Compañero presidente, no es tiempo de aplazar verdades

"Se rompe la zaraza o se acaba la bovera"

General Pedro Zaraza, 5/12/1814

Estimado compañero Nicolás Maduro recurro a la vía epistolar por razones obvias. Me conformaría con saber que leyó estas notas aunque no me responda. Tenga la certeza de que nunca renunciaré a mi capacidad crítica y tampoco a mi compromiso revolucionario. Mis convicciones me exigen defender este proceso y me obligan a hacer tanto la crítica oportuna como la propuesta necesaria. No vivo de la política, vivo la política con la intensidad que demandan los hechos. Asumo la responsabilidad de mis acciones y reafirmo que no es tiempo de aplazar verdades.

Tampoco es tiempo de lloriqueos y vacilación. No es tiempo de buscar culpables, es preferible encontrar las causas de tan duro golpe. No es momento para la descalificación artera, es más beneficioso el reencuentro militante que acumula fuerzas y cultiva victorias. No es la hora de los conversos que se consagran como ilustres burócratas con retorica engañosa que recicla derrotas y maquilla mentiras. Es la hora del "golpe de timón" para renovar el Gabinete Ejecutivo sin reciclar ministros o enroques que reproducen la ineficiencia y la ineficacia. A los "compatriotas cooperantes", debemos remozarlos en el debate libre y democrático que cultiva a la militancia en la formación permanente. Es tiempo de construir respuestas innovadoras y creativas inherentes a un proceso revolucionario. Es la hora del compromiso con la Patria, ese que nos aferra a los principios y las convicciones para repensar la Revolución Bolivariana. La lealtad inquebrantable de este pueblo noble y trabajador exige que los dirigentes se coloquen a la altura del compromiso histórico. No es tiempo de aplazar verdades.

Compañero Presidente, usted ha convocado un debate amplio y democrático. Esa convocatoria parece reducida al PSUV, el GPP y espacios institucionales. Para avanzar en ese objetivo es imprescindible abrir los encuentros necesarios. En la reunificación del chavismo como fuerza social y política está la clave. Conformar una Dirección Colectiva que se convierta en vanguardia innovadora que garantice la coherencia organizativa y resultados en tiempo y espacio. Sería muy dañino que esta convocatoria se diluyera en el tiempo sin resultados, se reproduzca una interminable discusión como en los tiempos de la vieja izquierda sin vocación de poder o terminé como rutina burocrática. Todo debate supone un resultado y requiere un nivel organizativo que garantice participación equilibrada. Esa convocatoria debe reafirmar que no es tiempo de aplazar verdades.

Esta derrota electoral puede convertirse en una incalculable derrota política, sino logramos comprender que la incertidumbre social que hoy vive el país es parte esencial de la "guerra económica" como un conjunto de acciones concatenadas en un plan dirigido a:

1.-Desestabilizar emocionalmente a toda la sociedad, 2.- Desmovilizar la vanguardia y los movimientos populares, crear desconfianza en las instituciones hasta frenar el Proceso de Cambios Políticos y Transformación Social. Esa esencia de la "guerra económica" fue banalizada por el pragmatismo político de una burocracia improductiva que se apoderó de las instituciones. Los funcionarios públicos terminaron atribuyendo su ineficiencia e incapacidad de dar respuestas sólo a la "guerra económica". No se preocuparon por enfrentar una de las formas más sofisticadas de dominación que tiene el capital transnacional en alianza con el Departamento de Estado. Se banalizó la interpretación de "guerra económica".

Hoy debemos admitir que la batalla del 6D, las más importante de esta guerra, la perdimos. Fuimos llevados al campo de lucha en desventaja porque predominaban las colas, la incertidumbre social y el descontento colectivo. La convocatoria a elecciones era parte de su plan. De ahí la presión internacional para exigir elecciones inmediatas. Nosotros se lo servimos en bandeja de plata porque fuimos arrastrados por ese pragmatismo político que no tiene creatividad política y se deleita en la lógica de unas instituciones diseñadas para atender los intereses del capital. No hay duda, la causa fundamental de la derrota electoral del 6D fue la "guerra económica" y la ausencia de respuesta oportuna. Nos toca ahora construir las condiciones para la batalla política que viene. Es urgente colocarse a la ofensiva, salir del lamento y retomar la lucha cotidiana. Convoquemos a la movilización en defensa de la institucionalidad democrática con un despliegue nacional que tiene como requisito la reunificación del chavismo y las fuerzas revolucionarias.

Las colas, la paralización premeditada de la producción, el desabastecimiento inducido, la especulación sustentada en "dólar today", el bachaqueo en todas sus expresiones, la inflación incontrolada y la incertidumbre social generalizada que crea angustia en la población son consecuencias de la "guerra económica". Es necesario admitir que esta guerra la estamos perdiendo por varias razones, a saber: 1.- La ineficiencia burocrática sin parangón, 2.- la corrupción administrativa que ha penetrado las instituciones, 3.- La ausencia de políticas oportunas sobre todo en el área económica y la aplicación de políticas intermitentes que cambian al ritmo de su fracaso; rápidamente, 4.- La improvisación matizada con discursos fatigosos que terminan molestando a la gente y alimentan la falta de credibilidad en las instituciones y 5.- Falta de audacia diplomática para aprovechar nuestra inmensa fortaleza en las relaciones internacionales.

La desviación de la política social hasta sustituirla por el "regalo clientelar" como en los mejores tiempos de la IV república. Una fortaleza indiscutible de la Revolución Bolivariana es la política social diseñada por el Comandante Chávez con su andamiaje jurídico para protegerla. Las Misiones Sociales, educación inclusiva, salud, seguridad social, la política alimentaria y la Gran Misión Vivienda Venezuela fueron "sustituidas" por el regalo rápido para ganar votos sin considerar el efecto negativo que causaría en un pueblo convertido en conciencia vigilante del proceso. Candidatos regalando hasta dinero como en los tiempos de la decadencia adeca. Así, se destruye lo que construyó el Comandante Chávez. No es lo mismo regalar una casa sin criterios previos, que una asignación producto de un estudio socioeconómico que construye organización social y un plan comunitario para construir hábitat.

Compañero Presidente, no es tiempo de aplazar verdades. El pueblo debe saber quiénes se robaron los 25.000 millones de dólares que ha sido denunciado reiteradamente. Las empresas de maletín o las grandes empresas que estafaron al país. La gente se pregunta quiénes apoyan a "dólar today" para que destruyan nuestra moneda nacional y nadie los toca. Sabemos que están domiciliados en Miami y no desarrollamos acciones legales serias para desmantelarlos, tampoco impulsamos acciones políticas ¿Por qué?

Compañero Presidente, finalmente quisiera decirle que en Guayana los enemigos de la Patria y los que asumieron la traición como estandarte perdieron esta plaza desde 1989. En este tiempo sólo un dirigente adeco usurpó la gobernación producto de la máxima "acta mata voto", el pueblo lo bautizó como "el chimbo" nunca ganó lo impuso el fraude y el viejo CSE. Hace 26 años el pueblo derrotó al "Grupo Chino" y comenzó una cadena de victorias que culminaron este 6D con una estruendosa derrota. Guayana no es cualquier cosa, en Guayana urge revisarlo todo para volver a Chávez.

Compañero Presidente, aquí se encarceló al Alcalde del municipio Caroní por presuntos hechos de corrupción y la gente aplaudió con rabia porque no se llevaron presos a los "peces gordos". El ciudadano de San Félix se pregunta por qué no le hacen una auditoria a la Gobernación como la hicieron en la alcaldía del municipio Caroní. Por qué no se revisan otras alcaldías (Cedeño y Piar), se evalúa el desempeño y productividad de las empresas básicas. Aquí, es urgente revisar, auditar y corregir los efectos de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Las viviendas se adjudican entre amigos, no se construye hábitat, se ha conformado una casta privilegiada que deforma los hermosos principios de la esta importante misión social. Los vehículos (taxis) se convirtieron en negocio de funcionarios públicos y el trabajador del volante con su conciencia vigilante no encuentra donde hacer valer su denuncia. Toda actividad productiva es ocupada por una elite que actúa como mafia.

Compañero Presidente, "Guayana es tierra de trabajo y lucha" como la bautizó Alfredo Maneiro. Aquí derrotamos (en los 90) al grupo político más corrompido y pervertido del país. Derrotamos consecutivamente la traición de Andrés Velásquez y Rojas Suárez, para que se impusiera algo peor. Aquí no ha gobernado el chavismo, salvo en algunas alcaldías. Sin Guayana con sus empresas básicas y sus trabajadores será más difícil construir la Patria Nueva. El PSUV se ha convertido en una cofradía de funcionarios públicos que niega la participación protagónica. Se ha pervertido el quehacer político y la lucha social. Necesitamos reunificar el chavismo en esta tierra para retomar el camino de la Revolución Bolivariana. En Guyana urge revisarlo todo para volver a Chávez porque no es tiempo de aplazar verdades.

Compañero Presidente, la reunificación del chavismo es una tarea urgente e impostergable que usted debe impulsar. Tomar la ofensiva con un "Plan de Emergencia Revolucionaria" que contemple medidas urgentes para la recuperación económica del país. Paralelamente articular nuevos consensos sociales para avanzar hacía nuevos objetivos. Es tiempo de repensar la Revolución Bolivariana.

Porque no es tiempo de aplazar verdades, le reitero mi estima y consideración



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Darío Morandy


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