Conversación con conserje

Ven acá, conserje, escúchame a mi que te pago el sueldo, que te someto, decente y pensantemente, en nombre de mi piscina, de mi jardincito podado por tus manos que no tocaron mucho pupitre. Ven que te enseño, te guío, ven que te voy a abrir los ojos.

¿Qué carajo te ha dado Chávez? Mírate, eres un triste conserje, no tienes casa, no tienes camioneta como la mía. ¿Qué carajo te dio ese carajo? ¿Una ley de conserjes? Eso no es proteger tus derechos laborales, eso es fomentar la flojera, porque tienes que entender que tú eres flojo, mira esa pendejada de no querer trabajar cuando la mano que te alimenta te llama en la madrugada, cuando se daña la bomba de agua, el agua que dejamos que tú uses, en la casita que te dejamos para que vivas tú. ¿Ves? Tu casa te la doy yo.

Y ahora nos llegas con esa franela, con los ojos de Chávez que nos miran, como desafiándonos, y tú que te crees Chávez, con esa vaina de Chavez somos todos, también me desafías y eso no me lo calo.

Entiende que hay un camino, créeme, como el camino de antes, cuando el gobierno sí daba casas, pero eso sí, a la gente que trabajaba. Si tu mamá nunca tuvo casa sería por algo, porque yo sé cómo son ustedes, ahí están, todos chavistas, flojos y malagradecidos.

Ven a comer aquí conmigo, vamos a brindarte una parrilla, con carne bien buena que compré en el supermercado, aunque tú creas que me viste llegar con bolsas de PDVAL. Ahí está la prueba de que no sabes ver y que crees cualquier cosa.

¿Aparte de la ley de flojera qué más te dio este gobierno? ¿Colegio y Canaimitas para los chamos? No seas iluso, que el colegio no es para pobres y las computadoras tampoco. Eso no se sostendrá en el tiempo porque el petróleo no da para tanto, no te vendas por una Canaima ni por un sueño que nadie puede ayudarte a cumplir. Abre los ojos, conserje, te lo digo yo que soy tu pana, aunque te arreches, porque tú sabes que si yo te jodo todo el día, lo hago por tu propio bien, para que te civilices, para que seas gente.

Porque gente no es cualquiera. Para ser gente hay que tener dinero y para tenerlo hay que trabajar, no un trabajito sueldo mínimo que puede hacer cualquiera menos yo porque el sol quemaría mi piel, y si el sol me quema quedaría negrito y la gente pensaría que el conserje soy yo.

No seas pendejo y no me revires que aquí el que manda soy yo, y te mando a votar por mi camino, para que te mantengas al margen, piazo de marginal, recogiendo mi basura, limpiando mi piscina, conformándote como Dios manda con la vida que te tocó. O votas por el camino o el botado vas a ser tú.

¿Cómo que culpechávez tampoco te puedo botar? Ahora sí que me jodí yo, y todavía tienes la cachaza de decirme que Chávez a mi nada me quitó… ¿Ves lo ciego que estás?


Ven acá, conserje, escúchame a mi que te pago el sueldo, que te someto, decente y pensantemente, en nombre de mi piscina, de mi jardincito podado por tus manos que no tocaron mucho pupitre. Ven que te enseño, te guío, ven que te voy a abrir los ojos.

¿Qué carajo te ha dado Chávez? Mírate, eres un triste conserje, no tienes casa, no tienes camioneta como la mía. ¿Qué carajo te dio ese carajo? ¿Una ley de conserjes? Eso no es proteger tus derechos laborales, eso es fomentar la flojera, porque tienes que entender que tú eres flojo, mira esa pendejada de no querer trabajar cuando la mano que te alimenta te llama en la madrugada, cuando se daña la bomba de agua, el agua que dejamos que tú uses, en la casita que te dejamos para que vivas tú. ¿Ves? Tu casa te la doy yo.

Y ahora nos llegas con esa franela, con los ojos de Chávez que nos miran, como desafiándonos, y tú que te crees Chávez, con esa vaina de Chavez somos todos, también me desafías y eso no me lo calo.

Entiende que hay un camino, créeme, como el camino de antes, cuando el gobierno sí daba casas, pero eso sí, a la gente que trabajaba. Si tu mamá nunca tuvo casa sería por algo, porque yo sé cómo son ustedes, ahí están, todos chavistas, flojos y malagradecidos.

Ven a comer aquí conmigo, vamos a brindarte una parrilla, con carne bien buena que compré en el supermercado, aunque tú creas que me viste llegar con bolsas de PDVAL. Ahí está la prueba de que no sabes ver y que crees cualquier cosa.

¿Aparte de la ley de flojera qué más te dio este gobierno? ¿Colegio y Canaimitas para los chamos? No seas iluso, que el colegio no es para pobres y las computadoras tampoco. Eso no se sostendrá en el tiempo porque el petróleo no da para tanto, no te vendas por una Canaima ni por un sueño que nadie puede ayudarte a cumplir. Abre los ojos, conserje, te lo digo yo que soy tu pana, aunque te arreches, porque tú sabes que si yo te jodo todo el día, lo hago por tu propio bien, para que te civilices, para que seas gente.

Porque gente no es cualquiera. Para ser gente hay que tener dinero y para tenerlo hay que trabajar, no un trabajito sueldo mínimo que puede hacer cualquiera menos yo porque el sol quemaría mi piel, y si el sol me quema quedaría negrito y la gente pensaría que el conserje soy yo.

No seas pendejo y no me revires que aquí el que manda soy yo, y te mando a votar por mi camino, para que te mantengas al margen, piazo de marginal, recogiendo mi basura, limpiando mi piscina, conformándote como Dios manda con la vida que te tocó. O votas por el camino o el botado vas a ser tú.

¿Cómo que culpechávez tampoco te puedo botar? Ahora sí que me jodí yo, y todavía tienes la cachaza de decirme que Chávez a mi nada me quitó… ¿Ves lo ciego que estás?

tongorocho@gmail.com


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Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". carolachavez.wordpress.com

 tongorocho@gmail.com      @tongorocho

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