La Universidad no excluyente (Primera Parte)

LA TRANSFORMACIÓN DE LA IDEA DE UNIVERSIDAD COMO PREMISA FUNDAMENTAL PARA LA CREACIÓN DE UNA UNIVERSIDAD NO EXCLUYENTE


Desde finales de los noventa las universidades venezolanas han estado empeñadas en un proceso de diagnóstico y análisis de la posibilidad de cambio.

Cuando se estudian las acciones que constituyen estos diagnósticos y evaluaciones, podemos notar que desde el seno de cada institución se hace un estudio desde una perspectiva particular y aislada, en la cual se señalan todos los problemas que deben ser solucionados por las instituciones, así como las declaraciones de intención, posibles políticas y estrategias a la luz de un mejor funcionamiento dentro de las estructuras dadas.

De una recopilación realizada a las contribuciones aportadas por la totalidad de las universidades públicas pudimos extraer veintisiete ideas sobre esta problemática, las cuales nos señalan lo complejo del problema a ser analizado y las ópticas que pueden asumirse para el planteamiento de la transformación universitaria.

Podemos decir, a partir del análisis anterior, que las universidades todas presentan serios problemas de funcionamiento, legales, gremiales, organizacionales, de participación, de estructura tanto administrativa como académica, lo cual coloca a las autoridades universitarias en una situación obligada de no poder desprenderse de la problemática particular, y por lo tanto no poder referirse a la transformación sino dentro de las limitaciones que le impone el criterio de la realidad existente.

La transformación que nos ocupa, a saber: la posibilidad de ofrecer una educación universitaria no excluyente, afectaría no sólo la realidad del día a día universitario sino los hábitos y costumbres con los cuales enfrentamos ese día a día, y principalmente a las teorías que condicionan nuestra conceptualización sobre lo que es la educación superior, sobre cómo pensamos que deba ser distribuido el conocimiento, sobre como percibimos lo que es valioso, estético, plausible y posible.

Por ello si queremos penetrar en el complejo escenario de la transformación universitaria no podemos hacerlo colocándonos en la óptica cómoda de nuestros patrones y concepciones clásicas o convencionales con el equipo conceptual propio de nuestra tradición. Procedemos todos de una realidad educativa que ha encerrado los saberes en compartimientos estancos aislados y sin relación: facultades, escuelas departamentos. No fuimos formados para situar, ecológicamente, los conocimientos, la información en una relación con su medio. Hemos sido preparados para acumular conocimientos, manejarlos y a establecer vínculos entre ellos, pero a la vez ignorando otros tipos de organización de los mismos o de relaciones con otros conocimientos. Debemos experimentar serios cambios en nuestra forma de pensar.

La transformación para concebir una universidad de calidad y en diferentes contextos para así alcanzar a todos, implicará cambios de valores y prácticas establecidas, y por lo tanto implica riesgo. El cambio podría ser técnico, pero principalmente lo es de valores, organizacional, económico y cultural. Debemos comenzar a cambiar sobre ideas que mantenemos separadas y concebirlas como una unidad.

Todos los recursos técnicos y las imágenes asociadas a nuestro sistema universitario seguramente actuaran como obstáculo al cambio necesario, pues lo importante está en cómo concebimos la relación entre la naturaleza de la profesión y la formación que brindamos a nuestros estudiantes, cómo concebimos la relación entre aprendizaje y vida cotidiana, comunitaria y doméstica; en la naturaleza de la autoridad implicada en la idea de Universidad y la relación con los estudiantes; en el cuestionamiento de la forma como se enseña y se aprende, en percibir la imposibilidad de ofrecer para todos los que se pensó y organizó para pocos, y así mismo reconocer la necesidad de pensar de nuevo lo que debe ser para todos y en todos los contextos.

La respuestas a esas formulaciones es altamente educativa y política, debería proporcionar poder y capacidad de transformación a la comunidad de personas embarcadas en la idea de transformación para el cambio

Necesitamos una formulación teórica que nos ayude a entender el contexto social, histórico y político en el cual se exige y se da esta transformación de la universidad. En los actuales momentos se está viviendo un período decisivo que parecería llevar a cambios profundos en muchos aspectos y particularmente en el sistema educativo.


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Maruja Romero Yépez


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