La misión tapada de la OEA y UE

Las recientes declaraciones del presidente Chávez (VTV, 12-12-05) en las que revela que los informes preliminares de la OEA y UE sobre las elecciones parlamentarias del 4-D fueron elaborados conjuntamente con los partidos de oposición y la embajada estadounidense en una especie de "misión tapada" que se llevó a cabo de manera paralela con las observaciones de orden técnico, es lo que logra explicar de manera clara y concisa las grandes contradicciones en la que ambos organismos incurrieron.

En su parte técnica, los informes de la OEA y UE dejan constancia de todo el esfuerzo realizado por el CNE para garantizar la participación ciudadana, además de criticar la "sorpresiva" retirada de la oposición "sin argumentar nuevas razones", dejando así en evidencia su estrategia golpista. Igualmente, los informes expresan claramente que el voto no podía ser revelado, contradiciendo así la campaña siniestra de la oposición y medios privados en la que se señalaba el supuesto almacenamiento de una "secuencia" en las maquinas de votación que violaba el secreto del voto, y que posteriormente fue utilizado para exigir la exclusión de las maquinas captahuellas y posteriormente justificar la retirada de los partidos golpistas del proceso electoral.

Pero la OEA y UE expresaron también consideraciones de tipo político que no habían sido acordadas previamente con el CNE. Según el acuerdo entre el CNE y la OEA sobre el procedimiento de Observación Electoral para las elecciones parlamentarias firmado el 11 de noviembre de 2005, la misión de observadores "podrá informar acerca de irregularidades, deficiencias técnicas e interferencias que hubiese identificado como resultado de sus tareas de observación..." (2b) y "colaborará con las autoridades gubernamentales [entre otros] para contribuir a generar un clima electoral de integridad, transparencia, imparcialidad y confiabilidad del mismo." (3c) En este sentido, la OEA y UE incurrieron en una clara intromisión al solicitar la sustitución del Poder Electoral y realizar apreciaciones subjetivas sin contar con mecanismos técnicos idóneos para medir el grado de supuesta "desconfianza" sobre el CNE, sobretodo cuando las consideraciones de orden técnico elogiaron su actuación. Además, la
OEA encontró espacio para "lamentar" unas declaraciones de Iris Varela tomadas exclusivamente de Globovisión, pero obvió de manera deliberada el atentado terrorista de grupos extremistas a un oleoducto que estaba destinado a crear un clima de violencia que impidiera el libre ejercicio del voto.

Como co-autor de los informes de la OEA y UE, la oposición ha manifestado plena satisfacción con su contenido, aunque paradójicamente esta "aceptación" debería también ser extensiva a las consideraciones de orden técnico que la obliguen a admitir que siempre estuvo equivocada en sus denuncias contra el CNE, que existe plena confianza en la actuación del Poder Electoral y que el voto automatizado genera mayores beneficios para la ciudadanía. De igual manera, la oposición tendría que aceptar las declaraciones del propio secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en las cuales manifiesta haber certificado y validado las elecciones parlamentarias, otorgándole plena legitimidad al proceso electoral y a las instituciones democráticas bolivarianas.

(*) Internacionalista


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Antonio Guillermo García Danglades *


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