fracasado y el otro francamente inhumano-, sino también garantizar el bienestar general de los pueblos sin sacrificar la libertad. A partir de allí, en la medida que crecía ese entusiasmo, crecía simultáneamente también el deseo de visitar la cuna donde se había producido ese extraordinario parto histórico. Había surgido, sin duda alguna, una esperanza. Y fue debido a esto que Caracas se convirtió en una especie de Meca al que todos, tanto los que se creían beneficiados con esta nueva propuesta política como los que la adversaban, querían conocer.

Y fue debido a esto que se produjo una verdadera romería de personas de las más distintas nacionalidades que, atraídas por la buena nueva, visitaban nuestra capital. Siendo el mayor flujo de ellas , quizás por la cercanía, las que provenían de los Estados Unidos . De allí vinieron personas desde la más humilde condición social, indígenas, maestros, dirigentes comunales, entre otras, que para poder venir a Venezuela, se habían inscritos en planes turísticos expresamente organizados para viajar a nuestro país.. Pero además de estos visitantes, también vinieron afamados artistas de cine, sociologos, historiadores, empresarios, políticos. Entre esas personas estuvieron dos muy importantes . En realidad, todas lo fueron, sólo que éstas se destacaron más. Una de ellas fue Eva Golinger, quien, como se sabe, tuvo un papel muy importante en la defensa del país, pues logró desclasificar documentos que pusieron al descubierto los planes agresivos del imperialismo contra Venezuela. Ella podrá decir si vino a nuestro país por motivos turísticos, o por haber sido atraída por ese fenómeno político conocido como chavismo. El otro personaje fue un miembro de una familia ligada a los altos círculos de la política norteamericana. De hecho, uno de sus integrantes. J.F. Kennedy, como se sabe, fue presidente de ese país. Este primo del Presidente se apareció con un grupo bastante numeroso de personas que se desparramaron con sus cámaras fotográfcas y sus grabadoras pos los distnitos lugres de Caracas. Y hasta Romero Anselmi, para el momento presidente de VTV, le hizo una entrevista en ese canal. De manera, que la expectativa despertada por la revolución encabezada por el líder del 4F abarcó, sin exagerar, los cinco continentes.

Así anduvieron las cosas hasta que un día un misil, con una poderosa carga explosiva, impacta el globo cargado de sueños y esperanzas de los pueblos del mundo y lo hace añicos. El presidente Chávez había declarado socialista su proyecto político. El desaliento y la frustración se apoderaron de inmediato en quienes habían visto en ese proyecto una opción novedosa que los liberaría del yugo de los poderosos. ¡Ah!, más de lo mismo, se dijeron no sin amargura, y los viajes y romerías, las oleadas humanas hacia nuestro país se detuvieron casi instantáneamente. Caracas había dejado de ser, en cuestión de minutos, el faro que atraía la esperanzada atención de más de media humanidad.

Y no les faltaba razón, porque con excepción de la Unión Soviética, donde quiera que se ha intentado "construir" el socialismo éste ha terminado, como era inevitable que ocurriera, en un rotundo y decepcionante fracaso. Entre otras razones, porque los gobernantes que lo han intentado ignoraban en qué consistía ese sistema. Habían creído, sobreestimando sus capacidades, que para construirlo sólo bastaba con mencionarlo; que solamente con eso era suficiente para que el socialismo se diera y fuera una feliz y exitosa realidad. ¡Cuan equivocado estaban y están los que todavía piensan lo mismo! Porque no está en poder del hombre, por muy sabio que sea, cambiar todo un complejo y complicadísimo sistema histórico de relaciones e imponer, hasta en sus últimos detalles, otro surgido exclusivamente de sus cabezas. No, el socialismo no se construye como se hace con un par de zapatos, unos tauretes o unas chancletas, es mucho más complicado que eso. Y más, si los que lo intentan son unos políticos chapuceros.

Apropósito de este tema del socialismo, escribimos hace ya algún tiempo lo siguiente, que como es fácil advertir, ha cobrado en los últimos meses una inusitada vigencia. Al respecto, decíamos: "Hace poco, un alto dirigente del Proceso asoció indebidamente el socialismo con una vida modesta, llena de privaciones y necesidades, una vida que, por austera, rayaba casi con la pobreza y la austeridad espartana. Siempre que aquí se habla de socialismo se hace referencia a estas supuestas características del mismo calificándola de valores. Sin embargo, debemos decir que no hay nada más falso que tal cosa. Eso es así porque además de sus otras virtudes políticas, morales y humanistas, el socialismo es un sistema de abundancia, en el cual se le garantiza a todos sus ciudadanos, absolutamente a todos, repito, un estandard de vida muy superior al que es capaz de garantizar el capitalismo. La razón es muy sencilla, porque mientras en el socialismo, además de existir el pleno empleo, el producto del trabajo social se distribuye entre todos los miembros de la sociedad. En el capitalismo, por el contrario, ese mismo producto social se distribuye exclusivamente entre un reducido grupo de capitalistas. Como se comprenderá, el socialismo no es un simple un asunto de soplar y hacer botellas. Porque para lograr ese ideal es necesario que se cumplan ciertos requisitos históricos insoslayables. Como por ejemplo, que las fuerzas productivas hayan alcanzado un grado de desarrollo tal, que se pueda producir la mayor cantidad de bienes con la menor inversión y con el menor esfuerzo posible; es decir, con una altísima productividad. Y en Venezuela, país altamente atrasado no se ha logrado ni se logrará por mucho tiempo esas condiciones, y eso si las políticas de los gobiernos lo permiten.Por lo que es poco menos que una aberración que en momentos en que ni siquiera somo capaces de producir botones de hueso ni caraotas se esté hablando de este sistema tan avanzado en nuestro país. El socialismo, que se incuba en las propias entrañas del capitalismo, solo será posible cuando el sistema que lo engendra, el capitalismo, haya agotado toda su capacidad de generar progreso y, al mismo tiempo, sea incapaz también de detener el empuje de las fuerzas socialistas emergentes".

A tenor de lo dicho cabría preguntarle a la dirigencia de este Proceso y especialmente al presidente Maduro: ¿podría decirnos, señor Presidente, donde se encuentran en Venezuela las fuerzas productivas que harían posible la instauración en nuestro país de un sistema socialista? Debían decirlo para hacer creíble la viabilidad de esa propuesta. Y porque, además, de no hacerlo, como ha sido hasta ahora su actitud, esas constantes alusiones a ese modelo continuarán siendo pura charlatanería hueca, sin ninguna expresión en la práctica. Y debían hablar de eso, porque de lo contrario, podrían aparecer como quienes o no saben lo que dicen o sus referencias al socialismo son puro deseos de manipular. En ambos casos, sumamente inconveniente para las aspiraciones del chavismo de mantenerse en el poder.

Claro, hacemos esta pregunta sabiendo de antemano que en Venezuela no existen esas fuerzas, porque si existieran no seríamos un país sub-desarrollado. Y mientras tengamos un presidente como Maduro que dice que él "jamás pactaría con la burguesía" y que rechaza las invitaciones de Fedecámaras para tratar asuntos relacionados con la marcha de la economía, esas posibilidad de tenerlas son nulas por completo. Por lo que inevitablemente nos condena a vegetar, al menos mientras él se encuentre al frente del país, en el atraso más vergonzoso y deprimente.

Ahora, ¿que demuestra ese juramento de Maduro y su rechazo a hablar con Fedecámaras, no para hablar de beisbol ni para echar una partida de dominó ni mucho menos para echarse unos palos, sino para hablar del alarmante estado de contracción en el que se encuentra la economía? No demuestra otra cosa que le importa un comino el país y las angustiosas penalidades de nuestro pueblo. Porque como se podría justificar que un presidente de la República, cuya obligación es velar por la prosperidad de la paaatriiiaaa y el bienestar de su gente, se niegue a conversar acerca de cómo recuperar la actividad económica con factores tan importantes como Fedecámaras, por ejemplo? No tendría ninguna justificación, porque un gobernante responsable tendría que estar dispuesto a ir hasta el mismísimo infierno y conversar con el demonio, si fuera necesario, para lograr la reincorporación del país a la senda del desarrollo. Es más, porque si en el interés del país está que converse y llegue a acuerdos con lo que ellos llaman genéricamente "burguesía, pues está obligado a hacerlo."Porque primero que Maduro y sus ideas completamente divorciadas de la realidad venezolana, está la nación venezolana y su pueblo.

Y por último, uno no deja de preguntarse, no sin un cierto asombro, ¿cómo es posible que estos tipos hayan sido tan testarudos y tan indolentes ante las tribulaciones de nuestro pueblo, que han permitido que la situación haya llegado al estado de postración al que ha llegado? ¿Que se haya producido la debacle del 6D en el que se demostró que toda la nación los rechaza, y que sin embargo no hayan sido capaces, ante el monumental fracaso de sus posiciones, de hacer la más mínima rectificación de sus descomunales errores. Increíble!, verdaderamente increíble la tenacidad cómo han construido su propia tumba y la del país.



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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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