Los aturdidos

El maestro argentino Enrique Cadícamo escribe el tango “Los mareados”, canta: “el alcohol nos ha embriagado... / ¡Qué importa que se rían  / y nos llamen los mareados!/. Algunos graciosamente se reconocen en la letra y les queda bien, lo grave es cuando uno lee sus textos en cuya genealogía es difícil no oler cuando menos un remoto espíritu etílico.

A los políticos que se oponen en franca e inteligente pelea al gobierno se debe respeto, en fin son pocos y poco afectan. Pero cómo convivir con aquellos que sueñan con instituir, algo así, como un Tribunal de la Justa Venganza, que se erija para llevarnos al cadalso a quienes estamos en la acera de enfrente; sus actos los gradúan en el día a día, como maestros del error, licenciados en desvergüenza, bachilleres en la ciencia de la mentira, catedráticos en payasería, doctores en los vicios de la venta de su alma al mejor postor.

Son protodiablos de la necedad, capaces de escribir, no sé en cual estado de incordura, que los a llevado al extremo inaudito de desarrollar una energúmena tesis cuyo  epilogo es solicitar que el Presidente, según su enratonada lógica renuncie.

La descocada saga que reseñamos demuestran una amarga, triste y quejosa actitud por su pobre contenido y destino político. A los jóvenes que la siguen, si es que no les provocó risa, quiero recordarles, tengan cuidado: el whisky es amigo del sabio y enemigo mortal del despechado; mas patológico aún, si se trata de un ex candidato presidencial ahora en fase de climaterio y agotamiento de sus andrógenos. Beber, aunque apunta a la barriga termina explotando contra la cabeza. Sepan aprovecharse de los malos modelos, para no seguirlos y de los buenos para imitarlos.

Menos mal que estos eruditos y desolados políticos, van en camino de retirarse a la paz de los desiertos o como apunta el Tango que celebramos: “hoy vas a entrar a mi pasado”. 

Entre la diatriba y la furia prefiero el vino que los golpes, si son de Estado menos. 

Pero esta semana ha sido rica a la hora de escuchar a otros que también se muestran mareados y hasta atolondrados, a la hora de exponer teorías salpicadas de delirio. El es caso de alguien que otrora, fuese mentor y animador a la hora de enviar jóvenes a la muerte en la guerrilla, aunque él mismo jamás las visitara y como en el caso anterior también fue, para colmo de nuestra historia política, varias veces candidato, siempre perdedor en elecciones presidenciales.  

Este se encuentra, por los momentos,  dedicado a tejer una tormentosa e improductiva cadena de intrigas golpistas, desde las cuales deberá, con el favor de dios y la gracia monetaria de la embajada, o un golpe, o lograr un onírico milagro: tener candidato unitario. Opereta que debe resulta tan falaz como inane para la competencia del dosmil doce (2012). Mientras tanto nos hace reir en la tele y allí suelta con excitación feraz, disparates, en palabrería cuya incontinencia barroca, malahablada  y agresiva monta una ficción sobre un mal sueño que ha debido tener por el exceso de alguna dislocada hormona que lo hace ficción dependiente.

Alli nos apostilla una historia cuyo origen esta cerca de aquellos cuentos de las Mil y una trasnochada, adonde mezcla historias, que alguien le contó o sugirió, mito, adonde el Estado Mayor Conjunto, el Almirantazgo y todas instancias superiores de la fuerzas armadas venezolano esta preparando un auto golpe en el caso de que Chávez pierda las elecciones del 2012, peor aún, aún ganando, se darían el asalto al poder. Como responder a la fantasías y cuentos a lo Hansel y Gretel, con abuelita y lobo, qué en forma de “propuesta política” nos quiere contrabandear. ,

En fin, que parece que la fiebre guarimbera los atacó de nuevo, ¿será motivada por los resultados expuestos en algunas encuestas sobre la popularidad del zambo?, que se alborotaron los parlachines y cotorreros de oficio a punto de llevarlos al delirio y desmesura rayana animada por los efectos de algún enervante. 

La coda al tango de Cadícamo será: “Vino y valentía, /todo emborracha;/ más me atengo a las copas / que a las espadas”. “Haya paz en las espadas / (dicen), pues guerra nos sobra /  en las plumas de escribanos, / malas aves españolas.» Francisco Quevedo. 
 

 

tuliomon@gmail.com



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Tulio Monsalve


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