Un bumerang yanqui llamado esquisto; y si este nos ocasiona merma de dólares, deberá mermar nuestras importaciones al respecto

Efectivamente, por ahora  EE UU se  hace dependiente del esquisto con  cargo a sus exportaciones de otras mercancías suyas y cuyas demandas directas o indirectas en el exterior tenderán a bajar en  aquellas economías afectadas con sus bajas de dólares peroleros producto de sus exportaciones regulares antes de la aparición de este flagelo, llamado  esquisto  por el dañino y costoso método antiecológico de su extracción.

 

El país afectado deberá ahora y por ahora regular o moderar tales importaciones en correspondencia lineal, si se quiere, con las mermas de petrodólares inducidas en tal sentido. El ejemplo de Cuba es aleccionador; ella  habrá sufrido en parte de su bienestar anterior que siempre fue con cargo a la miseria y podredumbre social que imperaba antes de la llegada de la revolución, pero, ahí  está ahora, más  poderosa que antes, con sus repotenciados carros  del 50 y otros bienes duraderos a los que les ha sabido alargarles su vida útil. No aupamos los males, pero comprobado está que  no se levanta nada que no haya caído; es como coger impulso.

 

 La actual diversificación de nuestras importaciones provenientes de otras fuentes industriales nos permitiría prescindir de  muchas mercancías que directa o indirectamente procedan de industrias norteamericanas, de un país que de hecho siempre nos ha declarado su guerra a muerte.  Sobre estas regulaciones inevitables, algo ya  adelantado el Presidente Chávez  con aquellos repuestos de nuestra flota aérea cuando nos quisieron chantajear.

 

 

Nuestra centenaria monodependencia económica del comercio exterior    derivada  del ingreso petrolero, ha estado ligada linealmente con nuestras propias importaciones de EE UU.

 

Como en toda transacción comercial, la conveniencia  debe ser recíproca o bilateral: el vendedor recibe dinero u otra mercancía en especie, y otro tanto debe recibir el comprador de otro u otros bienes. No se cambia dinero por dinero, salvo cuando adquirimos divisas. Pero entonces las adquirimos como valores de uso para hacer compras en la divisa  recibida

 

A manera de ejercicio intelectivo:

Piense usted en nuestra  venta del petróleo en dólares, y correlacionadamente en nuestras importaciones procedentes del país importador  de petróleo (el llamado dólar retornado), y se dará cuenta de que detrás de cada transacción dineraria para cualquier mercancía se  halla subyacentemente un trueque entre valores de uso que soportan  los precios del caso[1], un intercambio directo de petróleo por  bienes de variopintas marcas y utilidades.

 

Bien, sobre esas bases comerciales, consciente o inconscientemente, el Presidente Obama ha puesto en marcha, con su anuencia presidencial burguesa, un auténtico megabúmeran. Como sábese, las mermas presupuestarias en dólares  que pudiera ocasionarles a Rusia y a Venezuela,  el   dumping petrolero aplicado con el esquisto se traducirá indefectiblemente en mermas en las exportaciones de otras mercancías suyas, de EE UU tanto nacionales como transnacionales; esto derivará en  una  contracción económica suya y cuyas consecuencias previsibles serían las domésticas protestas masivas de un pueblo proletario norteamericano que está al borde de explosiones sociales reprimidas desde hace muchas décadas.

 

Esa sería una manera automática de expresarse el desarrollo de las fuerza productivas burguesas que  terminarían rompiendo la paz intestina de las relaciones capitalistas de ese imperio, de lo cual se esperaría revoluciones sociales nunca vistas en el mundo burgués, sumiso hasta ahora. Véase, entre otras consecuencias ambivalentes para los involucrados con semejante dumping: http://www.aporrea.org/energia/a200453.
 
Corolario: Como EE UU es importador nato de petróleo, si ese dumpin le permitiera en el corto plazo empezar a comprarlo barato de otros productores para luego revenderlo bien caro, y si al esquisto lo vemos como  forma maligna de competir en el mercado, es de suponerse que sus daños superarán con creces el beneficio transitorio que políticamente pueda derivársele al exportador de esquisto por los  daños ecosistemáticos que se autoinflige como país.
 
 Sin embargo, si busca comprar petróleo más barato a futuro  para así reforzar el daño actual que nos estaría haciendo actualmente con la caída inducida del precio del petróleo,  ya no podrá cargar costos inflados a sus procesos productivos nacionales futuros ni en el de sus empresas en el exterior, además de que  todas ellas entrarán en recesión parcial al bajarles los ingresos en su comercio exterior. Sólo la magnitud de "sus" crisis actuales le impone a EE UU la toma de semejantes y contradictorias medidas económicas, listas para asimilarse a un búmeran con carga negativa de retroceso. 
 
03/01/2015 8:08:46

[1] El trueque se hace al margen de los precios;estos surgen cuando se introduce el dinero para “facilitar” las transacciones y su correspondiente aumento con una  mayor brevedad



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Manuel C. Martínez


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