Quinto malo

El real dominio de la lengua

La brutal conquista y colonización de los territorios de Abya Yala no solo perseguían robar nuestras riquezas y depredar nuestros campos, sino también arrasar con nuestra memoria, con nuestra vida, con nuestras diversas culturas. En una inmensa medida lo consiguieron. Nos robaron o intervinieron nuestra originaria cosmovisión, nos arrancaron nuestro dioses y nuestras creencias. Nos arrancaron también nuestra lengua. En algunos casos de manera literal y, en lo general, como expresión de nuestra habla y nuestros sentires.

El real gobierno europeo hizo, realmente, lo que le motivaba su real gana. Tenían el poder imperial de las armas para aplastar todo cuanto encontraran a su paso y lo aplastaron. Todo quedó aplanado bajo una misma bota y un pensamiento único. Bajo una misma lengua, en nuestro caso la del imperio de la Real Academia de la Lengua Española.

Lengua Española que no existe pero que la poderosa corona logró arropar, a través del idioma castellano, e intentando matar las culturas vecinas de Galicia, Asturias, Euskadi, Cataluña y otros países que se adicionó con el nombre arropante de España. España es una corona, una monarquía, un dominio de raíces medievales que ha sabido sobrevivir en el capitalismo, estableciendo alianzas con los neo-imperios y las neo-colonias. Estados Unidos es hoy su referencia imperial, pero ellos siguen co-dominando desde su asiento real.

De este tema real y de sus diferentes consecuencias se puede hablar muy extenso. El propósito de esta nota es hacerlo desde el significado de la hegemonía y su expresión en la lengua. Aplastados, exterminados, vencidos o arrinconados los pueblos originarios de Abya Yala terminan hablando “español”, esa lengua que nadie sabe explicar exactamente lo que es, pero que expresa el poder imperial de la corona española. Por eso nuestros pueblos, rebautizados con el nombre de América, son considerados “hispanoamericanos” en una significativa mayoría que fue colonizada por la realeza española y sus secuaces .

La lengua de los dominadores, convertida en lengua oficial de los dominados, es ese extraño “español” que, de verdad verdad es el castellano, del que fueron despojados (¿o extendidos?) los habitantes de Castilla, para convertirlo en el dominante “idioma español” que aparece reglamentado para el mundo “hispanoparlante” a través de la única Real Academia de la Lengua Española y sus correspondientes en cada país.

Es impresionante como ese anacrónico poder real mata la vitalidad de las hablas de los pueblos y solo permite las palabras y acepciones que ella aprueba, luego de pasar por los ideologizantes procesos que contribuyen a perpetuar su hegemonía. Lo correcto o incorrecto en el “español” es determinado por la potestad de la real Academia, que es real porque, en última instancia, está bajo la protección del reino español, actualmente de Borbón.

Pero, lo más impresionante es que, todavía hoy, cuando los pueblos de Nuestramérica están en la busca de su raíz genuina de Abya Yala y la lucha se plantea también en los términos del antiimperialismo y la descolonización, se le sigue rindiendo culto y pleitesía a la Real Academia de la Lengua, para que decida lo que se debe o no decir y cómo se debe decir. Al punto que hoy, inutilizan las eñes y los acentos gráficos en un nuevo proceso de dominio, sobre el cual hablaremos en un siguiente artículo.

Total, la batalla final por el socialismo, es cultural, antihegemónica y descolonizadora. Es, por tanto, batalla por una lengua libre, descolonizada e independiente.



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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