Las falencias de la MUD para el diálogo

Una nueva ventana hacia la Paz parece abrirse en el horizonte venezolano. Luego de insistentes llamados del Presidente Nicolás Maduro a la construcción de un diálogo honesto, sin agendas ocultas o con condicionamientos previos, la llamada Mesa de la Unidad Democrática hizo presencia para iniciar las conversaciones que puedan llevarnos a los necesarios puntos de acuerdo que en este momento histórico requiere el país.

Sin embargo, el colectivo de derecha, representado en primera oportunidad por Ramón Guillermo Aveledo, Henry Falcón y Omar Barboza, luego por una variada pero seleccionada gama de personajes, tiene serios retos por delante para llevar a cabo esta empresa no electoral pero sí dialogante y pacífica, muy a pesar de las intenciones de la Sra. Machado. En efecto, la MUD debe sortear un gran primer obstáculo que es la crisis de legitimidad que actualmente vive en el seno de los sectores que en las últimas elecciones han votado por su tarjeta.

Así, no hay que ser un sesudo analista para reconocer que quienes creen en el camino de la violencia, o de la guerra para ser más sinceros, han tomado lugares preponderantes en la vocería “opositora” y aquellos que comulgan más con la política verdadera se han relegado a segundos y terceros planos, a lo mejor por el miedo reverencial a los medios de comunicación en cualquiera de sus formas; probablemente arrasados por la ola violenta de sus colegionarios; seguramente por no contradecir las órdenes de la ultraderecha mayamera que marca agenda en USA pero inequívocamente por la cobardía, ligada con comodidad, de perder sus privilegios.

De esta forma, las cornetas de guerra marcan la agenda de la derecha y hoy en redes sociales califican de traidores a sus representantes en el Diálogo (así con mayúscula), se convidan a seguir destruyendo el país y a no creer en proceso de Paz alguno. En este momento, pareciera que los políticos opositores deben subir una empinada cuesta para lograr niveles aceptables de credibilidad entre las filas que pretenden representar.

Por otra parte, la MUD enfrenta otro problema que podría ser mayor al que planteamos anteriormente, la falta de una propuesta de país para arrancar el Diálogo. La organización, por llamarla de alguna forma, que ha tenido el monopolio de la tarjeta electoral en los dos últimos procesos electorales para los sectores adversos a la Revolución, carece de una propuesta seria que pueda aglutinar voluntades y que pueda generar acciones concretas para la construcción de la Patria.

En este orden, su agenda ni siquiera es capaz de establecer condiciones objetivas para que no se siga matando gente y destruyendo bienes público, privados, así como vías públicas. Cuestiones como la liberación de sus militantes privados de libertad por diversos delitos en sus reiterados intentos por salir del Gobierno Revolucionario a través de golpes en cualquiera de sus presentaciones; es todo lo que ponen en la mesa, más allá de eso no hay una oferta ideológica ni política que permita tener elementos para el inicio de un verdadero Diálogo constructivo.

Esta falta de contenido propositivo en las filas de la derecha no es sino resultado de ya más de una década de actitudes tipo “Pierre Nodoyuna” el célebre villano de las series animadas que siempre resultaba víctima de sus propias trampas. Hoy día, tenemos una derecha desdibujada, incapaz de aglutinar a sus seguidores alrededor de una idea, mucho menos de un sentimiento patrio que les permita entablar luchas con un verdadero sentido, con horizontes que permitan visualizar el tan cacareado pero inexistente “camino” que una vez quisieron vender con fines electorales.

En este marco, la MUD se encuentra ante una realidad insoslayable: Los venezolanos hemos asumido la propuesta ideológica presentada y perfeccionada con el pasar de los años por el Comandante Hugo Chávez quien como primero de una larga lista de logros, despertó la conciencia ciudadana haciendo entender que la Soberanía es un bien intransferible que debe radicar única y exclusivamente en el Pueblo. De allí, en sólo década y media hemos emprendido una transformación política que ha permitido a la población ocupar espacios que antes estaban reservados a las clases oligarcas, las mismas que hoy tratan de recuperarlos.

Dentro de ese contexto, la MUD asiste al Diálogo con su país que a lo largo y ancho tiene consejos comunales, comunas, así como la más amplia gama de instancias de algo que no estaba en el vocabulario de los gobiernos del puntofijismo: El Poder Popular. Es así como hoy se construye una Patria en la realidad, con un pueblo activo en la construcción de un modelo Socialista que hemos asumido y defendemos día a día.

Hugo Chávez Frías ofreció al país un proyecto que comenzó con una Constituyente generando una nueva era para Venezuela. Su convencimiento de que sólo a través del debate sincero y de altura en cada rincón patrio podríamos avanzar verdaderamente, marcó la forma de concebir la Democracia al venezolano, independientemente de su posición política. Esto ha sido la génesis de las grandes transformaciones que exitosamente hemos logrado en el país.

Hoy, si los grupos de derecha pretenden aunque sea hacerse merecedores legítimos del título de "oposición" deberán entender que ni siquiera la parte minoritaria del pueblo que aún les sigue es la misma de hace quince años. El legado de Chávez trascendió al chavismo, todos los venezolanos esperamos líderes con la valentía, la fortaleza, la honestidad y lo propositivo del Comandante Eterno, nuestro Presidente Nicolás Maduro ha tomado el testigo de la Historia y fiel a nuestra herencia Chavista, ha respondido este momento histórico, incoando un trascendente proceso de Paz Nacional, toca ahora a quienes le adversan intentar estar a la altura de las circunstancias.



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César Ferrer Dupuy

Abogado Chavista. Su blog es ferrerdupuy.blogspot.com

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