¡Qué vaina, dejarse llevar por el desaliento de irrealidades!

Clase media en negativo

La información comporta un carácter represivo cuando está manipulada y es que se proyecta como la más refinada y sutil forma de violencia. La prensa sedicente tiende a llevar a buena parte de la clase media hacia el aislamiento y la locura; para ello se vale de combinar estímulos persuasivos y estímulos amenazadores, pone énfasis en las expectativas negativas previas, incubadas deliberadamente por ellos. Al mismo tiempo la sedicente prensa, radio y televisión burguesa desaparece del mapa cualquier expectativa positiva que pudiese haber en su cautiva audiencia, con respecto a las realizaciones de la revolución bolivariana. Es así como ellos eliminan y silencian de sus periódicos y de sus emisoras y televisoras, toda noticia acerca del cardiológico infantil, de la alfabetización del preterido pueblo, de toda reivindicación social. El hartazgo de malas noticias que la prensa burguesa vomita como un volcán contra toda la sociedad, ha terminado por descolocar a mucha gente, en especial de la clase media, con respecto a sí mismas y a su entorno más cercano y ha amarrado a ese importante grupo social, a las más negativas y perniciosas consideraciones respecto al porvenir. Vale la pena analizar el porqué la “clase media en negativo” es más vulnerable a la manipulación y al engaño de la prensa embustera, que en contrario, la clase empobrecida. Obviamente no está a mi alcance saber esa verdad porque corresponde a la investigación científico-social. Sería irresponsable dármelas de “sapo rabúo”, yo no soy especulador ni doy empleo, el que especula pero da empleo es otro Guillermo, no yo. Pero, acá en mi ignorancia y para no quedarme en cero, estimo que la diferencia entre dejarse engañar y no dejarse, estriba en los niveles de escolaridad. Sí a mayor nivel de academia se es más bobo y a menor nivel se es más mosca, entonces esa escolaridad, esa academia es basura y habría que tumbarla a martillazos y crear una nueva academia que enseñe a pensar. Sí lo que yo escribo no mueve a la acción revolucionaria a alguien que lea mis garabatos, estos garabatos, es que yo he perdido mi tiempo, así de sencillo porque sólo cargo una idea en mi cabeza: la idea de la revolución. Ahora, sí acaso estas reflexiones sirviesen para abonar en algo el foro político, luego pienso que sí vale la pena exponer las vainas y que alguien las haga suyas para mejorarlas y/o rebatirlas porque, empeorarlas sería cosa de mandrake el magho (la “h” es muda). Por añadidura, no tiene la culpa el mono sino quien le da la hojilla. En conclusión, la ignorancia es lo opuesto al conocimiento. Sí un doctor desconoce su realidad social y, en cambio, un cuasi analfabeta la conoce acertadamente ¿Quién tiene la razón? Hay una realidad social y política en Venezuela, con Hugo Chávez al frente de esa realidad; sí la clase trabajadora se reconoce en ella mayoritariamente; mientras que la clase social y económicamente privilegiada la desconoce, ¿Quién tiene la razón? ¿Por qué se tiene la razón? Pienso que por sí misma, la “clase media en negativo” no saldrá de su marasmo, hay que ir a buscarla, darle la mano como a un ciego y llevarla a la misión milagro para curarla y que pueda empezar a ver su propia realidad. No olvidemos que la clase media es presidiaria de un orgullo patógeno. ¡Qué vaina ¿para qué estamos en el mundo?! oceanoatlanticoguillermo@gmail.com


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Guillermo Guzmán


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