Presunciones

El 18 de noviembre de 2004, todo el país fue conmovido por el horrible
asesinato de Danilo Anderson. El terrorismo cobraba con creces la
lucha por la verdad y por la dignidad. Danilo era el Fiscal 4to de
Ambiente, con competencia nacional, que llevaba adelante un conjunto de
casos polémicos, en los que su inquebrantable voluntad, tenacidad y
férrea honestidad, le valieron la muerte.

Danilo había cosechado éxitos en su carrera, que iban desde sus luchas
estudiantiles hasta sus éxitos académicos y profesionales. Tenía
inclinaciones hacia la cultura y el ambientalismo y se destacó como un
hombre íntegro y ejemplo a seguir por muchos. Entre los casos que atacó
y que fueron muy sonados a nivel nacional, se encuentran las
acusaciones contra los policías metropolitanos (PM) que participaron en
el Golpe de Estado del 11 de abril del 2002, los intentos de magnicidio
contra el Presidente Chávez, la conspiración de Enrique Tejera París,
los militares terroristas de la plaza Altamira, los firmantes del
Decreto del Dictador Carmona y el ataque terrorista a la Embajada de
Cuba en los días del Golpe de Estado del 11A. Como se ve, y
especialmente en los últimos casos mencionados, existían de sobra
personas con motivos suficientes para recurrir al asesinato.

Desde el mismo momento en que ocurrió el atentado, se sospechaba
quiénes podían haber sido los asesinos. Lo difícil era probarlo, pero
nuestra Constitución y nuestras convicciones revolucionarias guían
nuestro accionar, por lo que se deben respetar principios básicos como
el de que todos “son inocentes hasta que se demuestre lo contrario”, el
derecho a la defensa y al debido proceso, y el respeto a la vida. Las
investigaciones deben llegar hasta las últimas consecuencias y los
culpables deben ser castigados, sean quienes sean. Siguiendo ese
principio de la inocencia, hablamos de presunciones y no de acusaciones
sin pruebas. No se puede caer en el mismo plano de quienes usan a los
medios para acusar y juzgar, sin derecho a la defensa ni a las
réplicas.

Los “presuntos” autores intelectuales del lamentable acto terrorista
están ligados y están de una u otra manera, implicados en los casos
investigados por el Fiscal Danilo Anderson, por lo que es fácil tener
el móvil perfectamente establecido. Los “presuntos” colaboradores de
los “presuntos” terroristas, son, también, “presuntas” organizaciones
terroristas como las Autodefensas Unidas de Colombia y la CIA. A su vez
estas “presuntas” organizaciones terroristas están hermanadas con las
organizaciones anticastristas “presuntamente” terroristas y a las que
también están “presuntamente” ligados los “presuntos” autores
materiales. Pero siguiendo con las presunciones, lo que se destaca de
los “presuntos” autores materiales es que los mismos estuvieran
vinculados, bien sea por posiciones de trabajo o dirección, con cuerpos
policiales venezolanos, entre ellos la Disip, “presuntamente” muy
penetrada por las organizaciones anticastristas, la CIA y ahora las AUC.

Ahora la campaña que han montado los medios de comunicación consiste
en hablar del asesinato del Danilo Anderson, cuando la posición
correcta debe ser denunciar el caso como un acto de Terrorismo y no
solo de asesinato. Hay que ser enfático en señalar que el caso tiene
que ver con una acción terrorista porque la misma tiene como objetivo
amedrentar a quienes investigan los actos de conspiración y de traición
a la patria. La acción cometida contra Danilo Anderson buscaba inducir
terror para forzar una posición política y esa es la más elemental
definición del Terrorismo.

El asesinato de Danilo Anderson es entonces un acto terrorista que
atenta contra la Democracia y la paz, tal como lo señala el acuerdo de
la Convención Interamericana contra el Terrorismo, del 2 de junio de
2002, realizado en Barbados en la que se declaró que el terrorismo es
una amenaza para los valores democráticos, para la paz y la seguridad
internacional. La injerencia de organizaciones ligadas al terrorismo,
tales como las AUC, la CIA y las organizaciones terroristas
anticastristas, le da una dimensión internacional que vincula a los
gobiernos de dos países, “presuntamente” vinculados con el terrorismo,
como cómplices de estos actos.

Los Gobiernos de Bush y de Uribe tienen responsabilidad directa en el
acto de terrorismo que acabó con la vida de Danilo Anderson, las
organizaciones que siguen políticas diseñadas por Bush y Uribe (las
AUC, los terroristas anticastristas y la CIA), también son culpables
así como esos tristes lacayos, serviles a los intereses del
imperialismo, esa oposición golpista venezolana, que vive de las
migajas que el Departamento de Estado de los EEUU les da, como premio a
sus actos terroristas y de traición a la patria. Esta vez es necesario
condenarlos públicamente, sin dobleces y sin seguir escribiendo
presunciones.


ofgomez@espacioautogestionario.com


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Omar Gómez

Conductor del programa "Latinoamérica Unida", por La Radio del Sur.

 omarg.ccs@gmail.com      @omarfgomez

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