El chocolatico empleador

“Cuida las palabras que salen de tu boca porque, una vez dispersas como agua, no se pueden recoger”

Todos estos últimos días he seguido con atención las declaraciones y noticias presentadas por los diferentes medios, audiovisuales, digitales e impresos, con respecto a la promulgación de la nueva “Ley Orgánica del Trabajo”, aprobada el pasado fin de semana por el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, dando cumplimiento a su promesa de mejorar la calidad de vida de la masa laboral venezolana, sin distingos de ocupación.

La que más me ha llamado la atención es la declaración del candidato “golosina” (recuerden aquello de “yo soy un chocolatico nuevo”) en la que señala que no es un trabajador, sino que de momento es un empleador, por lo que deseo lanzar esta pregunta al aire: ¿Quién le paga al Presidente de la República, a los las) Gobernadores(as) de Estado, a los (as) Alcaldes de Municipio, a los (as) miembros (as) del Poder Legislativo, Judicial, Moral, etc.? ¿No son ellos pagados con los dineros del Estado que pertenece al pueblo venezolano? ¿No fueron electos para que trabajaran para lograr un mejor vivir para la población a su cargo?

Los mandatarios de una Nación, Estado y Municipio son como los conserjes contratados por una Junta de Condominio de un edificio, con una notable diferencia y es que la Junta de Condominio puede cesantearlos sin necesidad de una Asamblea de propietarios, porque es el ente “contratante”; mientras que los mandatarios mencionados fueron electos para un cargo por voluntad popular, colectiva, es decir, una especie de contrato “pueblo-gobernante” que sólo las partes pueden disolver: el pueblo a través de un referéndum revocatorio y el gobernante por medio de la renuncia al cargo. Espero haber fijado el meollo del asunto.

Y es que el “chocolatico” reconoció que no es un trabajador y no se equivocó al decir que es un empleador, porque claro, como va a ser un trabajador asalariado una persona que no cumple con las labores asignadas. El pueblo mirandino lo contrató para que resolviera los problemas de ese estado y para ello le paga. Pero el muy sinvergüenza no le cumple a sus contratantes. Veamos: se la pasó más de seis meses en el circo de las truculentas “primarias” (¿verdad William Ojeda?) y desde que resultó, “raroskymente” hablando, ser el ungido, se la pasa de parranda en parranda por todo el país, a pesar de no haberse iniciado oficialmente la campaña electoral, como un vendedor de ilusiones, haciendo promesas que sabe no podría cumplir en el caso utópico de que ganara. Como diría un español “no ha dado un golpe en más de diez meses” (en este caso golpe = acción de trabajo), porque como su candidatura va en caída libre, el golpe en el que piensa es otro. ¡Pero no deja de cobrar su salario en la gobernación mirandina! Vaya cara dura.

Ah, pero si es un empleador, porque carga un séquito, empleado y pagado quién sabe por quién, de un centenar de personas y que leales a él y a los reales, entre policías de civil (fuera de su jurisdicción pero que actúan como “guardaespaldas”), funcionarios del Estado Miranda y jóvenes que dicen ser estudiantes. Mientras tanto, su “equipo de gobierno regional” reparte órdenes para materiales de construcción por hasta VEINTE MIL bolívares, sólo válidas para láminas de zinc y bloques, en las ferreterías de sus amigos financistas, que apenas si alcanzan para cubrir un “rancho”. Es decir, dame que te doy. ¿Y los funcionarios de su “gabinete”?...... ganando un buen sueldo y metidos en la pomada. Como ven, es en excelente empleador.

Mientras tanto, Chávez se declara “trabajador” y es que siempre le vemos trabajando, hasta altas horas de la noche, por su pueblo, por ese pueblo que lo lleva sembrado en su corazón, no sólo porque ha logrado para muchos de ellos viviendas dignas y misiones sociales humanitarias, sino porque cumple lo que les promete y la prueba más reciente es la nueva Ley Orgánica del Trabajo en la que se detallan los múltiples beneficios para la masa laboral, sin distinción de oficio o profesión.

La mayoría de las empresas encuestadoras, que siempre han estado y están del lado de la oposición,  son ahora el blanco del “chocolatico”: están vendidas al gobierno, porque no pueden ocultar los ruidos de la calle que demuestran la aceptación de la obra de gobierno del Presidente y la gran ventaja que le lleva para la “Batalla de Carabobo”, que el 07 de Octubre será la “Gran Batalla de Venezuela”. Y es que con su demagogia y sus mentiras dejan ver sus costuras, porque el pueblo ya comenzó a conocer a sus verdugos.


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Luis Semprún Jurado

Profesional, productor audiovisual, co-productor y co-moderador del programa radial El Ojo de la Ciudad en Maracaibo, estado Zulia

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