¿Producir o importar?

Que difícil le està resultando al gobierno el solucionar problemas puntuales como son el desabastecimiento y especulación de productos de la cesta alimentaria y otros. Se anuncia la importación de 760.000 toneladas de alimentos como una medida compensatoria para aliviar “Temporalmente” la escasez de algunos rubros importantes. Una vez arriben al país y comiencen a llenar los anaqueles, la gente se volcarà a adquirirlo como sea, haciendo largas colas, peleando por un puesto en la fila, hasta desaparecerlos de nuevo. Yà , màs que de necesidad, es una cuestión de cultura promovida con éxito por los medios privados como parte de tácticas con objetivos bien definidos. A manera de ejemplo, si alguien que nunca consume caraotas y ni siquiera le gustan, al verlas desaparecer salen a buscarlas con desespero y adquirir la mayor cantidad posible. En poco tiempo, el Estado deberá invertir en una nueva importación.

Quiènes se benefician de èsto? Los comerciantes, los especuladores, funcionarios corruptos, contrabandistas y hasta algunos buhoneros se unen al bochinche. Las divisas necesarias para materias primas, equipos, maquinarias, repuestos, ect. son desviadas para adquirir alimentos y capear el temporal. No sòlo en el área alimentaria, sino en todos los rubros, seguimos dependiendo de los monopolios privados para el normal funcionamiento del país.

Veamos un caso en particular: La harina de maíz. Serà que es muy difícil fabricarla? En absoluto; luego de desgranado el maíz, producido en nuestras tierras, se cuece, se muele, se empaca y se vende. Si el estado promocionase en el país, adicionales a las actuales, dos o màs pequeñas o medianas procesadoras en cada estado, no sòlo podríamos abastecer el mercado nacional, sino exportar el excedente e independizar el monopolio de su distribución. Hay suficientes evidencias de Harina Pan en USA y Colombia, cuando aquí se lucha por conseguirla.

Si usted por curiosidad, se toma la molestia de revisar el origen de los productos que consume, verà casos como: Vegetales picados de USA, jabòn de tocador y pasta dental de Mejico y Colombia, agua de coco enlatada de Tailandia, leche descremada de Ecuador, jabòn para las manos de Turquìa y asì seguirà la larga lista encontrada. Cree usted que solo sabemos comprar y consumir? Serà que nadie sabe hacer mantequilla, margarina, jabòn, crema de dientes o enlatados de cualquier vaina y venderlas?. “ Que es lo que pasa?”

Nadie puede negar que el Estado ha hecho inmensos esfuerzos para incentivar y aumentar la producción alimenticia en general. Se han logrado resultados, pero siguen siendo escasos e insuficientes. El campesino, el pequeño ganadero, el granjero, pescador y otros, siguen viviendo en la Edad Media . No salen de abajo. Necesitan un hábitat diferente, con títulos de propiedad de lo que tienen, una casa digna para asentar su familia, colegios para sus hijos, servicio mèdico gratuito, posibilidad de adquirir vehículos de carga, pensión de vejez y un apoyo permanente del Estado en cuanto a su desarrollo como productor y como persona. Viviendo casi como damnificados, no se les puede exigir que den màs de lo que realmente pueden dar.

Si usted es citadino, pueblerino, incluso indígena y posee cualidades como ser emprendedor, con iniciativa, sea profesional o no y desea ser un pequeño o mediano fabricante de “algo” y asì lo decide, què necesita? Primeramente deberá tener asistencia legal y jurídica de còmo hacerlo. Si lo hará como cooperativa, empresa social, comunal, o simplemente privada y que en cualquiera fuese el caso, el Estado le proporcione el apoyo necesario para su arranque, puesta en marcha y éxito en su gestión. Entonces , cuàl es el problema?

Primeramente deberá lograr que le paren bola, lo tomen en serio y estèn dispuestos a ayudarle. Logrado èsto, comienza el calvario. Ud se verà sometido a una larga y penosa permisologìa para volverse loco. Para agilizar cualquier tràmite deberá aprender a bajarse irremediablemente de la mula, o se quedarà esperando hasta envejecer. Recibirà los peores tratos de su vida y ruegue a Dios que el Seniat no lo ponga como “Contribuyente especial”. Tendrà además que aprender a levantarse a las cuatro de la madrugada, a hacer largas colas en el Inpsasel, Alcaldìa, el mismo Seniat y muchos otros organismos públicos para pagar o le clavan una multa de hermosas unidades tributarias. Si en su proceso de fabricación requiere algún material de los llamados controlados, se jodiò. Ahì la vaina es peor. Todo lo tendrá que tramitar por Caracas y hasta pagarle avión y viàticos a funcionarios para que vengan a hacerle inspección. La mula, siempre de por medio. Se recuerda que Chavez ordenò que nadie debería pasar mas de media hora en un banco, bien, allì usted perderà la paciencia, si aùn le queda.

Para acceder a los materiales y materias primas que requiera, caes penosamente en manos de los monopolios, que harán contigo lo que les venga en gana. Sin aviso te cambian los precios a cada rato y si protestas te amenazan con no venderte màs.

Si eres terco y persistente y logras superar todo lo anterior multiplicado por cuatro y decides venderle a organismos del Estado, deberàs sacar nuevos permisos como el RNC y tendràs que hacerte amigo de la mamà de Tarzàn. Logrado esto y comienzas a venderles, si das crédito, te pagaràn cuando la rana eche pelos y hasta quebraràn tu pequeño negocio.

Recuerdas cuando nuestro Lìder dispuso con carácter de ley que ningún pedido de algún organismo oficial emita una Orden de Compra sin tener los recursos asegurados y deberían abonarte la mitad del valor cuando lo requirieses para capital de trabajo. Bueno, toda esa vaina se les olvidò. Tambièn ordenò nuestro Comandante que luego de cumplir con la entrega el comprador no debería demorar màs de quince días para cancelarte. Tampoco le paran bola a eso.

Por la falta de seguimiento a las disposiciones acordadas y que pudiesen beneficiarnos, nos volvemos cada dìa màs apàticos y màs dispuestos a comercializar que a producir.

Ahora sabes por què no hacemos nada aquí. Compramos productos extranjeros con registros sanitarios piratas y nos ponen en la etiqueta cualquier vaina. Mientras màs complicadas, parece que es mejor. Sabìas que los concentrados de refrescos vienen de matrices en Ecuador y Brasil. Aquí solo les ponemos agua, azúcar y los embotellamos. No nos dejan hacer nada. A quièn le echamos la culpa, al gobierno?, A intereses transnacionales? A nosotros mismos?

osmar1001@hotmail.com

@osmar1001


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Oswaldo Martìnez Rojas


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