Un nuevo periodo presidencial con Hugo Chávez estaba previsto antes que se sepa del cáncer. Nuevo periodo para consolidar las posiciones ético-políticas de la izquierda para entre todos tomar partido en la radicalización del proceso hacia la transición al socialismo en forma total y eso no depende de un cambio de nombre en la conducción de la revolución porque no es magia socialista, el socialismo llámese chavista, bolivariano, humanista, marxista, no importa como se llame, con tal que sea una nueva democracia del y para el pueblo y, para que nunca se hunda es necesario nuevas identidades que gocen del respaldo popular.
Historia de una época en la que el capitalismo se la juega al todo o nada con su estructura militar hasta en lo evidente con la escena diplomática internacional trabajando fuertemente para que los procesos socialistas en América del Sur caigan en el desprestigio como lo hicieron en el Norte de África, Libia o como lo están haciendo en Siria, en una sustitución de preferencias temporales, solo que por acá, los países están dispuestos a unirse gracias a Chávez, situación que en nada conviene a la estrategia política de EEUU.
Los socialismos latinos impulsados por Chávez, influyeron para que Morales, Mujica, Correa, Ortega, Humala, Fernández, Lula, Rousseft, subrayen un fenómeno de gran importancia en la vida Latinoamericana porque ya no es un mito existe una idea de revolución que incide por sus acciones en la política regional, socialmente hay grandes resultados alejando a los pueblos de la pobreza, nos enseña políticas diferenciadas y comprensivas con la esencia revolucionaria permitiéndola renacer una y otra vez (con el reformismo que a su vez es todo un suceso) dependiendo exclusivamente que tanto cada gobierno quiera radicalizarlo.
No cambia mucho la política regional con el cáncer de Chávez porque estas revoluciones han sustituido paradigmas teóricos por no estar en capacidad de elegir una tendencia básica de un tratamiento económico-político actualizado, la ideología hoy trabaja a partir de lo que los resultados entreguen como espíritu de la época, en muchas ocasiones con temas tan dramáticos como enfrentar a la prensa corrupta, a la Iglesia con su educación e influencia de doble moral y a la oposición política hasta casi lograr que sean nada, son la fuente que sirven para afirmar la identidad y pensar con cabeza fría como reorientar la identidad revolucionaria para los socialismos del siglo XXI, autonomía de cada país.
No es una transformación espontanea, no puede ser espontanea cuando se piensa y se actúa de manera reformista tematizando la transformación histórica e interpretando la situación contemporánea, valida la política aplicada despejándola de ilusiones revolucionarias para enriquecer el proceso con precisiones económicas que inciden en el desarrollo social ajustados a las necesidades de la población y a los recursos naturales con los que se cuenta para poder enfrentar un posible ocaso del capitalismo.
En el plano interno, cortina de humo levantada por propios y ajenos sobre el cáncer que aqueja al presidente Chávez, no puede ocultar la valentía del presidente sin refugiarse en la típica cantaleta del dolor buscando que la tristeza del pueblo se convierta en un elemento político utilizado para sostener su popularidad o para la búsqueda de votos, factor que ni el presidente Chávez ni ningún revolucionario utilizaría por indigno, las obras públicas, el crecimiento de la población con las misiones encausaron la ideología chavista, (a pesar de no ser chavista si socialista) reconozco el enorme mérito del Sr Presidente Chávez en Venezuela y Latinoamérica, impulsando el cambio y la integración, así que, esa cortina de humo que sale desde el interior de su círculo más cercano no le hace bien ni al proceso ni al presidente.
El presidente Chávez no necesita del cáncer para la solidaridad popular, por 12 años conserva entre un 50 a un 60% la aceptación popular a su gestión, por su liderazgo, carisma, don de gentes y capacidad para dirigir desde la presidencia un país difícil de gobernar desde los tiempos del Libertador Simón Bolívar hasta los tiempos presentes, situación que se agrava mucho más por la sed de petróleo del mundo desarrollado.
Desde la cirugía el 10 de junio del 2011 y el posterior reconocimiento el 30 del mismo mes del cáncer por parte del presidente, el tumor es manejado por quienes lo rodean con declaraciones de humo cuando el cáncer es un testimonio silencioso y acusador de que hay oportunistas sin reparos quienes anticipan su condena en este año electoral. Es una radical información que el cáncer presidencial al interior del ejecutivo desata pugnas o pensamientos primarios y perversos por la sucesión tal como le ocurrió a Bolívar.
Ni Elías Jaua, Diosdado Cabello, Adán Chávez, Nicolás Maduro, Vicente Rangel, ni ningún otro dentro de ese círculo debería ser el sucesor del presidente Chávez, estoy seguro que Chávez en este periodo encausara de otra manera la revolución porque el proceso necesita de una radicalización y eso significa entrar en una transición y la transición a su vez dará nuevos impulsos a las bases, de allí surgirá el candidato o la candidata que impulsara el poder popular del socialismo bolivariano siempre y cuando se lo haga con tiempo, ese el dilema.
Son miles los que han roto los pronósticos cancerígenos ¿por qué Chávez no, si se alimenta del amor del pueblo? En todo caso está claro que, con Chávez o sin Chávez, Washington no pondrá otra vez su candidato en Miraflores, Capriles esperanzado en el cáncer de Chávez, por su mediocridad no tiene de donde más agarrarse por su incapacidad de triunfo, es un fracaso equiparable al de su ofrecimiento de inventar un nuevo Estado sin tener con que porque ya todo está inventado en las ciencias políticas, lo único que se requería, la revolución bolivariana lo hace con una redistribución de los ingresos del país para todo el pueblo no solo para la oligarquía.
rcpuma061@yahoo.com
