Retirarse lo antes posible

Un Estado se caracteriza, entre otras títulos, tomar decisiones con apego a sus normas Constitucionales y al tino político de sus lideres.

En el caso de la determinación sobre el retiro, salida o denuncia de Venezuela de la CIDH este precedente se hace una obligación.

Por ello es necesario recordar antecedentes que ayuden a conformar la motivación de esta opción. Primero: apelar al contenido de los documentos de la Conferencia Interamericana sobre derechos humanos celebrada en Costa Rica en 1969 que dio origen a esta Comisión de Derechos Humanos.

En ella, los gobiernos hicieron observaciones preliminares y de conjunto y propuestas de enmienda al proyecto de Convención
sobre Derechos Humanos, fue extensa esta discusión y el Resumen del Acta de la reunión identificada OEA/Ser.K/XVI/1.2 recoge, desde la Pág. 36 hasta la 123, que todas las 19 delegaciones presentes emitieron opinión sobre el anteproyecto; todas,  sin excepción, coinciden en que solo aprobarán dicho instrumento si quedaba claro que ninguna decisión sería obligante cuando litigue con sus normas Constitucionales.

De la lectura de esos documentos recogidas en sus 540 paginas, se deja firme y claro propósito, de que, si existiera colisión de intereses, los países deberían actuar y desistir de permanecer en la Comisión; razón que Venezuela está ponderando como uno de los fundamentos para tramitar su retiro de la CIDH.

Otra consideración fundamental del alegato lo constituye, el Art. 68 del Proyecto aprobado, que acepta el derecho de denunciar la Convención.

Igualmente, como obvio es, que si Venezuela, aprecia posición adversas contra sus intereses, también puede proceder a su denuncia, en este caso llama la atención que en 31 años desde su fundación, solo se aceptaron 7 denuncias contra el país; en las que destacan MASACRES como: El Amparo; Caracazo; El Táchira; Cantaura; Prof.Lovera; Quemados de la Planta. Ahora, dato que resulta alarmante, se observa que en los últimos 10 años se han registrado 66. Dato imposible de aceptar como algo que no sugiera mínima sospecha de parcialidad.

En el cuadro de los hechos, no opiniones, destaca que dos países EUA y Canadá, denunciantes de oficio de nuestro país en la materia, en 44 años de existencia del tratado no lo hayan Firmado, Ratificado, ni Depositado. Considerando que la mayoría de los países han cumplido con este compromiso ver la negativa de estos países a hacerlo, como mínimo, despierta sospechas.

Pero no es solo es eso, sino que tampoco lo han hecho con Tratados, que por su naturaleza constituyen materia fundamental del campo de los derechos humanos. Grave negarse a firmar convenciones sobre:1.Pena de Muerte; 2. Desaparición Forzada; 3.Violencia contra la Mujer; 4. Discriminación contra discapacitados; y 5.Tortura, como recurso policial. Aun así, su desprecio a estas materias se hace mayor cuando siguen condenando a otros países en base a tratado del que no forman parte, por no haberlo firmado,.

Encontramos otro dato que genera suspicacia en la Pág. 398, Estado Unidos y Guatemala, solicitan ( ¿ quien induce a quien en este petitorio ¿): “Que durante el período que medie entre la entrada en vigor de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la fecha en que lleguen todos los Estados miembros de la Organización a ser Partes en esta Convención, la competencia y procedimiento de la Convención respecto de los Estados miembros que todavía no sean Partes en la misma se establezca en el Estatuto de la Comisión a que se refiere el artículo... de la Convención Americana de Derechos Humanos”.

¿Quizás sería premio permitir a Guatemala incorporar en este tratado un texto que destaca, en los documentos analizado y propone: “para que Guatemala pueda hacer valer sus derechos al territorio de Belice por los medios que en cualquier momento estime conveniente”. Imposible negar su intención militarista.

Esta solicitud para establecer algo evidentemente ilegal, demuestra que ya hace cuarenta y cuatro (44) años, estos países sabían que no iban a  ser parte de ella, sin embargo podían ser sujetos actores cuando les conviniera, mas acomodaticio y arbitrario, imposible.

Palmario, que desde siempre estos países, por alojar la Sede de la OEA en su territorio y aportar a su presupuesto han terminado por ahogarlo y controlarlo de la forma en que mejor les parece; de esta forma tener secuestradas sus decisiones, como potencias cuyo imperiosa voluntad se impone en todo momento.

No hay temor, nuestra gente no está desprotegida, Venezuela es signataria de otros organismos internacionales y fácilmente se tiene adonde acudir si fuera necesario presentar quejas fundadas en la materia de DH.

No cabe duda: a retirarse, de este escenario de países que fácilmente califican como forajidos, por cuanto, ni siquiera han reconocido los tratados que se comprometieron a honrar a hace mas de cuarenta años, y encima de ello, manejarse con sus artículos para atacar a quien políticamente los adverse, es juego poco digno.

Referencia: OEA/Ser.K/XVI/1.2 / CONFERENCIA ESPECIALIZADA INTERAMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS /San José, Costa Rica / 7-22 de noviembre de 1969 / ACTAS Y DOCUMENTOS

tuliomon@gmail.com



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Tulio Monsalve


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