Bush cae y Chávez sube… ¿para qué sirven los medios?

El gobierno de Bush ha vuelto al ataque contra Hugo Chávez. En las dos últimas semanas ha acusado al gobierno de Venezuela de crear una emisora de televisión (Telesur) para promover un antinorteamericanismo en el continente y de desestabilizar al gobierno Boliviano a través del financiamiento de Evo Morales y su partido MAS.

Esa estrategia de tratar de vender a Chávez como el gran desestabilizador del continente y un gorila dictador, le ha dado pocos resultados al gobierno norteamericano, pero definitivamente ellos no aprenden.

Chávez crece en lo interno y cada día se consolida como el líder más importante en esta América mestiza, pero ellos siguen creyendo que con la misma cantaleta de sus medios, lograrán destruir una imagen ganada con base a honestidad, patriotismo, solidaridad y eficiencia.

Bush y su equipo viven ajenos a la realidad y creen que las viejas estrategias de la guerra fría, aún están vigentes. No terminan de aceptar, por ejemplo, que ante las múltiples formas de comunicación que hoy existen y ante el evidente sesgo político de muchos medios de comunicación, la influencia de las grandes cadenas de televisión se ha diezmado significativamente.

El poder el poder normalmente enferma a los mediocres y Bush lo es en grado superlativo; por ello no comprende que ya hoy no basta con que el presidente de los Estados Unidos haga pública su opinión, para que los gobernantes y los pueblos del mundo salgan a solidarizarse con ella. En sus sueños de grandeza no termina por entender que ya no despiertan el temor de antaño.

Ni siquiera el caso venezolano, donde la mayoría de los medios de comunicación privados han perdido casi totalmente la credibilidad como consecuencia de empeñarse en desacreditar a un gobierno y su líder, que hace todo lo contrario de lo que ellos lo acusan; han podido interpretarlo en su justa magnitud y, por el contrario, siguen creyendo que CNN y Fox News son suficientes para sostener la imagen de mister danger y acabar con la de cualquiera que se oponga a sus planes.

"Las pruebas irrefutables" que garantizaban la existencia de armas de destrucción masiva en Irak; "la total independencia" que aseguran tienen los gobiernos títeres de Irak y Afganistán; "su lucha sin cuartel contra el terrorismo" que no incluye a Posada Carriles y Orlando Bosh; "su preocupación por el medio ambiente" que no sirve para validar el protocolo de Kioto y amenaza con destruir Alaska; "el respaldo a gobiernos democráticos" que reprimen salvajemente al pueblo como vía para mantenerse en el poder y "la defensa de la democracia" que incluye la planificación, el financiamiento y el apoyo logístico de golpes de estado; han terminado por convencer a los pueblos de que George W Bush es un farsante que intenta imponer su voluntad al mundo, basado en el poderío militar, su fortaleza económica y en el apoyo de unos medios a los que ya nadie cree.

Como consecuencia de todo esto, y es a lo que quería referirme en esta nota, ya gringolandia no es lo mismo de antaño. En lo que fue por siglos una América neocolonial y sumisa, hoy se levantan voces de protesta, circulan vientos de revolución y renacen sueños de libertad e independencia. Ya no puede Bush y sus acólitos imponer sus criterios en la OEA; el Alca tuvieron que archivarlo por siempre y en el terreno militar han tenido que tragarse su arrogancia en Irak y Corea… no es tan fiero el león como lo pintan.

Interesante para el análisis de los expertos, son los efectos de una campaña mediática contra Chávez que crece en popularidad y es recibido con cariño por multitudes en cada uno de los países que visita; y otra campaña que pretende sustentar el piso político de un Bush al cual hay que construirle barricadas para que los pueblos no lo linchen y que pierde cada día más poder y credibilidad… ¿para qué sirven los medios entonces?


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Alexis Arellano


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