Pelones en revolución XV

Siempre seguimos pensando en las cosas que ocurren y en las que dejan de suceder en esta revolución que tiene millones de seguidores hoy día. Ciertas cosas ocurren y son verdaderos pelones como los hemos denominado, pero que pueden y deben ser resueltos.

Si revisamos con cuidado, si pensamos muchas veces las cosas antes de hacerlas y luego las conversamos con serenidad y nos planteamos propuestas diversas, es muy probable que no cometamos pelones tan serios, como el ocurrido recientemente con el programa “Semillas y Senderos”.

Desconocemos los entretelones por los cuales el Canal de Los Ruices determinó su salida del aire, pero ese no es el problema de fondo para quienes escribimos e imaginamos que para una gran audiencia consciente, porque de lo que se trata es de un programa de profundo corte educativo, de una gran fuerza e impacto político y económico.

Esas realidades que no se entienden son las que perjudican notoriamente a la revolución, porque mutilan el mensaje de posibilidades y de progreso futuro que programas como ese llevan a los nacionales de un país.
Una gracia parecida –siempre recordamos- estuvo ocurriendo con el semanario cultural de Venezuela, el impreso TodosAdentro y afortunadamente fue corregida, aunque quien vino apagar el plato roto fue su hermano TV TodosAdentro, al que mutilaron cuando le quitaron media hora.

Con esos programas, valga decir, se educa a las ciudadanas y ciudadanos, y por más que incomode a quienes los mutilan o intentan deshacerse de ellos, en realidad están es perjudicando a la revolución bolivariana, porque esos y otros programas ha sido diseñados con profunda visión política y social y no tienen nada que ver con el mercadeo, con el comercio.

Así las cosas.

Y pongo otro ejemplo de las cosas raras que suceden y que pudieran ser interpretadas como pelones en revolución; Nos referimos al trato que reciben algunas comunidades. Mientras la avenida principal de Maripérez está siendo muy bien reparada y con concreto, algunas calles de La Pastora (Lídice y Manicomio) reciben asfalto (algunos dicen que son barnizadas), que ignoramos si soportarán el embate de las lluvias.

¿Cómo entender este desigual trato y poco revolucionario? ¡Concreto para los sectores de clase media alta y asfalto para parroquias con gente de clase media y hacia abajo!
¿Es el comercio de Maripérez el que paga el concreto? ¿Por qué esa gran diferencia? Las calles de la urb. Obrera Municipal Lídice, que cumplirá 68 años el 24 de diciembre próximo, por ejemplo, son de cuando el general Isaías Medina Angarita; fueron hechas de concreto o de macadán y en algunas partes donde las filtraciones las han deteriorado, reciben un barniz de asfalto. ¿Por qué?
¿Entonces qué fortaleza le damos a la revolución con esas chocantes diferencias, que siguen separando antes que unir? ¿Tierrúos (como dicen los escuálidos) y nobles?
Tales pelones no deberían suceder en esta revolución bolivariana. No es que seamos ingenuos, pero ¿por qué tienen que suceder? ¿Hay alguna razón técnica y sencilla que lo pueda explicar y que los demás podamos?

estacio_conac@yahoo.com


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Pedro Estacio


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