La CEV y la Iglesia de los pobres

La Conferencia Episcopal Venezolana, CEV, liderada por el cardenal Jorge Urosa Sabino - quien no le para ni al Papa Francisco - sigue empeñada en su enfrentamiento contra la Revolución Bolivariana y sus políticas hacia el socialismo.

Ya tenemos nuevo Presidente y todavía están frescos los recuerdos de quienes celebraron la partida del “Comandante Eterno”. No tan sólo por ser sus enemigos políticos; sino por oponerse al cambio revolucionario y a quien hoy enarbola las banderas, el “hijo de Chávez”, el Presidente Nicolás Maduro Moros.

Todavía no hemos comenzado a sentir en Venezuela la presencia del nuevo Papa Francisco y sus pronunciamientos en nombre de los pobres; porque con el discurso que mantiene el Cardenal Jorge Urosa Sabino se expresa una contradicción con la obediencia.

Este jerarca de la Iglesia Católica venezolana desacata los lineamientos del Pontífice y desconoce los postulados de San Francisco de Asís, porque justamente obedece a los lineamientos del Opus Dei a los cuales representa en Venezuela y que también están vinculados a muchos protagonistas de la oposición golpista (recordar el golpe de Estado y el papel de PJ y líderes de Copei en el 2002, nombrados ministros).

Por eso al Cardenal Urosa es bueno recordarle la oración de San Francisco de Asís, muy lejana a la opulencia, por ser signo de humildad para los pastores:

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.

Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación,
que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.

Oh, Maestro, haced que yo no busque
tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.



Porque es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.

En Venezuela ya tenemos nuevo Presidente Constitucional y un gobierno de calle presidido por Nicolás Maduro Moros. Tuvo que transcurrir el tiempo para que la CEV, unida a parte de la oposición sensata, reconociera a regañadientes al nuevo mandatario de todos los venezolanos.

La posición de la jerarquía católica ha dejado mucho que decir entre los creyentes por su tardía reacción; aunque no es extraña para los venezolanos, (conocemos sus antecedentes desde el golpe de Estado del 2002) por su posición blandengue en la actual coyuntura donde el fascismo ha mostrado sus garras.

La Iglesia de los ricos nos ha hecho recordar facetas de los tiempos de Mussolini y de Adolfo Hitler, cuando los pontífices de entonces, impartían bendiciones y regaban con agua bendita los tanques de guerra en la Segunda Guerra Mundial, los cuales salían a causar muerte y destrucción a la población de los pueblos europeos.

A pesar de existir en nuestro país, como en muchos países del mundo, una Iglesia “elitesca”; también cohabita la Iglesia de los pobres. Es la Iglesia que siempre ha acompañado a los excluidos en su día a día, la de los verdaderos apóstoles en los barrios y en los poblados del interior del país, donde se comparte el auténtico amor de Jesús.

Es la Iglesia expresada en todas las escuelas de Fe y Alegría, en los Centros AP , en las congregaciones de hermanitas de los pobres, quienes comparten el dolor y las angustias de miles de venezolanos; en los orfanatos, ancianatos y hospitales de toda Venezuela.

“Bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos” nos recordaba el Comandante Chávez - citando los evangelios - en sus discursos y en sus palabras, las cuales aún resuenan en los oídos de los pobres. Para algunos prelados de la Iglesia Católica no son aceptables, porque “Jesús no es Chávez” - dijo el Cardenal Urosa Sabino al regresar de Roma.

Para la cúpula tampoco existe este versículo del Evangelio: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el reino de los cielos”.

La alta jerarquía de la Iglesia Católica Venezolana, es una expresión de los ricos - con algunas excepciones - La misma debe bajar de los altares al encuentro con los pobres para hacer ecumenismo junto a las demás iglesias, que luchan por los redimidos por el Comandante Chávez, en el nombre de Jesús.

Los venezolanos preferimos al Cristo resucitado y no al Cristo crucificado y perseguido por los judíos de nuestro tiempo…¡Amén!, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.

arellanomt@hotmail.com>



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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