Cuidado con el voto castigo

El reciente resultado electoral en Venezuela, debería servir para que las autoridades sean un poco más sabias y aprender de sus errores (aceptar los errores es de sabios, dicen….), por más que intentemos enfrascarnos en una guerra comunicacional para convencer a nuestros adeptos sobre lo estable y respaldado que podría estar nuestro partido, no podemos esconder las graves deficiencias en CONTROL DE LA GESTIÓN PÚBLICA, las cuales hacen un mayor efecto negativo en la consciencia  del elector  que todos los medios de comunicación escuálidos juntos. Alguien recuerda la frase que dice: el conocimiento nos hará libres, pues uno de los resultados loables, encomiables y reconocibles de las misiones educativas, no es más que haber ido  formando conciencia ciudadana, reconocimiento de derechos y deberes, e indudablemente la adquisición de una opinión critica (ya dejamos de ser borregos), por tanto,  no es suficiente el lanzar múltiples programas sociales que indudablemente tienen un propósito altruista, sino existe un mecanismo efectivo de control que permita que dichos programas sociales satisfagan a sus destinatarios. Al respecto, podemos poder algunos ejemplos cotidianos.

Con el esfuerzo de 10 años de trabajo conseguí  comprar una vivienda propia, con la ayuda del Gobierno del presidente Chávez claro está, (política social acertada), sin embargo, los engorrosos trámites que se deben hacer aunado a la desidia, falta de vocación de servicio de algunos funcionarios públicos y la alta burocracia aún imperante, convierten en un total vía crucis  cualquier intento de hacer efectivo dichas políticas sociales (Un experto en Recursos humanos diría: total incumplimiento de los procesos). No es posible que para conseguir una ficha catastral en el municipio Libertador (requisito indispensable para comprar un inmueble) tengamos que estar en una cola desde las cuatro de la mañana  para recibir uno de los veinte tickets que entregan por día, so pretexto de que no tienen personal, no hay quien firme, etc. La indignación de la gente, ciudadanos o electores (llamados de una u otra forma dependiendo las circunstancias y el contexto) comienza cuando miras una cola de 50 o 60  personas en su mayoría gente de la tercera edad, calarse toda la mañana la cola para que te digan venga dentro de 7 días hábiles, regreses al término del lapso y te digan venga la semana que viene y así sucesivamente por tres meses, eso no tiene otro nombre que desidia, apatía, saboteo al Proceso Revolucionario por decirlo menos, esto sucede con la mayoría de las instituciones que ofrecen algún servicio público. (No todas, me parece que el Seniat, aún se esmera por dar un buen servicio).

Entonces ¿Cómo podemos convencer a la gente que el nuevo modelo político que intentamos afianzar en el país, es eficiente, es conveniente, es necesario, sin caer en antagonismos? El Socialismo del siglo XXI en todos sus procesos debe ser sinónimo de calidad, eficiencia, dedicación y compromiso de todos y cada uno de los funcionarios para con el Pueblo. Si bien nuestros líderes deben seguir exigiendo que se hagan las cosas, deben exigir que también se hagan bien hechas.

Gabriel González
Internacionalista 

aldolim2007@hotmail.com



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