La producción y otro modelo de sociedad

Partamos de una idea: la expresión última de un sistema de ciencia, tecnología e innovación está en la construcción de cadenas productivas de diferente tenor. Partamos de una situación inicial: en nuestro país, una ecuación compleja, en la que participa la renta petrolera, las importaciones, la capacidad productiva y la inflación, caracteriza a una economía doméstica que no sólo no tiene la capacidad de sostener la circulación de bienes en nuestro territorio, sino que tampoco contribuye a la emancipación ideológica de las masas humanas y les impide su participación en cualquier proyecto de construcción colectiva, tal como el Socialismo.

En razón de esto, enfatizamos que los esfuerzos – y los recursos – públicos deben estar dirigidos a la construcción de cadenas productivas que sirvan para sostener – material e ideológicamente – el tejido social que nos conforma como Nación. En este contexto, ¿qué cosas tenemos que abordar? Proponemos tomar – entre otros elementos – al menos tres dimensiones:

 

  • Marcos de interpretación: es necesario conformar los marcos de interpretación que le darán dirección a este esfuerzo. Al hablar de “cadenas productivas” no nos estamos limitando al contexto industrial de producción material de bienes en cuanto que mercancías. Más bien estamos hablando de “cadenas” en cuanto a la producción de bienes tangibles e intangibles en un proceso que, obviamente, debe tener impactos transformadores en el entorno. En otras palabras, la producción material – de tipo industrial – forma uno de los medios imprescindibles para el fortalecimiento de una economía doméstica. Sin embargo, no será alcanzable si concebimos el problema de forma lineal – al estilo de las respuestas desarrollistas. La generación de cadenas productivas pasa por la construcción de formas de interpretación se alimenten de forma crítica de la teoría, pero sean confrontadas con la realidad con disposición de abarcar toda su complejidad y de integrar cuestiones aparentemente disímiles.

  • Redes de producción: Las relaciones de producción son dinámicas, pero devienen de las relaciones previamente constituidas en la sociedad que se aspira a superar. De allí que la construcción de marcos de interpretación – que no se realiza en abstracto sino en el propio campo de las relaciones de producción – debe servir para la fundamentación de otra clase de relaciones de producción y trabajo, en el cual se pueda superar la explotación del hombre bajo el peso de la reproducción del capital.

  • Formas de regulación: De igual forma, es necesario plantear las formas de control de los procesos sociales de producción: control “desde abajo”, control “desde arriba” y control horizontal, para depurar todos los posibles nudos que puedan entorpecer los procesos de construcción del tejido productivo.

 

Consecuentemente, la construcción de cadenas productivas en nuestro país significa la conformación de un tejido social complejo que tome parte en la sustentación de una base material e ideológica-creativa, lo cual genera – y es a la vez generada por – la conformación de una cultura para la producción y el trabajo (Alí Rodríguez, Muller Rojas). En el diagrama de abajo representamos algunas cosas que, a nuestro parecer, deben formar parte de este proceso:

 

  • Construcción de dinámicas de socialización de saberes que contribuyan con la creación de capacidades a nivel nacional. La democratización de saberes estructurados debe apoyar la socialización de saberes tácitos, con miras a la conformación de redes en las que el conocimiento circule por el tejido social.

  • Democratización de las relaciones de propiedad a través de las formas de organización del poder popular. Se debe concebir a la organización social no como un fin en sí mismo, ni como una oportunidad para establecer relaciones clientelares, sino como un medio para la transformación de las relaciones de propiedad. En consecuencia, es necesario ante todo asumir la organización social como un proyecto de educación permanente, informal, que abarque a todos los ámbitos de la sociedad.

  • Transformación de las relaciones de poder y de su expresión a través del control jurídico de la sociedad y del Estado. En particular, prestar atención a la necesidad de confrontar la tendencia a manejar las dinámicas sociales a través de respuestas burocráticas y oligopólicas.

  • Conformación de redes productivas desde una perspectiva integral, que abarque desde la adquisición de insumos, la disposición de conocimiento y tecnología, el diseño y control de los procesos productivos, la participación de los trabajadores, hasta la colocación de la producción.

 

En tesis, estas dimensiones alimentarán un proceso de construcción de cadenas productivas que, una vez que comienza a sostenerse en el tiempo, proporciona elementos para la socialización de bienes tangibles e intangibles, así como para el fortalecimiento de un tejido socioproductivo más autónomo, integrado con el proyecto nacional.

La construcción social de una sociedad productiva, que integre orgánicamente a las organizaciones sociales en el espacio público, y que participe radicalmente en la generación – simbólica y material – de nuevas relaciones de propiedad, debe ser parte de los objetivos del nuevo ciclo de gobierno, así como de los planes de las candidaturas regionales. Allí es donde radica el núcleo de la construcción de otra forma de convivencia, del Estado Comunal. Que este nuevo ciclo se encuentre firmemente dedicado a la generación de saberes y de bienes sociales, a través de la consolidación de un tejido socioproductivo radicalmente generador y creativo.

roca.santiago@gmail.com



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Santiago José Roca


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