Quien busque destruirte Sant Roz, caerá en desgracia... cien años de amistad...

Son veinticinco años de amistad con Sant Roz, con sus altos y con sus bajos. Y multiplíquenlos por cuatro, por todas las andanzas por las que hemos pasado, sufrido y gozado.

No se lo recomiendo a nadie: ja, ja, jaaaaa. Dirán, que quién se mete a redentor muere con las botas puestas. Ja, ja, jaaaa... Conocí a José a través de mi hermano Gerardo... O mejor dicho por los libros. Mi hermano gran lector, yo trabajaba con uno de los más reconocidos libreros de Venezuela y gran escritor: Rafael Ramón Castellanos en la antigua Librería Historia que quedaba justo frente al Congreso Nacional, Hoy Asamblea Nacional, dicha Librería hoy día es la Gran Pulpería del Libro, centro de reunión de intelectuales de la talla de Argenis Rodríguez o Ramón J. Velásquez. José Vicente Rangel. Allí aprendí a ser un lector. Eso me da derecho a decir algunas palabras de esta amistad con José, que reúne toda una historia, porque Sant Roz me metió en uno de sus libros, ja, ja, jaaaa: anduvimos por tantos mundos, por tantas apasionadas luchas, ilusiones..., encampañados en un Burro de Troya, buscando un motivo para conocer nuestro genio nativo por allá en el año de 1.999, en lo que fue la Constituyente; en esa batalla él sacó como 3.550 votos, ja, ja, jaaaa, mientras que Florencio Porras obtuvo casi cien mil, junto con Pausides Reyes y Adam Chávez. De aquellos cien mil votos, vino otra guerra electoral en la que Porras sacaría cerca de ciento cincuenta mil, hoy Florencio junto con el apoyo del PCV sólo obtuvo unos diez mil.

Con el equipo de José, en 1.999 recorrimos todo el Estado Mérida, y yo fui uno de sus más sólidos escuderos sin escudo, ja, ja, jaaa: él era un Don Quijote de la Verba y yo una especie de espadachín de palo a lo Sancho Panza. El libro que él escribió sobre esa campaña es para atragantarse de desesperanzas y a veces de risas; en Tovar nos sabotearon el acto que teníamos con William Izarra, en el páramo nos asediaron unas bandas de perros y borrachos que nos hicieron correr lomas espinadas... durmiendo y comiendo en los lugares más apartados...: mil discursos, mil caminos... recibiendo palo de adecos y copeyanos, sin apoyo de los chavistas, y montando nuestra propia tienda donde podíamos. Aquello sucedió hace trece años.

Cómo me he reído ahora estos días de otros batacazos, caídas y coña...trompadas que lo ponen a uno a pensar en tantas cosas que han cambiado en este país. Entre las conclusiones encontramos que se fue a los infiernos el carroñero Lester Rodríguez el padre de Nixon Moreno, se le enredó el caballo al centaurito, se le encabritó la burra al gobernador Marcos Díaz Orellana; se ahogó el gallo trapacero del Partido Comunista en Mérida. Tantas y tantas vainas que Buñuel habría gozado una y parte de otra haciendo una película en 3D en reversa y sólo para tuertos.

Conozco a Sant Roz desde hace veinticinco años, metido en estos trajines de la para-política: cuántos golpes hemos llevado, pero sobre todo cuánta gente ha tratado de fuñirnos y se han ido por un barranco bien hondo. Sant Roz está vivo de vaina. Yo me encargaba de revisarle el carro antes de prenderlo, cuando se metía en aquella cueva de lobo de las residencias Cardenal Quintero. Mucha gente vaticinaba que se lo iban a echar rapidito en aquella época en mataron a Giandomenico Puliti. Y el tipo metido frescazo en revolcones contra cuanto bandido se le atravesaba en la convulsa comarca: demandado, perseguido él y su familia por falsos chavistas y por la ultra-derecha. Y la cosa da risa, porque todos los que han intentado hundirlo han sido ellos los que han fallado bien feo.

Los hechos lo han probado: el que miserablemente se mete con Sant Roz, tarde o temprano cae en desgracia.

Yo a veces le decía: “-Mira por ahí te andan atacando, y te quieren caer a coñ... o te van a matar, vale...”, y el carajo respondía: “Coñ... Sinfo, nunca hay que caer en la pendejada de defenderse. Los malos se hunden ellos solitos...”.

Da risa la cosa, porque cómo de verdad se han ido cumpliendo esas sentencias.

Sant Roz fue atacado, con cuánta arrech... por el ex magistrado Luis Velásquez Alvaray, quien hoy se encuentra “exiliado” en Costa Rica. Luis Velásquez le prohibió seguir escribiendo en el diario “Frontera”. Lo mismo hizo el finado Alberto Garrido cuando fue director del diario “Correo de Los Andes”, y también el arzobispo Bazaltar Porras cuando tenía bajo su mando el diario “El Vigilante”.

Sant fue atacado con odio pataruco por el ex Director de la Biblioteca Nacional Fernando Báez, quién hoy deambula sin cesar por los desiertos de Libia, y echándoselas de gran escritor...

Declarado fue Sant, enemigo número uno de Luis Miquilena, de Florencio Porras y de Marcos Díaz Orellana. Los Rubén Ávila no lo pasaban ni con barbitúricos de miel de abeja. Un día se llevaron un abogado y paralizaron un periódico por un artículo de Sant. Qué lío. Salieron a demandarlo. Marcos Díaz trató de demandarlo a través de una señora que la llamaban en Mérida con mucha burla La Pasionaria. Detrás de esa demanda, me parece que estuvo El Fantasma, porque Sant acuso a esta doña y al Fanta de querer meter a sus hijos en el Buró del PSUV. El abogado que llevaba la acusación contra Sant se murió a los pocos meses. Ahora Florencio Porras ha estado moviendo a sus abogados para meterle otra demanda a Sant Roz. ¿En qué otro Estado de Venezuela se ven estas cosas? Como Marcos Díaz no pudo demandarlo, se metió con su hija Adrianita, brillante estudiante de Historia en la ULA. Adrianita la acusaron de haber participado en una acción revolucionaria contra la ultra-derecha del equipo rectoral que controla Mario Bonucci; a la joven la acusaron de asaltar el Comedor porque había estudiantes sin poder usar este servicio desde hacía un mes. Irrumpen para sacar la comida y la meten en un bus para llevarlo a las Residencia Domingo Salazar. Entonces al rector Bonucci lo informan de la situación, y éste le pide al gobernador Marcos Díaz Orellana que actué con toda fuerza represiva del Estado. Se movilizan varios pelotones de policía, detienen el bus a fuerza de metralla, y le disparan a un muchacho a quemarropa el cual queda en estado de coma por varias semanas. Todos los demás quedan heridos. El autobús quedó destruido por el fuego de la policía. Ahí no actuaron los entes de los Derechos Humanos. ¿Qué hicieron nuestros camaradas? Estaban todos bajo los ridículos faldones de esa canalla de Marcos Díaz Orellana. Sólo Alexis Ramírez actuó con dignidad, y buscó ayuda en todos los niveles. Pero fue peor. Cuando Bonucci y Marcos Díaz saben que ha caído entre la gente del bus, la hija de Sant Roz, se frotan las manos. Lo que nunca se había hecho en toda la historia de conflictos estudiantiles en Mérida, que son muy frecuentes, lo harán Bonucci y Marcos Díaz Orellana en contra de los nueve muchachos que agarraron en ese autobús para hacer una acción justa, necesaria y revolucionaria. Bonucci llega y nombra un tren abogados de la ULA para la acusación y Marcos Díaz Orellana lanza contra este pobre grupo de muchachos fiscales del Ministerio Público, para que se les aplaste con toda la fuerza del Estado. Los muchachos pasaron varios días y noches presos en la Policía, y estuvieron en régimen de presentación ante el Circuito Judicial de Mérida durante casi un año. El único que se preocupó mucho por este caso, tengo que repetirlo, fue Alexis Ramírez; porque el PSUV de Mérida nunca movió un dedo para defender a estos estudiantes y Sant Roz tuvo que contratar a un penalista, y luchar casi solo porque Marcos Díaz era el genio más amado, más jalado y más endiosado por casi toda la plana mayor del PSUV-Mérida de aquella hora.

A mí me decían cuando estaba conociendo a José: “Qué riñones, ¿tú andas con Sant Roz? Ten cuidado, que estás bailando en un tusero...” Después me di cuenta que eso se lo decían y se lo dicen todavía a todo el que se le acerca. Por eso estaban regando que José le estaba haciendo mucho daño a la candidatura de Alexis Ramírez, incluso lo dijo en un artículo publicado por Aporrea, Luis Fuenmayor Toro.

¿Por qué te metes y te meten en tantas vainas, vale, Sant Roz? Porque el que haya seguido un poco la vida de este mosquetero también sabrá que el copeyano y ex alcalde de Mérida, Fortunato González hizo gestiones junto con el constitucionalista Allan Brewe Carías para meterle una grandísima demanda a Sant Roz. También lo intentó un bufete muy afamado de Mérida por un supuesto delito de difamación e injuria, cuando Sant Roz denunció a un abogado que en San Rafael de Mucuchíes, había dopado a Epifania Gil y a Juan Félix Sánchez para robarlos. El abogado que intentó la demanda pertenecía a ese afamado bufete.

Pero qué más: el valor de la soledad tiene un precio. Porque hay hombre que solos tienen más fuerza, y que cuando se reúnen se debilitan porque dejan de ser lo que son. Este camarada no necesita estar rodeado ni apoyado por grupos para ser fuerte y seguro de lo que hace. Hay gente que lo respeta y hay quienes le temen. También a otros les salta la rabia, sobre todo si tienen algo que esconder, si tienen malas mañas, si son motolitos. Historias, historias, historias. Porque es verdad que Sant Roz también atacó a Chávez y lo hizo sobre todo aquel año de 1999, de tanta confusión de nuestro Comandante, que en verdad lo rodearon desde Ceresole, hasta Miquilena, Cisneros, la gente de los Otero, y miren que todos veíamos precipicios y dudas por cualquier lado. Me consta. Y miren qué época: de aquellos que se rasgaban las vestiduras por Chávez y que en bandadas se lanzaron a saltar talanqueras: el Florencio Porras de hoy, dígame. Yo fui tal vez más duro en este caso, porque me deslindé en aquella ocasión de la política al ver tanto desastre y caos. ¿Porque entonces quién podía imaginar que aquel Chávez llegaría a ser el amado jefe supremo que tenemos ahora? Imagínense la metralla que podía salir de aquella pluma tan irreverente, en medio de un colapso de la nación. Por eso me ha parecido siempre que fue una manera poco elegante, traída por los pelos y absurda, aquella réplica a Sant Roz de Ernesto Villegas, y éste utilizara un artículo del año de 1999 de Sant, para acusarle de antichavista. La ferocidad irreverente de Sant nunca ha estado del lado de la derecha, y de eso sí estoy seguro.



Todo esto me viene a la memoria porque el domingo por la noche me encontré con Sant en la casa del PSUV-Mérida, en medio de la celebración por el triunfo del santacruceño Alexis Ramírez. Entonces recordé que hace tres años a Sant Roz lo odiaban muchos psuvistas que le jalaban tan macanudamente a Marcos Díaz Orellana. Entonces el gobernador Marcos Díaz donde podía hablaba con arrech... contra Sant Roz. El día que se proclamaron los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional, se organizó un mitin en esta misma casa del PSUV, y el discurso del gobernador fue enterito contra Sant Roz, y gritaba: “¡Fuera los traidores. Fuera Sant Roz... Fuera Sant Roz, carajo!”, y coreaban por toda la calle del medio, con furia, algunos potentados del chavismo: “¡FUERA SANT ROZ!”. Entre los que recuerdo estaban el profesor Alirio Liscano, el Fantasma Diógenes Andrade, y muchos empleados de la Gobernación. Me llamaba la atención que nadie saliera a defender a Sant Roz, tan conocido y respetado en ese mundo de la política, pero así es la vida. Lo triste en este mundo en la gran jaladera que cunde mala hierba por todos lados. Yo me di cuenta al instante que son personas sin criterio propio, sin don de lealtad a los principios.

El politólogo, fiel amigo de Sant Roz, Juan Veroes, filmó ese momento cuando el mandatario regional criticaba con violencia a Sant Roz, y creo que el video está en youtube. Pero todo esto lo recordaba esa noche cuando Alexis Ramírez llegaba triunfante al PSUV y lo acompañaba Sant Roz. Entonces vi que todo eran besos, arrumacos y abrazos a Sant. ¡Qué falsa es la gente! ¡Ay, Virgen de la Coromoto, qué camaleónica es esta gente! Yo estaba viendo todo desde el balcón de la casa del partido, cuando este camarada bajó al jardín y recibía abrazos tan efusivos, y me decía cuántos de estos habrán gritado con el gobernador Marcos Díaz Orellana: “¡Fuera los traidores. Fuera Sant Roz... Fuera Sant Roz, carajo!” Yo estaba gozando y viendo la cosa. Se le acerca uno que llaman El Policía, llamado Max Rondón, que fue muy amigo de Sant pero que en cuanto el gobernador se apartó de él le comenzó a sacar el cuerpo. Cosas que no se pueden y se deben olvidar. El Policía tiene mucha fuerza para gritar; en todos los actos es el que más grita, y muy bien pudo decir en aquel acto en que se le atacaba: ¡Respeten a Sant Roz! Sigo viendo abrazos, ARRUMACOS. Me llamó la atención que un muchacho moreno que se llama Inti Sarco, se sale de un grupo, corre hacia Sant y le da la mano. Me parece que están discutiendo algo con mucha fuerza. Decido bajar. Cuando llego al jardín encuentro que allí siguen discutiendo como alterados. Luego Sant le da la mano y se separa. Cerca estaba una amiga que los conoce a los dos, y le pregunto si hubo algún altercado, porque el tal Inti es un tipo muy cuestionado y parece que Sant lo atacó duro por su programa de radio. Quise saber de Sant su versión, pero se había retirado. Pero como todo se sabe cuando estallan chispas muy luminosas, me informan que Inti se sentía muy herido por los ataques de Sant Roz, porque él y su madre son seguidores de sus libros y de sus artículos. Qué mentirosos. Ellos estaban con Florencio Porras hasta el mismo momento en que se dio a conocer el primer boletín del CNE. Esa es la vaina que uno perdona, y pensé ¿cuánta gente habrá aquí que votó por Porras? Eso es lo que no le perdonan a Sant, el que sea tan frontal y el que no ande con melindres con nadie ni viendo de qué lado se pone la cosa buena para entonces coger para allá. El tal Inti le dijo que era un gran admirador suyo y que leía sus libros, y que parte de su tesis en la universidad la basó en su libro Maldito Descubrimiento, o que éste fue referencia en su trabajo de grado. Pero el tal Inti, es un funcionario colocado en PDVAL por Marcos Díaz Orellana, ¿y por qué diablos nunca defendió a Sant cuando el gobernador por todos lados andaba echando pestes en su contra? Hipócritas, falsos y mentirosos. Bueno, uno a uno de a poco se irán de platanazo. Caerán en desgracia. Y con esto uno no está defendiendo a Sant Roz, sino puntualizando algo que tiene que ver con la justicia humana, con la gente que toda la vida es de una sola pieza, y que nunca va a cambiar su manera de ser ni su rumbo aunque lo amenacen, aunque lo persigan y aunque traten de matarlo. A eso me quiero referir, cuando cuento estas historias.



Viviremos y Venceremos

Hacia el Estado Comunal en todo el país

sguerrerolobo@hotmail.com



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Sinforiano Guerrero


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