Mi palabra

Magnicidio

"¡Cuán crédulos son los mentirosos!

Creen siempre ser creídos."

Josephine Knorr

El pequeño LAROUSSE define de una manera muy sencilla la palabra MAGNICIDIO: “Muerte violenta dada a persona muy importante por su cargo o poder”. El periodista y columnista Grossman Parra Pinto, la interpreta a su manera, dándole el uso, que más le conviene, tratando de echarle fuego a la candela, simplemente por estar férreamente enfrentado al gobierno, perdiendo en la inmensidad de sus lucubraciones el buen sentido de la profesión, de todo buen comunicador social. En su pasada columna del lunes escribe lo siguiente: “LO LEI, NO ME LO CONTARON: a) “Lluvias derrumban pared de un liceo en Barinas” (Cuando las paredes de un liceo son de cartón, es que no hay gobierno).-b) “Diosdado presentó pruebas de magnicidio” (Magnicidio que no tiene muerto ni homicidas).

Las mencionadas informaciones parecen redactadas por algunos de sus colegas, tan ofuscados como él por las continuas derrotas; coinciden con las opiniones de la MUD, mienten para desahogarse; no indagan sobre la veracidad de la noticias; el “refrito” tiene veneno, odio y toda la mala intención del mundo, para seguir en la misma onda de la desinformación, para crear una matriz de opinión, buscando desvalorizar la denuncia, dejando en la opinión pública un mensaje distorsionado; le falto pedir una prueba irrefutable del abortado magnicidio, lo que es lo mismo: ver el muerto –en este caso el presidente Nicolás Maduro- parece una “ingenuidad”; pero, quien puede creerse esto, en una persona con muchos años en la comunicación; su opinión sesgada forma parte de una línea trazada, dejando a un lado los principios elementales de un buen periodista; la objetividad, porque la imparcialidad parece no existir en ninguna parte.

Todos los lunes, se dedica a desconocer las opiniones del gobierno bolivariano; desde el presidente, hasta un dirigente de barrio, son blanco de sus ridículas mofas, sin tener una chispa de humorista, algo comparado a los programas cómicos de la televisión venezolana (estilo Chating) cargan las risas grabadas; para él ninguna opinión tienen credibilidad; no hay ninguna diferencia entre una y otra columna; lo que me permite pensar: se conforma con creerse lo que ha venido haciendo; parece convencido de estar creando un impacto en los lectores, una muestra de narcisismo puro.

El pasado lunes 16, como todas las semanas, me leí una y otra vez su columna, buscando alguna enseñanza, para reconocerle el esfuerzo mental al escribir, y por mucho atención prestada, no percibí algo diferente al mismo cuento de la semana pasada, solamente le cambia el nombre a los personajes; pongo como ejemplo lo siguiente: cuando el presidente Nicolás Maduro, dice, no tener ninguna responsabilidad en la salida de Luis Chating de Televen, lo pone en duda con su acostumbrada risa burlona, sin darse cuenta, que el personaje estaba como dicen en el ambiente político “quemado”; incluso algunos señalan, que de cómico y humorista nunca ha tenido nada; ni siquiera el lamentable episodio en el teatro Juárez de Barquisimeto, cuando se fue al suelo, despertó muestras de solidaridad; la caída parecía parte del libreto; por eso los canales de televisión hacen sus mediciones, y sacan sus conclusiones, para renovar sus piezas para seguir construyendo el entramado contra el gobierno; algo parecido a la política de Estado Unidos, hacia nuestro país, todos los días aparece un nuevo personaje con una verborrea bastante trillada.

En su acostumbrado abre boca de esta semana, trato de ridiculizar algunos dirigentes, que en el fondo emiten opiniones con cierta razón; se da el caso del presidente de la confederación Bolivariana del transporte Juan de Dios Castillo, quien tuvo la valentía de calificar el paro, como una acción guarimbera; rápidamente lo descalifico, sacando a relucir la escasez de cauchos y baterías, cuando todo el mundo sabe: en nuestro país, hemos pasado a una economía paralela, aupada por los grandes medios y algunos empresarios inescrupulosos; pongo, como ejemplo el razonamiento de un gerente de una conocida tienda de cosméticos de Acarigua, cuando sin ningún rodeo me dijo: “Hasta hace poco nos llegaba mercancía, valorada en 400 y 500 mil Bs, alcanzando para 4 y 5 meses, ahora llega y en dos y tres días desaparece, convirtiéndose esa manera de comprar en un verdadero saqueo” . Esto me aclara lo observado recientemente, en un viaje a San Rafael de Canagua del Estado Barinas; casi todos los establecimientos están totalmente surtidos, pero, con sobreprecio de hasta tres veces del que se consigue en las interminables colas del cualquier ciudad del país.

Estas observaciones pueden servir para ayudar en algo a este conocido periodista; no puede seguir con el mismo libreto; el único esfuerzo mental es pescar alguna persona defendiendo al gobierno, y el próximo lunes lo señala, tratando de humillarlo; sin embargo parece, que, el veneno no suerte ningún efecto; en todas las elecciones el chavismo mantiene la votación, a pesar de la grave situación económica; quedando muy claro: el pueblo tiene el antídoto, y no es otro, que la conciencia sembrada por el comandante Chávez en la mente de mujeres y hombres, ansiosos de paz , justicia y libertad.



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Narciso Torrealba


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