Cachorro de águila calva

El 15 de septiembre del 2005, la comunidad mundial, pero sobre toda, la heredera de la aguerrida cultura maya y azteca, queda impactada con las tristes declaraciones de su Presidente Vicente Fox, quien luego de entrevistarse con su homólogo estadounidense, George W. Bush, se declara incompetente de conducir los destino de la nación mexicana.

Abordado por un acucioso periodista que le preguntó sobre las dificultades de gobernar su país, Fox, que significa zorro en español, le respondió lo mismo que le dijo a su anfitrión, el presidente del imperio norteamericano que ostenta en su símbolo nacional un ave de rapiña, el Aguila Calva; dijo Fox:

“Es más fácil vender Coca-Cola que manejar un país”

Desventurado comentario que impactó en la comunidad mexicana, no tanto por la franqueza en sus palabras al declararse incapaz a conducir una gloriosa nación de mil historia, mil contrastes y mil invasiones, como México, sino por el entreguismo servil que desbordaban sus humillantes palabras, al sentirse identificado con una marca comercial insigne del imperialismo estadounidense, al cual se sentía muy identificado, ya que como se sabe, Fox antes de ser presidente, fue un magnate empresario de la Coca Cola Company en México, que a diferencia de lo que muchos piensan, más que un inocente refresco, es una trasnacional con toda la arrogancia e inmoralidad del imperialismo invasor.

No es fortuito el bien ganado título de IMPERIALISTA que desde siempre ha ostentado el gobierno de Washington… Un nombre que degeneró en la nacionalidad de “GRINGO”, cuando tropas del ejército estadounidense, con su típico uniforme de color verde, incursionaron en el territorio mexicano para apropiarse de más de la mitad de la nación; y en respuesta, el pueblo mexicano, en su dialecto español, les gritaba su significado en inglés: GRINGO que proviene de “green = verde; go = vete”; es decir: verde vete..!

Expresión de un profundo arraigo nacionalista que siempre estará en el sentir del mexicano, pero que olvidó su presidente Vicente Fox, cuando ese día festejaba el entreguismo de negociar un acuerdo de Libre Comercio con los Estados Unidos, que le permitirá al imperio penetrar la débil e incipiente economía mexicana a través del dólar, como el patrón de comercialización que produce y controla la Reserva Federal de los Estados Unidos; es decir, Fox firmó:

Un Acuerdo de Libre Comercio, donde México pone los compradores y los Estados Unidos los productores, con el agravante para la nación mexicana, de que el patrón comercial es el dólar, que como se sabe, es la moneda del imperio la cual produce a su antojo

Y de esta manera tan burda y humillante, el Aguila Calva, como un ave de rapiña, continúa devorando las entrañas de lo que una vez fue el imperio mexicano: primero por el imperio español representado por el conquistador Hernán Cortes, y luego por el imperio Norteamericano representado en El Alamo:

“El Alamo fue el lugar donde se sucedieron los hechos acaecidos en febrero de 1836 en la capilla de la Misión de San Antonio de Valero, cuando a fines del año 1835, soldados norteamericanos organizados en un ejército invasor de voluntarios, tomaron la ciudad de San Antonio y ocuparon El Alamo. En febrero de 1836, llegó al lugar el ejército mexicano al mando del General Antonio de Santa Ana, manteniendo el sitio durante 13 días hasta convencer a los invasores; y ante la negativa de deponer las armas,, se vio obligado a atacar, muriendo en la acción los 184 invasores estadounidenses que se encontraban en la capilla del fuerte… Este hecho que significaba un acto legal y justificado de soberanía por parte de México, fue tomado como una declaración de guerra por parte de Washington para justificar la invasión y apropiación ilegal de más de un millón de kilómetros cuadrados, cuando mediante el uso de la fuerza y la corrupción, le quitaron a México más de la mitad de su territorio: Texas en 1836; California, Utah, Arizona, en 1848, y Tucson en 1853”

Este atropello invasor del imperialismo gringo, está grabado en la médula de los huesos del más humilde mexicano, menos en la memoria Vicente Fox, por cuanto él es un servil adoctrinado en las aulas de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos, donde cursó sus estudios, para convertirse, como bien dijo el Presidente Chávez, en un “cachorro del imperio”, que vendió el alma de su pueblo al diablo de George W. Bush, cuando apoyó el ALCA y firmó acuerdos de Libre Comercio con los Estados Unidos… Acuerdos que degeneran en muerte y miseria que no reflejan las estadísticas manipuladas por las imágenes televisivas de CNN, sino en las cercas electrificadas y muros de contención, que a modo de represa, construye desesperadamente los Estados Unidos en las fronteras, para detener la carga de pobreza que amenaza con retomar los territorios que ancestralmente pertenecen al valeroso pueblo mexicanos.


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