El Golpe Económico (II)

En el caso venezolano, esa tesis cobra especial énfasis en el tema de la crisis económica. Se explica la crisis de productos alimenticios, a través de dos hipótesis esenciales: 1) el Gobierno (de Chávez y Maduro) acabaron con la capacidad productiva privada del país y 2) la escasez y la inflación, son producto de los excesivos controles impuestos. Sin descartar responsabilidad, en términos de falta de decisiones o de no previsión de escenarios de caída de los ingresos petroleros, el punto es que ambas hipótesis son manipuladas al extremo. En Venezuela, la caída de la inversión privada en relación al PIB ha sido una constante desde 1976. No es posible que se invisibilice el hecho que la inversión privada en relación al PIB en esa fecha era de 55,3% y desde ese momento comenzó a caer, pasando a representar sólo 7,3% en 1990, o 16% en 1999, de hecho desde 2008 hasta 2013, se había registrado un incremento, que disminuyó desde que asumió el Presidente Maduro, para reforzar la tesis de “su incapacidad”.

            Al revisar los datos de inflación, se observa como la misma se desata también a partir del año 2013, saltando a 56,2%, después de haber estado el año anterior en 20,1%. El salto del 2014 al 2015 es notorio, de 68,5% a 141,5%. En el caso de la relación dólar oficial/dólar paralelo, el tipo de cambio manipulado en 2013 era 1,5 veces mayor que el real, pero en 2014 fue de 2,4, en el 2015 es 7 veces superior y se estima que en lo que va de 2016 es 14,5 veces mayor. El promedio anual de variación de tipo de cambio paralelo entre 1999-2011 fue de 26%, desde 2012 a 2015, el incremento del cambio paralelo fue de 223%. ¿Casualidad? No, los agentes económicos intervienen en esa manipulación y se responsabiliza al Gobierno para desprestigiarlo, debilitarlo y deslegitimarlo.

            Los agentes económicos, que controlan los productos perecederos de la cesta alimenticia (harina, arroz, aceite, mayonesa, margarina, azúcar, caraotas, etc), se han encargado de incrementar la escasez de los mismos, pero el manejo comunicacional (base del tanque pensante Gene Shard) responsabiliza al Gobierno exclusivamente. La muestra: Lorenzo Mendoza, de Empresas Polar señala que no recibe divisas preferenciales y por ello disminuye su producción. La verdad: Empresas Polar ha recibido entre 2004-2014 la cifra de 692. 528.450 US$ para el sector cervecero, eso es entre 2012 y 2014 un incremento de 121% de autorización de divisas preferenciales. En alimentos, en el mismo lapso 2004-2014 un total de 338.642754 millones US$.

A pesar de ello, vemos multitud de mensajes, diciendo que “ déjennos producir, queremos trabajar”. El sector privado, recibe el 65% de los ingresos de divisas del Estado, pero sólo aporta un 2%. Se trata sin embargo, de presentar al Gobierno de Maduro (la Autoridad) como incapaz, ilegitima, débil, indecisa, es decir, lograr un “desafío político activo”, que permita debilitar las bases de apoyo electoral. Hasta ahora, lo ha logrado¡¡

Hechos de gran trascendencia, por los visos de criminalidad, se presentan a partir de abril de 2013, cuando por una especie de generación espontánea, se desataron los demonios. La expectativa de triunfo electoral en las elecciones del 14 de abril por parte de los sectores agrupados alrededor de la MUD los llevó a la desesperación. Habían fracasado -por pocos votos, es cierto-, y los planes se les vinieron abajo. Acudieron entonces a un plan B, y surgieron las guarimbas, simultáneamente el bachaqueo, el acaparamiento, el desabastecimiento, la especulación, el contrabando masivo, surgió el Dólar Today y se disparó, como nunca antes habíamos visto la inflación, arreciaron las campañas masivas de medios impresos y televisivos nacionales e internacionales, por obra de los cuales el gobierno se transformó en Dictador y superó, “virtualmente, en los medios, por supuesto” los crímenes de Pinochet, de Videla, de Somoza, de Stroessner, de Mussolini y de Franco. No, no fue la mano impecable del mercado la que actuó, fueron manos peludas, criminales, con garras, las que actuaron.

No podemos pasar por alto la historia. Y es que, cuando nos conviene, solemos ser de memoria corta. Claro que es importante, muy importante la historia para rememorar hechos acaecidos hace muchos años, pero también en años recientes. Revisando las estadísticas, los informes del BCV, observamos un decrecimiento de la economía en la década de 1990, mientras que el promedio de la inflación interanual en esa década fue de 56%; ya antes, en la década de 1980, había sido de 46%, con un pico de 81% en 1989. En 1994 la inflación ascendió a 70%, mientras que en 1996 alcanzó el máximo histórico de 103%, períodos estos durante los cuales el empresariado privado marchaba viento en popa. Esto es importante decirlo porque, desde el año 2000, la economía había comenzado a crecer, como muestran los indicadores macroeconómicos de ese año, del2000 y 2001, mientras en 2002 y 2003, años de intensa ola de paros y protestas contra las 49 leyes habilitantes y lo que esto traía consigo, se arremetió contra esos instrumentos legales, cuyo propósito era desestabilizar el gobierno.

Y lo consiguieron. El Producto Interno Bruto, que había caído en 6,0% en 1999 –recordemos el desastre de 1998-, se recuperó en 2000 y 2001 en 3,7% y 3,4% respectivamente, para caer en los años del Golpe de Estado y sabotaje petrolero, en 2002 y 2003, y con las “guarimbas” y el llamado al “revocatorio”, en -8,9% y -7,7%  para repuntar en 2004 y 2005 en 17,9% y 9,3% respectivamente, mientras la producción de petróleo se contrajo durante más de dos meses, y el desempleo se elevó, de un 9% en el año 2000, a un 25% en el año 2002. Más de 20.000 millones de dólares perdió la República por esos infelices actos de barbarie contra la institucionalidad y la principal industria del país.

La “suciedad” política siempre presente

El golpe empresarial del 10 de diciembre de 2000, el golpe de Estado perpetrado en abril de 2002 que depuso por 48 horas al Presidente Constitucional de la República  y el sabotaje petrolero de diciembre de ese año y enero de 2003, que culminó con el bochornoso acto de la auto juramentación de Pedro Carmona Estanga -hoy huyendo de la justicia venezolana-, rápidamente depuesto por el pueblo y la Fuerza Armada, son muestra palpable de que quienes detentaron las riendas del gobierno hasta febrero de 1999, y las perdieron el 6 de diciembre del año anterior, no han estado nunca resignados a ello y que, por lo contrario, están dispuestos a acudir a todas las vías para asumirlo de nuevo. Las 18 de 20 derrotas que les ha propinado el pueblo de Venezuela no los ha convencido del espíritu democrático que ha prevalecido en esta gestión que ya arribó a sus 17 años.

Eso no ha sido suficiente. El triunfo que obtuvieron en las parlamentarias del 6 de diciembre de 2015  ha obnubilado a la dirigencia más recalcitrante de la ultraderecha. Están prevalidos de que pueden arremeter contra el resto de las instituciones de la República, pasando por alto el espíritu, razón y propósitos del Poder Supremo que representa la Constitución Bolivariana de 1999.

¿Cómo es posible que se afirme que se está  menoscabando el respeto a los derechos sociales, cuando ha sido esta administración la que reivindicó el derecho de los humildes a disfrutar de una parte de la renta petrolera, ésta que siempre fue privilegio de una minoría, vale decir, de la oligarquía y burguesía petrolera, abriéndoles de manera absoluta el derecho a la educación, erradicando el analfabetismo, llevando el servicio de salud y hospitalario a los barrios, creando misiones que han permitido extender y profundizar los servicios sociales al pueblo venezolano? ¿Cómo es posible que se afirme que se han subordinado  todas las instituciones del Estado al poder civil, cuando es precisamente ahora que éstas cumplen cabalmente sus funciones de manera soberana?; ¿cómo se puede exhibir que se ha menoscabado la libertad de prensa cuando por todos los medios: radiofónicos, televisivos, impresos y hasta por las redes sociales se vilipendia y calumnia, no tan sólo la majestad de la presidencia de la República, sino a todos los Poderes Públicos, incluyendo una misógina actitud contra las funcionarias del Consejo Nacional Electoral, de la Fiscalía General de la República, del Tribunal Supremo de Justicia? ¿Cómo se puede hablar de irrespeto a los derechos humanos y las libertades en general, cuando en la oportunidad del rompimiento brevísimo del hilo constitucional en 2002 dieron al traste con todos los poderes públicos: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Contraloría General de la República, Fiscalía General de la República, Gobernadores de los Estados, Alcaldes…?

Se dice ahora que esta grave crisis está poniendo en peligro la institucionalidad, al Estado de Derecho y democrático. ¡Cómo calificar lo que sucedió en abril y diciembre de 2002? ¿Quiénes la promovieron? ¿Y quiénes han estado promoviendo la actual situación? Sí, quiénes la han estado promoviendo durante todos estos 17 años? ¿Acaso, en estos tres últimos años, han salido alguna vez, individual o colectivamente, a protestar contra la inseguridad alimentaria, de la salud, de la educación, de la inseguridad ciudadana, que no sea para enrostrárselo al gobierno? Claro que no, porque la razón es contundente: lo han estado promoviendo.

Como quiera que, -y es nuestra apreciación-, ni intentos de golpe de Estado, ni guarimbas que han tratado de disfrazar de manifestaciones “pacíficas”, con saldo de muertos y centenares de heridos han logrado el propósito manifiesto de acceder a las esferas del gobierno constitucional, ahora lo intentan por la vía del golpe al estómago complementándolo con el golpe parlamentario. El mismo modus operandi que se practicó contra el Chile de Salvador Allende, cuando el pueblo chileno fue sometido a la ignominia de las colas, el desabastecimiento, la especulación, aquí agravado con el más espantoso y degradante contrabando de todos los productos esenciales, lo cual ha sido un factor de peso en la escalada de la inflación, aquí todo se ha intentado. Por supuesto que no olvidamos la famosa expresión de Henry Kissinger: haremos chillar la economía chilena, ahora hacen chillar la economía venezolana.

Ha sido un ataque sistemático, coordinado, en escalada progresiva, dirigida y acometida por lo más rancio de la reacción venezolana, por los agentes del capitalismo e imperialismo, cuyo propósito fundamental es apoderarse de las vastas riquezas que yacen en el suelo y subsuelo venezolano. Han venido preparando el escenario, las condiciones que consideran óptimas para dar el zarpazo final. Ya lo lograron en Chile en 1973, en Argentina en 1976, lo han intentado en Bolivia y Ecuador en años recientes, tuvieron éxito en Honduras y Paraguay en 2009 y 2010, nuevamente en Argentina ahora en 2015 y hoy, casi, en Brasil, este mismo mes.



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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