Las meticulosas hojas de cálculo incautadas durante redadas policiales en la ciudad fronteriza de Arica, en el norte de Chile, compartidas con La Prensa Asociada, sugieren la estructura contable de una corporación multinacional.
ARICA, Chile 29 de julio de 2025 -- Los pandilleros venezolanos anotaron con bolígrafo azul incluso sus compras más pequeñas: 15 dólares por el Uber de un narcotraficante; 9 dólares por café instantáneo durante un turno de vigilancia; 34 dólares por suministros para limpiar lo que los investigadores descubrieron que eran cámaras de tortura, informó Prensa Asociada.com.
Constituyen la documentación más completa hasta la fecha sobre el funcionamiento interno del Tren de Aragua, la notoria organización criminal latinoamericana designada por el presidente Donald Trump como grupo terrorista extranjero.
Una investigación desarrollada durante años por fiscales chilenos en Arica, que resultó en fuertes condenas para 34 personas en marzo —e inspiró otros casos que, a principios de este mes, enviaron a una docena de líderes del Tren de Aragua a prisión por un total de 300 años— contrasta con las deportaciones masivas de presuntos pandilleros ordenadas por Trump.
Mientras los partidarios de Trump celebran las expulsiones, los investigadores ven oportunidades perdidas para reunir pruebas destinadas a desmantelar la red criminal que ha cobrado impulso en la región a medida que aumenta la migración desde Venezuela y se extiende la demanda mundial de cocaína.
“Con el secuestro de personas en las calles por parte de Estados Unidos, están sacando la punta del iceberg”, declaró Daniel Brunner, presidente de la empresa de seguridad Brunner Sierra Group y exagente del FBI. “No están analizando cómo opera el grupo”.
Las mafias transnacionales han alimentado una extraordinaria ola de delincuencia en países otrora pacíficos como Chile y han consolidado su poder en países como Honduras y Perú, infiltrándose en las burocracias estatales, debilitando la capacidad de las fuerzas del orden y poniendo en peligro la estabilidad regional.
Estos nuevos acontecimientos están poniendo a prueba las democracias de toda América Latina.