Espacio Crítico para la construcción socialista #105

¿Un Ministerio de la "renovación" para la eficiencia, eficacia y calidad revolucionaria?

El dilema no resuelto en casi 14 años por el gobierno ha sido como ser más eficaz, eficiente y con calidad revolucionaria. Eficacia es lograr los objetivos, cueste lo que cueste, eficiencia es lograr los objetivos con la administración correcta de los recursos, permitiendo incrementar lo logrado reduciendo incluso los recursos implementados para ello, por otra parte, según Alfredo Maneiro entendemos por "calidad revolucionaria" la real transformación social que aporta la acción al servicio de un nuevo sistema de relaciones humanas. En este sentido, me permito hacer un breve análisis y una serie de recomendaciones al nuevo ministerio y a la nueva ministra.

El presidente Chávez ha planteado la transformación del Ministerio del Despacho de la Presidencia en un Ministerio para el Seguimiento y Control de Políticas Públicas, cosa que de principio suena muy bien al oído de quien critica el problema del incumplimiento parcial o total de las ofertas electorales, planes y proyectos de gobierno, etc., que se destinan al bienestar social o al desarrollo nacional. Sin embargo, si hemos dicho que la eficiencia es lograr el o los objetivos, lo importante es fijar claramente el objetivo.

Si el objetivo de ese ministerio de seguimiento es su existencia en si mismo, entonces está destinado al fracaso, ya que será  eficiente sin calidad revolucionaria, pero, si además asume el burocratismo del Ministerio del Despacho antiguo Ministerio de la Secretaria, será además ineficiente, ya que todos los recursos destinados al seguimiento se irán en nómina.

Un Ministerio para el seguimiento y control de políticas públicas, o como se ha denominado "Seguimiento de la Gestión de Gobierno", requiere trazarse como objetivo hacer más eficiente y eficaz al gobierno con calidad revolucionaria, por lo que debe acompañar su nacimiento de diversas variables que garanticen su éxito:

1. La creación definitiva de una Escuela de Formación para las Políticas Públicas, que recupere el tiempo perdido en la constitución de una "Nueva Institucionalidad" en búsqueda de la transformación del Estado, enseñando la importancia de la planificación y el control, desde una perspectiva socialista, lo que implica la superación del esquema del IESA, inoculado en la Administración Pública venezolana sin opción ideológica alterna.

2. Escoger a los hombres y mujeres mejor formados para este tema. Creo que el complejo de improvisación en la selección de cuadros gerenciales o de gestión debe ser superado, permitiendo ofrecer la selección de aquellos que combinen una clara concepción político-ideológica, ética y con la experticia técnica,  acompañado de una remuneración acorde al nivel de exigencia y exclusividad para tales fines.

3. Contar con la voluntad política real del decisor, para así tener la suficiente fuerza con la cual imponer los correctivos necesarios.

4. Reencausar la planificación nacional a la necesidad de ser supervisada y controlada. La soberbia del estilo de planificación de nuestro gobierno revolucionario obstaculiza cualquier posibilidad de desarrollar indicadores que sean realmente medibles en el tiempo y cantidad de recursos establecidos, ya que quien planifica desea mostrar siempre que su estrategia fue viable y pocas veces estará dispuesto a mostrar sus errores al menos que se parta de un criterio distinto de planificación centralizada con verdadera calidad revolucionaria.

5. Alineación de todos los órganos de control público, en conjunción con la contraloría social, como ente articulador de la verdadera revolución del control de la eficiencia y eficacia. El soporte técnico del seguimiento y control de políticas públicas, alejado de una revitalización de la aún incipiente contraloría social, tendría sus días contados en un proyecto bolivariano y socialista.

6. Renovación de la praxis revolucionaria. Lo que implica la superación del mito de los imprescindibles, para incorporar rostros, voluntades y nuevas capacidades al gabinete de ministros y altos mandos de la Administración Pública, que concilien la teoría con la práctica revolucionaria, bolivariana y socialista.

7. Iniciar el proceso de transformación del Estado. Esta en una revolución que se soporta aún en la estructura liberal burguesa de un Estado paquidérmico.

Sin duda, poco espacio para mucho que decir sobre este tema, ofrezco continuar analizando el mismo en un futuro cercano.

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Nicmer Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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