Las Oligarquías locales celebran el bicentenario del inicio de la incorporación de nuestra América al capitalismo internacional. En tal sentido, las ideas de la Ilustración sentaron las bases para esa ruptura con el sistema económico mercantilista esclavista que había caracterizado al coloniaje español.
Mientras los pueblos de nuestra América se desangraban en las guerras sociales generadas por la falta de gobernabilidad producto de la relajación de la fuerza del poder imperial ejercido por la corona española a raíz de la crisis de autoridad generada por la llamada crisis de Bayona (1808 1812) cuando los reyes Borbones cedieron sus derechos a Napoleón.
Las potencias emergentes de las revoluciones burguesas se disputaban la hegemonía en el proceso de las guerras napoleónicas de las cuales surgió la instalación de un nuevo bloque de poder.
La relación de directa dependencia con el capitalismo central industrial de los países latinoamericanos se produce como resultado de la guerra de independencia. Un cambio de dependencia con algunas alteraciones. Los dueños del capital se convirtieron en nuestros acreedores, una nueva forma de dominación económica, más económica para ellos porque se economizarían los altos gastos burocráticos, causa en gran parte de la pérdida del control español sobre sus colonias. Los nuevos acreedores nos obligarían a sostener una economía en función de los intereses metropolitanos. Allí es donde el pensamiento de la Ilustración comienza a competir con las ideas tradicionales de la cristiandad inculcadas durante aquellos 300 años, por la Iglesia católica para justificar la monarquía, mercantilista, colonialista y esclavista impuesta por el Estado español.
Como es fácil apreciar, hubo cambios en esa independencia, pero solo superficialmente se alteró la relación de dominación – liberación porque seguía predominando la dependencia en renovadas condiciones y con la entrada de nuevos actores en la escena.
Si entendemos que nuestra América es la hija de padre español y madre indígena, de lo extraño y lo autóctono. Al entender esta contradicción, podemos apreciar que también subyace en nuestra historia hasta el presente.
La historia colonial fue escrita bajo la perspectiva de justificar la relación de dominio colonial sobre la indianidad y los esclavizados traídos de África. De igual manera los criollos posteriores cultivaron una historia semejante, para justificar su posición como clase dominante.
Si tenemos clara la idea que precede, podemos entender porqué tanta fiesta por una independencia incompleta y la esperanza utópica de la independencia integral.
erivem@googlemail.com
Fuente: http://lectorbiblio.blogspot.com/