Entiendo que lo que el país exige es paz y trabajo, pero en estos momentos nuestro incipiente proceso de cambios está seriamente amenazado por la reacción que está quemando sus últimos cartuchos, pero no por ello deja de ser peligrosa. Es necesario propinarle una derrota contundente, aplastante, que la obligue a replegarse. No podemos permitir que los medios desinformativos proyecten una realidad virtual falsa el día del inicio del paro (No olvidemos que es indefinido), mostrando calles vacías de gente y negocios cerrados. Queremos que esos medios proyecten la derrota fulminante de las huestes escuálidas, queremos que no se sientan alentados los factores golpistas a continuar con su campaña de desestabilización. Estamos en emergencia.. No podemos emprender una etapa de paz y trabajo, mientras esos sectores desestabilizadores persistan en sus propósitos. Es necesario darles un táte quieto de una vez por todas. Y aprovechar la coyuntura para radicalizar nuestro proceso: Maestro o Profesor que se pliegue al paro, Colegio o Instituto que se pliegue al paro, debe quedar fuera del sistema educativo. Ya Aristóbulo los alertó al respecto. Gerente o empleado de PDVSA que se adhiera al paro o incurra en acciones de sabotaje, debe quedar excluido de por vida de nuestra principal industria. Ya está bueno, compañeros. Bueno es cilantro, pero no tanto. Debemos actuar como lo hizo nuestro Libertador cuando promulgó el decreto de guerra a muerte, o cuando ordenó la pena capital contra Piar. En ambos casos la República estaba amenazada por la anarquía. Eran medidas duras, pero necesarias.
Tenemos que actuar con decisión, porque ellos no vacilarán en destruirnos y acabar con nuestro sueño de redención. Vacilar es perdernos. No es un juego lo que estamos confrontando. Es una amenaza real, que requiere de respuestas proporcionales de nuestra parte. Por tales razones, tenemos que quitarle el oxígeno a la reacción. ¿Cuál es su oxígeno? Los medios de comunicación. Nuestra Democracia Bolivariana tiene derecho a defenderse de los que atentan contra ella. ¿Y cómo podemos hacerlo? Por una parte, neutralizando a los medios golpistas. ¿Cómo? Hay dos maneras de hacerlo: La manera radical, que es la que yo prefiero, la cual consiste en revocarles ipso facto la concesión en el momento en que comiencen a publicitar y darle propaganda al paro, el cual sabemos ocurrirá a partir de las 6 am el día Lunes. La otra medida, menos drástica, pero absolutamente legal, es obligar a los medios a encadenarse con Venezolana de Televisión, cada día que dure el paro, desde las 6 o 7 am hasta las 5 o 6 pm, obligándolos a transmitir la programación especial de VTV para esos días de paro que debe incluir mensajes de los Ministerios, de la Asamblea Nacional, mensajes institucionales de los distintos entes del estado, información sobre los créditos indexados, documentales cómo el Asedio a la Embajada de Cuba, o una cronología de los sucesos del 11, 12 y 13 de abril, o los programas que se realizaron sobre las víctimas del 11A, o las confesiones de Otto Neustaldt, mostrar todos los negocios y empresas que están laborando ese día, etc, etc. Si le quitamos el oxígeno a los golpistas tengan ustedes la seguridad de que el paro fracasará y muy pronto,. Entonces podemos abocarnos y exigirle a nuestro gobierno a que también se aboque a desarrollar los planes de recuperación del país en todos los órdenes. Entonces podremos hablar de paz y trabajo, una vez que se hayan conjurado los peligros que amenazan nuestra Democracia Bolivariana. No incurramos en el error fatal de subestimar al enemigo, el cual tratará de subvertir el orden constitucional con todos los medios a su alcance. Ellos se la están jugando. Nosotros también.
Admito que se debe analizar más a fondo la conveniencia de realizar o no una marcha ese día, en la cual nuestro Presidente se dirija al país. A mí particularmente me gusta la idea de realizar una marcha multitudinaria ese día, como demostración de fuerza y también para desviar el foco de atención del paro hacia la marcha. Pero, si nuestros máximos líderes deciden que no es conveniente realizar dicha marcha, lo acepto disciplinadamente. Pero, definitivamente, es vital, es ineludible, es casi de vida o muerte para nuestro joven proceso que el gobierno le quite el oxígeno del paro y del golpe que trama la oposición. Insisto: Es indispensable quitarles el oxígeno a los golpistas ese día y todos los días que dure el paro. Y ese oxígeno, indiscutiblemente son, sus medios de comunicación radioeléctricos, a los cuales hay que neutralizar a toda costa y la manera de hacerlo, en mi modesta opinión, es cómo he propuesto en este mensaje. ¿Qué creen ustedes?
Si ganamos la batalla de la comunicación, de la información, el triunfo final de nuestra Revolución Bolivariana estará garantizado.
Hasta la victoria final, les envío mi mensaje de aliento y lucha. Si no hay Patria Bolivariana, no hay Patria.