El pensamiento de un estadista

Asómbrese. Mientras Simón Bolívar estaba luchando contra las mayores inclemencias, lluvias, sol, noche, frío, barro, ríos, selvas, mosquitos, serpientes, fieras, falta de provisiones, hombres sin preparación para la guerra, etc., etc., y haciendo batallas por la independencia de la patria grande, tenía en mente como haría para hacer más próspera las tierras de todo este extenso territorio. Viendo en sus viajes como existían caudalosos ríos en época de lluvias formados por cuantiosos y enormes afluentes, y en la época de sequía como se secaban circulando por algunos de ellos solo un hilo de agua en donde en pocos meses atrás era grandioso el flujo de agua, caudal inmenso de agua por donde se podía hasta navegar y unir algunas poblaciones ubicadas a sus orillas. ¿Como era posible que todo aquel caudal de agua dulce se dirigiera libremente al mar y nadie fuera capaz de poner algún obstáculo para que de su corriente quedara represado una buena parte de este vital líquido? Bolívar se imaginaba que hacer ésto no debería llevar mayor trabajo y el costo en dinero no debería ser muy grande y como sería de enorme el beneficio para la comunidad aledaña de una represa, embalse, laguna o como la quieran llamar.

Entonces, el 19 de diciembre de 1.825 el Libertador Simón Bolívar dicta el Decreto de Chuquisaca, que entre otras cosas señala:”Considerando que una gran parte del territorio de la república carece de aguas y por consiguiente de vegetales útiles para el uso común de la vida. Considerando que la esterilidad del suelo se opone al aumento de la población y priva entre tanto a la generación presente de muchas comodidades… decreto: 1º) Que se visiten las vertientes de los ríos, se observe el curso de ellos, y se determinen los lugares donde puedan conducirse aguas a los terrenos que estén privados de ella. 2º) Que en todos los puntos en que el terreno prometa hacer prosperar una especie de planta mayor cualquiera, se emprenda una plantación” De ese decreto han pasado 188 años y todavía existen miles y miles de hectáreas que en verano se tuestan por falta de agua ¿Que pasa que ningún gobierno ha establecidos a lo largo de algunos caudalosos ríos un buena cantidad de diques muy útiles en el presente y más en el futuro a la población venezolana? ¿No sería una bendición para Venezuela contar con un buen número de embalses o diques, esparcidos en el amplio territorio nacional activando la piscicultura, riego para los pastos, para la agricultura, para la siembra de bosques, para la industria, y así reactivar el empleo dándole vida a lugares que hoy pueden ser inhóspitos?

Claro está que primero habría que conocerse los lugares más adecuados para ubicar estas pequeñas represas las cuales se llenarían con los inmensos torrentes de agua en la época de lluvia y allí quedaría como elemento acuífero para el aprovechamiento de muchas empresas y por supuesto de muchas personas. Tener en el país muchos reservorios de agua potable es trascendental y en el futuro cercano ésto tendrá que verse, por lo que iniciar ya esos trabajos es urgente, ya que no hay excusa alguna para abstenerse pues de inmediato allí se desarrollaría esa zona como agrícola, pecuaria, turística, industrial, piscícolas, etc. Dese cuenta usted amigo lector ¿Qué otro hombre en sus laboriosas y difíciles responsabilidades bélicas se ocupe de pensar en estas cosas? Ese pensamiento y preocupación solo lo puede hacer un gigante y ese no es otro que un venezolano, Sin embargo, después de haber pasado 188 años de aquel decreto todavía no ha sido cumplido y eso que han pasado decenas de gobiernos por esta bella república. VENEZUELA

Julio de 2.013


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José M. Ameliach N.


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