Preocupante la conducta cultural revolucionaria

Llevamos años sin que la cultura revolucionaria muestre una dirección, se pensó que la participación electoral fijaba un rumbo hasta que llegamos al 14 de abril, refleja lo endeble en la que se encuentran nuestras bases culturales para una política revolucionaria consistente. Prácticamente menospreciamos nuestra cultura cuando estudiamos la revolución cultural china, los cambios logrados en la ex URSS con la ciencia y tecnología o analizamos la revolución cubana y no hacemos nada para mejorar la que nos atañe.

La participación del pueblo en la política implica un proyecto transformador, el crecimiento del pueblo es el desarrollo del Estado, esto implica que en revolución nada es suficiente, no podemos conformarnos cuando decimos que lo realizado no es poco, y es verdad, sin embargo, puede reflejar la visión estática que típicamente tiene la izquierda clásica de lo que significa hoy el desarrollo de un proceso al socialismo con la confusión de priorizar la distribución, los subsidios y no la producción.

Un mejor vivir de la sociedad resulta de las obras públicas, de los subsidios, sostenidos por el gobierno sin que esto tenga que decir que es una formula intocable para una política social dinámica. La revolución es un proyecto socio-económico y cultural que debe transformarse todos los días, lamentablemente, la cultura carece del conocimiento necesario, de la ideología suficiente, de la convicción que requiere la revolución para crecer, así, simplemente deja de crecer, se frena y no se valora de mejor manera las obras sociales y públicas realizadas por el gobierno.

Parecería en términos de ciencia política que no sabemos qué hacer con el ministerio del poder popular para la cultura, como política general ellos dirán que no es poco lo que se ha hecho… volvemos a lo mismo en el manejo de la cultura.

Es ahí donde el pueblo tiene que actuar, cambiar la cultura no depende solo del gobierno depende de la sociedad, de la familia principalmente porque en la transformación de la cultura entra el conocimiento revolucionario, la critica a la forma servil que los funcionarios de las estructuras públicas y políticas realizan su trabajo, la cultura requiere de autonomía, libertad, fondos y soberanía para reorganizarla.

Nuestro aporte como pueblo a la cultura debe ser subversivo, rebelde, disidente, critico, pero, también, debemos dar el ejemplo como lo hacemos en el metro con la basura, no la tiramos donde se nos cae la mano, por considerar uno de los ejemplos más elementales para cambiar una cultura.

Hablar de mejorar o cambiar una cultura tiene muchas cosas de fantasía. La educación media y superior está muy ligado con la cultura pero no es suficiente, el peor error del gobierno es meter en el mismo saco a la educación y la cultura, eso se ve con la inversión para esas carteras sin cambio de matriz productiva excepto la gratuidad.

No se trata de los deseos del gobierno para que nuestro cine y teatro sea mejor que el europeo o estadounidense, igual sucede con el arte, la pintura, la música, la escritura, no es cuestión de los deseos del gobierno por masificarla desde la educación porque la cultura ya está masificada por su historia y filosofía, cambiar la cultura es otra cosa, hacerla revolucionaria no es cuestión de una innegable constitucionalidad.

Hay que producir la cultura socialista cosa que no lo podemos hacer mientras se mantenga la confusión en el ministerio de la cultura realizando cosas risibles en medio de su buena voluntad y gran eficiencia. Cambiar la cultura no requiere solo eficiencia sino eficacia.

La cultura es de todos y todas debería decir a la entrada del ministerio, la cultura revolucionaria debe estar en las escuelas, liceos, universidades, en las zonas rurales con los diferentes pueblos, en los sindicatos, en las fábricas, en los clubs deportivos, en Miraflores, ministerios, gobernaciones, alcaldías porque cambiar el burocratismo, la corrupción, el conformismo, la arrogancia, la violencia, egoísmo e individualismo, es cambiar una deprimente cultura impuesta, la mayor responsabilidad de este cambio recae en el pueblo.

Estas grandes inconsistencias vienen desde arriba del gobierno, el papel del Estado es crear condiciones apropiadas para renovar la cultura, no se puede dirigir su rumbo y contenido desde un despacho en reunión con técnicos quienes delinean lo que los pueblos deben hacer; no es la primera vez que desde el gobierno se ofrece mejorar la cultura sin considerar la moral pública ni la transformación ética para erradicar la especulación, otro típico ejemplo de la expresión cultural – comercial y económica que no podemos destruir.

Un cambio cultural no puede ser dibujado en un palacio o en un ministerio, la cultura se mejorara con un debate público desde los liceos alumnos- maestros o desde los funcionarios con sus jefes, una vez se pongan de acuerdo con sus diferencias y problemas se podrá debatir públicamente con los campesinos, indígenas, obreros, universidades, solo así podremos delinear el rumbo de nuestra cultura que casi nada tiene de revolucionaria.

No existe ahora un clima apropiado para debatir, discutir la política o la ideología que el gobierno busca para la cultura popular, la cultura de subordinación instalada en la estructura del Estado, no es la adecuada para la cultura revolucionaria del pueblo. Una cosa son los lineamientos impartidos que ayudan en la administración pública otra cosa es delinear las artes y la sociología desde una misma premisa política cuando no se escucha solo se oye los ruidos del pueblo.

Nuestra cultura socialista al sol de hoy está vacía de elementos revolucionarios pese a la gran maquinaria que disponemos, su presencia en las artes no es integral para una mejor participación porque el debate igual de vacío esta; se reúne al pueblo para debatir y no se le hace caso, pasa en las zonas rurales, en las universidades o en el trato a los hermanos indígenas cuando llegan a Caracas.

Una cultura revolucionaria debe tener espacios de existencia y reproducción, no darlo sería continuar con una cultura que es una ficción revolucionaria cuando la rebeldía de la masa está siendo manipulada.

rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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