Según expresión consagratoria de Don Mariano Picón Salas "Hay un estilo de Adriani que lo acerca a los tres o cuatro venezolanos que han pensado mejor." Eso es cierto el Dr. Alberto Adriani, quien es posiblemente el venezolano más olvidado de la segunda mitad del siglo XX, y sobre el que menos se ha escrito a pesar que su obra "Labor Venezolanista", constituye lectura indispensable para estudiar, comprender y entender la historia y el pensamiento contemporáneo. ¿Pero quién era Adriani? ¿Dónde y cómo se formó?
La sólida formación intelectual del gran estadista Alberto Adriani Mazzei (Zea, 14-06-1898 / Caracas, 10-08-1936) se la debe a la esmerada educación de su maestro Don Félix Román Duque (La Grita, 28-02-1871 / Zea, 23-05-1942), en el Instituto Santo Tomás de Aquino creado a solicitud y expensas de sus padres en 1911.
Así lo reconoce Adriani en carta enviada desde Londres el 10 de junio de 1926, a Don Félix Román Duque para testimoniar su afecto y expresar su júbilo por la celebración del XV aniversario del Instituto, en la que señala: “Su instituto ha sido para Zea un precioso factor de mejoramiento… La juventud que en los últimos años tanto ha hecho por el adelanto de su Municipio, fue educada allí y recibió de usted lecciones de civismo y la inspiración para la obra patriótica y desinteresada”. Más adelante añade: “Personalmente, tengo para con usted motivos especiales de gratitud. En lo poco que he podido hacer y en la obra que pueda reservarme el porvenir, deberé mucho a los años de adolescencia y de primera juventud, que pasé en su instituto, y que son los que verdaderamente cuentan en la formación moral e intelectual” (el subrayado es mío). Concluye Adriani el agradecimiento a su maestro, afirmando: “Lo bueno que pueda haber en mis ideas y en mi conducta deben mucho a la noble inspiración moral de su enseñanza”. Quizás esto nos recuerde, salvando las distancias, el elogio que Bolívar le hace a su maestro Don Simón Rodríguez desde Pativilca en 1824.
A 112 años de su nacimiento, Zea tenía una deuda moral con el más preclaro de sus hijos, la cual ha quedado saldada en el papel, al establecerse el pasado 23 de abril el Centro de Estudios de la Zedeñidad Dr. Alberto Adriani (CEZAA), cuya misión es la difusión del pensamiento adrianista y el desarrollo de la investigación sobre la localidad. Si verdaderamente este Centro quiere cristalizarse, deberá institucionalizar la Cátedra Obligatoria de Estudios de la Historia de Zea y del Pensamiento del Dr. Alberto Adriani, en los centros de enseñanza, con pocos discursos y mucho trabajo con los niños, jóvenes y adolescentes.
Por su parte, los docentes zedeños deben pensar que son los forjadores del semillero adrianista del mañana. Don Simón Rodríguez sentenció: “Enseñemos y tendremos quien sepa; eduquemos, y tendremos quien haga.”. Corresponde a cada docente reflexionar y tomar conciencia sobre el papel a desempeñar en tiempos de cambios, y no sentirse culpables si uno de sus educandos lo señala por no haberles formado e incentivado en el conocimiento de aquellos hombres que dedicaron su vida al estudio y solución de los problemas fundamentales de Venezuela.
El reto y el compromiso a la vez es emprender la formación de una nueva juventud que aprenda a conocer y difundir la vida y la obra de este insigne venezolano. Al respecto es preciso recordar lo afirmado por Don Mario Briceño Iragorry: "Quizás el mejor homenaje que los hombres de hoy podemos hacer a los hombres de ayer, es traerlos a una nueva vida en la dinámica social. Nada valen sus luminosos retratos en las vistosas galerías. Importa, por el contrario, exprimir de ellos el valor social, su ejemplo útil, su lección digna". El homenaje más digno que le podemos hacer al Dr. Alberto Adriani, es sembrarlo en la mente y el corazón de la juventud para acrecentar su amor por Venezuela y convertirlos, como aseveró Don Arturo Uslar Pietri, en los "nuevos soldados para la admirable aventura que consiste en trocar la propia vida por la faena trágica del destino de un pueblo".
(*) Director del IMUCU Rivas Dávila
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