Locura sin fin y soberbia

En el Zohar se dice que cuando el hombre no se conoce y no sabe de lo que es capaz, se causa soberbia y va a la ruina. Los soberbios no les preocupa si se conocen o no, pues en ellos lo que se instala es locura. Y construyen su peor enemigo es el prójimo, lo grave es que quien esto practica en nuestra Republica viene de haber sido formado en los dogmas de la iglesia, de allí su natural y estrecho vinculo con la derecha. Fracción de la politica que hoy a falta de ingenio y estrategia confía su ambición de poder o al destino o la perversión de una enfermedad o sencillamente en que el creador haga el milagro esperado de eliminar a su oponente político y así salir de esta racha de derrotas electorales tras doce años de fracasos que son antesala segura de su próximo y treceavo descalabro.

Este impostura los lleva a creer que su soberbia no es pecado, por cuanto hasta el mismo Primado de la Iglesia lo invoca en su púlpito como salida, creo, que despreciando esta máxima: “no hay pecado sin soberbia, ni soberbia a quien le falte un pecado”. Si la caridad se retrata en las virtudes, la soberbia es partera de los pecados y hasta los alimenta de muerte, esa que desde hace dos semanas, ellos diariamente, amanceban, cantan, en telenoticieros, radionotícias, facebook, twitter, blogs,wikis, y peor en todos los medios estampan en miles de notas que emite en sus desfallecientes periódicos, órganos heridos de un terrible y real e irremediable morbo: el 2.0

Sus chismes cargadas de muerte buscan reconciliar extravagantemente lo divino con una absurda manera de ver la política de la derecha, que se extrema al punto de invocar a dios y sus ministros en la tierra para que les solucione su falta de ingenio y escasa posibilidad de llegar a Miraflores, así se les ve caminar rengueando su brutalidad e irrompible sentido cristiano derrotado en mil ineficientes maneras por su Conferencia Episcopal. Tres asuntos a de tener claro el soberbio, su castigo, la locura con que se lo ganó y la irrealidad de su victoria.

Debemos advertir que la soberbia, sobre todo en política, es una de las mas refinadas estupideces que puede adorar un humano.

Pero, ¿como no ser soberbios¿, si hoy celebramos un bicentenario en el cual ellos, por ciento noventa años se mantuvieron en el poder soñando como volver a ser súbditos de un Rey y un Imperio que defender.

tuliom@cantv.net


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1964 veces.



Tulio Monsalve


Visite el perfil de Tulio Monsalve para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Tulio Monsalve

Tulio Monsalve

Más artículos de este autor