Lecciones de la guerra asimétrica en Irak

Recientemente, la Fuerza Armada Nacional-FAN ha desarrollado varios ejercicios de guerra asimétrica como acción preventiva frente a los planes imperialistas para atacar y aplastar el proceso revolucionario bolivariano. Se trata de acciones de simulación que tienen como objetivo central la preparación de nuestro dispositivo armado nacional frente a eventuales agresiones militares de la potencia norteamericana, la cual desarrolla un agresivo plan bélico estratégico a escala global, para asegurarse el control de los recursos energéticos y la imposición de su modelo neoliberal de desarrollo económico.

Planes que algunos charlatanes pretenden minimizar con la peregrina tesis de que América Latina no es, en estos momentos, la prioridad para Mister Bush, quien considera, junto a la pandilla de halcones que le acompañan en sus aventuras terroristas por todo el mundo, que la poderosa emergencia de los pueblos latinoamericanos se sustenta en un obsoleto populismo y en desacreditadas ideologías del siglo XIX, lo que hace que sean brotes coyunturales, como si el soporte de su agresión en Irak, sus campos de concentración en Guantánamo, sus cárceles para torturas y el espionaje masivo a sus ciudadanos, no correspondiese a las más retrogradas concepciones medioevales y clericales que se refunden en la oscuridad de los siglos.

Lo único que explica su relativo repliegue frente a la gran movilización de los pueblos latinoamericanos, expresada en el apabullante triunfo electoral de los indígenas en Bolivia y en la multitudinaria campaña zapatista en México, es la creciente resistencia árabe en Irak contra la tropa invasora imperialista, empantanada en su brutal operativo de violencia contra el pueblo de esa nación.

Irak representa hoy ante los ojos del mundo el peor fiasco militar de los imperialistas norteamericanos. El señor Bush esta debilitado políticamente y corre cada vez más el riesgo de un juicio de destitución en la medida en que crecen las rivalidades en el bloque dominante de Washington. Rivalidades que se reflejan en los duros debates en las Cámaras legislativas por las consecuencias de la aventura en Irak.

La resistencia en Irak está demostrando a los pueblos del mundo y nuestra región, que la mayor maquinaria bélica del mundo moderno, dotada de la más sofisticada tecnología, si se puede derrotar con una guerra de guerrillas moderna en la que predomine la sorpresa, la organización, la concentración de tropas y el repliegue de los efectivos militares.

Una guerra de guerrillas para enfrentar al imperialismo yanqui en nuestra geografía debe aprender las enseñanzas de la poderosa resistencia iraquí.

Varias son las lecciones que debemos asimilar de la resistencia guerrillera árabe y que debieran enriquecer la doctrina militar bolivariana Las sugiero para profundizar todos los preparativos orientados a la defensa de nuestro proceso de cambios y transformaciones que lidera el Presidente Chavez.

La primera tiene que ver con la condena categórica del terrorismo. La lucha revolucionaria del pueblo y su estrategia militar es completamente ajena a las matanzas realizadas por el imperialismo, por fuerzas fanáticas fundamentalistas religiosas y bandas criminales manipuladas por la CIA y demás servicios secretos, como el ataque a las torres gemelas del 11 de septiembre del 2001, la masacre en los trenes de Madrid, en Londres y otras acciones similares que son crímenes de lesa humanidad. No comparte los asaltos y toma de rehenes en centros de enseñanza, locales privados o públicos y en cualquier otro lugar, los secuestros, la tortura, los degüellos, los ataques a mezquitas, sinagogas, iglesias o los denominados “templos” en general, los ataques a reuniones privadas o públicas de carácter religioso así como los ataques indiscriminados con coches bomba que lo único que ocasionan son odiosas masacres de la población civil.

La segunda sugiere la necesidad de diferenciar al enemigo principal de las fuerza colaboracionistas. El ataque indiscriminado a las colas de postulantes a las fuerzas policiales, es contraproducente. Cosa bien distinta es golpear selectivamente a los mandos de las fuerzas colaboracionistas, sean éstas civiles o militares. Debemos recordar que el ejército invasor usa a los colaboracionistas y vasallos como carne de cañón y le importa muy poco que se despedacen entre ellos, ya se ha visto al hacer el análisis de la guerra en Vietnam.

La tercera lección permite recordar que las expresiones aniquilar al enemigo, liquidar al enemigo y destruir al enemigo significan causar bajas al adversario entre muertos, heridos y prisioneros. La guerrilla y la resistencia no están en condiciones de hacer prisioneros y debe tenerse presente que para las operaciones en movimiento y ante persecuciones lo mejor es causar al enemigo la mayor cantidad posible de heridos, por la simple razón de que ello limita su capacidad de movimiento, dado que no deben dejarlos abandonados y atenderlos requiere una gran movilización de fuerzas de reserva y en el caso de Irak, la utilización de helicópteros de rescate que siempre tienen escolta, que puede y debe ser golpeada (evitando, claro está, golpear a las que cumplen el papel de "ambulancias").

La cuarta enseña es que hay que evitar a toda costa la guerra de posiciones, como en el caso de Fallujah, que era una batalla perdida desde antes de iniciarse. Fue grande la heroicidad de los combatientes pero fue un desperdicio de vidas. El vaciamiento de población civil en el área de combate no era ninguna novedad imprevisible para sus mandos; todo lo contrario, es sabido, a nivel mundial, que fue una práctica permanente en la guerra de Vietnam. El imperialismo yanqui ha sacado sus lecciones y las aplica con cuidado; así que no hay que olvidar la experiencia de ambos bandos en contienda. El ejército invasor no se detiene ante museos, lugares religiosos de valor histórico ni cualquier otra cosa parecida, simplemente no existe el denominado "bastión inexpugnable"; la política del agresor y la reacción es matar todo, quemar todo, arrasar todo. Que propongan dialogo, conversaciones, mediaciones u otros regateos parecidos no es más que para preparar a la opinión pública antes de la masacre.

La quinta lección es que es necesario golpear constantemente en la retaguardia y allí donde sean más débiles, en toda la línea de abastecimiento (alimentos, combustible, munición, tropas de reserva, etc.), en todos los sistemas de deposito y en los centros de comunicaciones. Ir arriba y golpear a los mandos centrales en sus guaridas. Darles con su propia táctica de descabezar.

La sexta es que el sabotaje a los oleoductos debe ser constante en toda la línea y sin ninguna clase de reserva.

La séptima aconseja que es de tremenda importancia no ignorar el problema de la unidad nacional contra la ocupación. Se deben dejar a un lado las pugnas religiosas y las irracionales matanzas entre chiítas y sunitas. Se debe centralizar el mando y descentralizar las acciones. Unidad para la guerra de resistencia contra la ocupación. Guerra de guerrillas y resistencia nacional contra la ocupación. Derrotar a los imperialistas y a sus lacayos, a los colaboracionistas y reaccionarios iraquíes vendepatrias.

La octava recomienda estudiar con mayor detenimiento las costumbres y los desplazamiento de las tropas de ocupación y la de los colaboracionistas. Golpear tres veces: cuando están en movimiento, cuando vienen los refuerzos y cuando se retiran, a los de la cola. Y la guerrilla no da la cara.


Otras lecciones que se desprenden de la resistencia iraqui son las siguientes:

Es prioritario, para nuestro caso, analizar todo el proceso de la guerra, tal como lo ha hecho Fidel en Cuba, por lo menos desde las operaciones en la ex Yugoslavia, pasando por las del Golfo, hasta la actual, y sacar lecciones en el aspecto militar, económico, ideológico y sobre todo en el aspecto político.

El imperialismo yanqui no es invencible. Los cambios que están haciendo dentro de la llamada guerra preventiva; la reestructuración de sus fuerzas armadas gestionada por Rumsfeld y de la inteligencia civil y militar; los cierres y desplazamientos de bases militares, ponen al descubierto varios puntos débiles que deben ser aprovechados al máximo para golpear y crear varios frentes de guerra. Las "metidas de pata" de los gringos y su camarilla gobernante en la política internacional, están mostrando sus debilidades y dejando al descubierto fisuras que nos permitirán avanzar en oleadas de lucha revolucionaria, y sin descartar ninguna forma de lucha política.

Los revolucionarios debemos tener muy en cuenta que los yanquis tienen hoy un grave problema: después de la invasión y ocupación de Irak, tienen serias dificultades en establecer el tipo de Estado y la forma de gobierno que requieren. Su “nationalbulding” ha sido un rotundo fracaso. Se están planteando poner sus propias fuerzas civiles de ocupación, que generaría un mayor rechazo popular.

Al sistematizar estas lecciones y enseñanzas de la resistencia iraquí lo que queremos destacar es la necesidad de comprender el significado real y los alcances de la crisis provocada desde alli al imperialismo norteamericano. El análisis de la guerra de agresión contra Irak permite sacar lecciones que nos sean útiles en un futuro no muy lejano.

El otro elemento, desde el punto de vista militar, que debe ser analizado, tienen que ver con la Dirección de la guerra. El conocimiento de la situación, la determinación de las tareas, la disposición de las fuerzas, la instrucción militar y la educación política, el avituallamiento, el mantenimiento del equipo y la conquista del apoyo popular, forman parte del trabajo de los jefes guerrilleros, quienes deben considerar todo ello cuidadosamente, realizarlo a conciencia y verificar su ejecución. Sin esto, resulta imposible toda iniciativa, flexibilidad y ofensiva. Es cierto que las condiciones de la guerra de guerrillas no permiten un grado tan elevado de planificación como las de la guerra regular, y sería un error intentar elaborar un plan sumamente minucioso en la guerra de guerrillas. Sin embargo, es necesario planificar en la forma más minuciosa que permitan las condiciones objetivas, pues debemos comprender que luchar contra el enemigo imperialista no es ningún juego.

Los puntos antes mencionados sirven para explicar el primero de los principios estratégicos de la guerra de guerrillas: iniciativa, flexibilidad y planificación en la realización de operaciones ofensivas dentro de la guerra defensiva; operaciones de decisión rápida dentro de la guerra prolongada; y operaciones en líneas exteriores dentro de la guerra en líneas interiores. Este es el problema clave en relación a los principios estratégicos de la guerra de guerrillas. Si se resuelve, la victoria de la guerra de guerrillas, por lo que respecta a su dirección militar, estará en gran medida garantizada.

La relación entre el todo y la parte se refiere no sólo a la relación entre la estrategia y la campaña militar, sino también a la relación que hay entre la campaña militar y la táctica. La relación entre las operaciones de una división y las de sus regimientos y batallones, y la relación entre las operaciones de una compañía y las de sus pelotones y escuadras, son ejemplos concretos. El jefe militar, a cualquier nivel, debe concentrar su atención en los problemas o acciones más importantes y decisivos para toda la situación que está bajo su dirección, y no en otros problemas o acciones.

Para determinar qué es importante y decisivo, no hay que partir de condiciones generales o abstractas, sino de condiciones concretas. En una operación militar, la dirección y el punto de asalto deben elegirse con arreglo a la situación real del enemigo, al terreno y a la fuerza de nuestras tropas en el momento dado. Donde el avituallamiento es abundante, hay que cuidar de que los soldados no coman demasiado; pero donde es insuficiente, hay que cuidar de que no pasen hambre. En las zonas enemigas, la filtración de una sola información puede ocasionar la derrota en un combate posterior, mientras que en las zonas conquistadas, tal filtración de ordinario no es lo más grave. Es necesario que los mandos superiores participen personalmente en ciertas campañas, pero en otras no.

Para una academia militar, lo más importante es elegir el director y los instructores y establecer la orientación de la enseñanza. Para un mitin de masas, lo principal es movilizar a éstas para que asistan, y plantear consignas apropiadas. Aún se podrían citar más ejemplos. En una palabra, el principio consiste en concentrar nuestra atención en los factores importantes de los que depende la situación en su conjunto.

El estudio de las leyes de la dirección de una guerra en su conjunto, sólo es posible mediante una profunda reflexión. Porque lo que corresponde a una situación en su conjunto no es visible, y sólo se puede comprender mediante una reflexión profunda; no hay otro medio. Pero como el todo está compuesto por sus partes, quien tenga experiencia en las partes, experiencia en las campañas y la táctica, podrá comprender cosas de un orden superior, siempre que esté dispuesto a pensar seriamente.


Entre los problemas estratégicos figuran los siguientes:

Tomar en consideración la relación entre el enemigo y nosotros.

Tomar en consideración la relación entre las diversas campañas y entre las diversas etapas de operaciones.


Tomar en consideración ciertas partes que son importantes (decisivas) para la situación en su conjunto.

Tomar en consideración las características específicas de la situación general.


Tomar en consideración la relación entre el frente y la retaguardia.


Tomar en consideración la distinción así como la conexión entre las pérdidas y su reposición, entre el combate y el descanso, entre la concentración y la dispersión de las fuerzas, entre el ataque y la defensa, entre el avance y la retirada, entre cubrirse y exponerse, entre el ataque principal y los ataques secundarios, entre el asalto y la contención, entre la centralización y la descentralización del mando, entre la guerra prolongada y la guerra de decisión rápida, entre la guerra de posiciones y la guerra de movimientos, entre las fuerzas propias y las vecinas, entre una y otra arma del ejército, entre los mandos superiores y los inferiores, entre los cuadros y los soldados rasos, entre los veteranos y los bisoños, entre los cuadros superiores y los inferiores, entre los cuadros veteranos y los nuevos, entre las zonas enemigas y las propias, entre las zonas propias antiguas y las nuevas, entre la región central y las periféricas de una base de apoyo dada, entre el tiempo frío y el caluroso, entre la victoria y la derrota, entre las agrupaciones grandes y las pequeñas, entre el ejército regular y las fuerzas guerrilleras, entre el aniquilamiento del enemigo y el ganarse a las masas, entre el engrosamiento de las filas del Ejército Guerrillero y su consolidación, entre el trabajo militar y el político, entre las tareas del pasado y las presentes, entre las tareas actuales y las futuras, entre una y otra tarea en diferentes condiciones, entre frentes estables y frentes fluidos, entre la guerra civil y la guerra nacional, entre una etapa histórica y otra.


Todos son puntos de referencia y de estudio científico en el fortalecimiento de nuestra capacidad militar para defender el proceso revolucionario en nuestra patria.

Es la experiencia reciente de la lucha antiimperialista que debemos evaluar en toda su profundidad para no ser sorprendidos por los acontecimientos.

benitez306@hotmail.com


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Horacio Benitez


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