Pedagogía económica

1989 - 2014. Veinticinco años en cifras en las políticas económicas y sociales de Venezuela

Período 1989-1994 (II)

 En el intercambio de correos con la joven universitaria chilena Pamela Fernanda Cortés, nos permitimos responderle de una manera sencilla, tal como corresponde a su nivel de estudios, sin pretender agotar el tema en cada una de las respuestas. A continuación la primera de las preguntas y la respuesta correspondiente, ahora in extenso para quienes leen este artículo:

1. ¿Cuál cree que ha sido la peor crisis en Venezuela y como afectó a la economía del país, a partir del Caracazo?

R.- Hay crisis recurrentes y crisis desencadenantes de otras como la de de 1989, ya que se produjeron una serie de problemas económicos y políticos en años sucesivos que desembocaron en la crisis financiera de 1993-94, que provocó la quiebra de 14 bancos privados. A lo largo de 1989 se produjo una elevada escasez de bienes de primera necesidad, una inflación del 81%, la estructura socioeconómica reflejaba que el 5% del empresariado concentraba el 70% de la producción, la pobreza relativa, la que está por debajo del nivel normativo de consumo, para el año 1989 alcanzó el 37,6% de la población y la pobreza crítica, la que está por debajo de los niveles de subsistencia, el 12%, en un país donde la clase política se adueñó, en un inagotable proceso de corrupción, el equivalente al presupuesto de la casi totalidad del presupuesto de la época de las Repúblicas Centroamericanas y todo en menos de 20 años (Bigott, en Lárez (ed), 1990: 10). La devaluación del bolívar, que en el período de Lusinchi alcanzó 415,07%, entre el 2 de febrero de 1989 y el 2 de febrero de 1994 sumaría una devaluación de 188,58%, la inflación promedio de ese mismo período registró 53,03%, con pico de 81% en 1989. Mientras la economía venezolana decreció 0,7%  (-0,7%) en la década 1980/1990, con una tasa de decrecimiento del PIB en 1989 de (-8.8%), a precios constantes de 1990, la tasa de crecimiento interanual promedio de ese tormentoso período de Carlos Andrés Pérez fue de 4.2% (Anuario Estadístico de la CEPAL 1995).

Otro aspecto importante para su consideración es la agudización de la crisis cambiaria en Venezuela, que a juicio de Guerra y Rodríguez, en su trabajo publicado por el BCV Crisis cambiarias y flujos de capital (1998), señalan que la cuarta crisis sucedió entre 1988-89 y la quinta, en orden cronológico acaecida en Venezuela, se presentó entre 1993-94 Para estos dos autores la definición de crisis cambiaria toma en consideración la caída de las reservas internacionales, acompañada por una devaluación y el abandono del arreglo cambiario vigente, se identifican como elementos comunes a esas crisis la incompatibilidad de políticas fiscales y monetarias expansionistas con un esquema de tipo de cambio fijo y, en menor medida, la aparición de shocks externos.

Expresan Guerra y Rodríguez que En las últimas cuatro décadas (1960 a 1998), la economía venezolana ha sufrido cinco crisis cambiarias. La primera tuvo lugar entre finales de 1959 y 1960 y se originó, principalmente, por motivos políticos asociados al derrocamiento del gobierno militar. La crisis de 1982-83 implicó el abandono del régimen de tipo de cambio fijo con balance externo del cual disfrutó Venezuela durante veinte años. La ocurrida en 1986 determinó un ajuste importante en la paridad cambiaria oficial, en tanto que la de 1988-1989 propició la unificación de los tipos de cambios diferenciales vigentes desde 1983.

En el período 1984-88 los factores desequilibrantes externos continuaron acumulándose en medio de un control de cambios progresivamente dadivoso en el otorgamiento de las divisas. Las políticas fiscal y monetaria, en 1987, siguieron manifestando la prioridad del crecimiento económico por sobre cualquier otro objetivo, ayudadas por un mercado petrolero con expresiones de recuperación. En 1988, último año de ejercicio presidencial, las políticas fiscal y monetaria, en perfecta sintonía con los planes de expansión económica, provocan  un descuadre total en las cuentas fiscales, las cuales cierran con un déficit cifrado en 8,6% (-8,6%) del PIB, al mismo tiempo que los indicadores sociales muestran retrocesos notables en los niveles de pobreza, miseria, desempleo, desigualdades acusadas en la distribución del ingreso, mortalidad infantil, educación y deterioro en el poder adquisitivo de los trabajadores, con un a menguada participación de las organizaciones sindicales.

En ese contexto, la cuenta corriente finalizó el año con un déficit equivalente a 9,1% (-9,1%) del PIB, causado principalmente por un incremento de las importaciones cercano al 40%, resultado de las expectativas de devaluación y del probable abandono del control de cambios. En tales circunstancias, ocurrió el ataque contra las reservas internacionales. Fue un ataque sui generis ya que existía un control de cambio y la intervención del BCV en el mercado libre de divisas era marginal. Por ello, los importadores y deudores se abalanzaron contra las reservas internacionales, haciendo que el BCV perdiera el 30% de sus activos externos y dejando comprometida buena parte del saldo restante en cartas de crédito y convenios para servir la deuda externa a la tasa de cambio preferencial.

La nueva administración que asumió en marzo de 1989 introdujo modificaciones importantes a la política cambiaria. Se abandonaron los controles y se unificaron los tipos de cambio, tomando como referencia una tasa de cambio abiertamente subvaluada como era la prevaleciente en el mercado libre de divisas, lo que implicó de facto una depreciación del más del 90%.

El II gobierno de Carlos Andrés Pérez introdujo dos modalidades de arreglos cambiarios al abandonarse los controles. Fue así como entre febrero de 1989 y septiembre de1992 la política cambiaria consistió en una flotación administrada del tipo de cambio y luego, entre octubre de 1992 y mayo de 1994, en un sistema de minidevaluaciones.  El afán por imponer una política económica orientada a que el país alcanzara altas tasas de crecimiento para recuperar los niveles de ingreso per cápita de la década de los setenta, derivó en la grave crisis financiera, económica, social y política que se vivió durante todo el período carlosandrecista.

Economista

 



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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