En la Voz de
El Tigre trabajaba un elemento en uno de esos programas que dicen que
la emisora no se hace responsable por lo que diga el locutor pero no
dice que sí le paga para que lo haga. De maneras que, como por
la plata baila el perro, aquel hombre escondido detrás de la cabina
de transmisión en su espacio de mediodía, no tenía otro tema que
la mujer del alcalde. Un día era que la señora se había comprado
una finca con no se cuántos borregos y que todo el mundo se preguntaba
¿de dónde sacó los reales?. Al día siguiente que y que la habían
visto en el Sambil de Margarita con carro del municipio lleno de electrodomésticos.
Al otro, que si ya había comprado los pasajes para pasar navidad en
Aruba….. Fue tanta la cosa, que el día que el alcalde lo esperó
a la salida de la emisora y le dio un solo tatequieto, ni el diario
Antorcha que también le hacía la vida imposible a la autoridad
quiso sacar la nota de prensa reseñando el hecho.
Allá en la
Tacarigua de Margarita también es famoso el caso de un paisano que
atendiendo al llamado del jefe civil, después de haber participado
en una riña callejera, se presentó a la prefectura para escuchar
los insultos de la autoridad quien después de anunciarle todo tipo
de tormentos en caso de que volviera a participar en un “agarre”,
le leyó los costos de las fianzas que debía pagar. “Asina que su
deuda es de 10 pesos por el cipotazo que le dio al hijo de Saturnino,
y sepa usted que Saturno es mi compadre de sacramento y yo de él;
20 pesos porque entre los empujones salió aporreado un menor que tiene
“may” y tiene “pay”” también; y 30 pesos porque sus “Mays”
de ellos dos pasaron toda la noche berreando y no dejaron dormir a nadie
en toda la calle real“. El hombre que no tenía mucha paciencia pero
que se caló todo aquello con calma, le puso los 12 fuertes en
el escritorio y le preguntó. “Y ahora dígame usted, ¿como
cuanto costará un coñazo a un jefe civil?”.
Es que de manera anónima, amparados unos por la autoridad que les da otro y otros por la que se agarran ellos mismos ,se quiere hacer de la opinión un samplegorio; y a todo bochinche hay que darle un
parao a tiempo como el que
le dio el diputado Earle Herrera al diputado Molina en la discusión
de la reforma a la ley Resorte, cuando mientras el diputado Herrera
daba una clase de la necesidad de normar el abuso de los medios electrónicos,
mandó a callar al otro porque ya estaba fastidioso con su llantén.
Pero el parao que le va a
dar la reforma de la Ley Resorte a todos aquellos malhablados que amparados
en el anonimato “escalan, salan y ponen al sol” , a cualquier cristiano
que tenga un tufito distinto al que a ellos les gusta “gueler”,
debería ser extensible a las ofensas de los borrachitos cada vez que
uno les niegue un brindis; porque esa actitud también entra en el grupo
de los anónimos, ya que al día siguiente el ofensor
no solo no se acuerda de lo que hizo sino que encima lo niega y hay
ocasiones en las que hasta se calienta si uno se lo reclama; o en el
mejor de los casos apelan a un articulo de su ley que establece que
“ Borracho no vale”.
Ahora no se
ve tanto pero en los tiempos de carnaval cuando abundaban las fiestas
de disfraces, era mucho el que aprovechaba para, amparado en su anonimato,
meter mano no precisamente en los bolsillos de los mirones y decirle
cuatro vainas a quien se atreviera a reclamarle. Sería bueno de todas
maneras que la reforma previera alguna sanción para este género, no
sea cosa que al ver menguadas sus posibilidades para ofender por medios
electrónicos y aprovechando que están próximos los carnavales, les
de por embojotarse con unos trapos y comenzar a maldecir en nombre del
Rey Momo.
No estaría demás incluir un artículo que sancione a los que cantan en los karioki, sobre todo cuando uno está en una reunión de lo mas divertida libando y conversando hasta que sale un gran carajo por allá con un aparatito de esos y enseguida todas las mujeres se creen Rocío Durcal y los hombres Vicente Fernández unos y Juan Gabriel los mas atrevidos. Yo sé que esto no tiene nada que ver con la Ley Resorte pero bueno en alguna ley hay que ponerlo.
salazarfu@pdvsa.com - Paraguaná