Gran puja entre la revolución y la contra en los centros de trabajo

Desde antes que ganara la presidencia el comandante Chávez ya los poderosos conspiraban para derrocarlo, por una razón muy sencilla, veían peligrar sus intereses de clase. Los poderosos saben que la historia se mueve por la satisfacción o no de las demandas de los oprimidos. Los poderosos tienen en la clase media un instrumento de sus maquiavelismo aprovechándose de la falta de conciencia del sector. Esto se evidenció en el paro petrolero cuando la famosa nomina mayor de PDVSA causó gran daño al país tratando de sacar al comandante pero gracias a Dios los obreros petroleros sacaron la industria adelante salvando a la nación.

El sabotaje no ha dado tregua, hace un año explotaron Amuay y los obreros petroleros dieron otra muestra de heroísmo.

Eso es conspiración directa y visible, y existe la conspiración encubierta de la derecha endógena, esta se da con el burocratismo, nepotismo, y negligencia de las posiciones jerárquicas, un bello ejemplo se dio en Lácteos Los Andes donde se logró el control obrero, y eso tuvo su lucha, primero la junta directiva de derecha (afirmo que es de derecha por sus acciones) hizo desastres.

En todos los ministerios y entes gubernamentales las posiciones jerárquicas las ocupa la clase media, con el consecuente peligro de que muchos sean componentes de la derecha endogena. Y he tenido que visitar bastante en los últimos meses a la Inspectoría del trabajo y hablando con los camaradas trabajadores de las colas antes de entrar al edificio, me he conseguido que el fondo de todos los casos de la gran cantidad de despidos, acosos, y desmejoras es que los jefes son opositores y los empleados chavistas. Eso viene ocurriendo desde hace tiempo pero desde que murió el comandante por casualidad los mas chavistas de los centros de trabajo están desfilando exponencialmente por los pasillos de la inspectoría del trabajo en su defensa procurando su respectivos amparos y buscando la restitución a su derecho al trabajo sin discriminación.

Esto me ha tocado vivirlo en carne propia porque mis jefes de Telesur pretenden despedirme con una tendenciosa solicitud de calificación de falta, que tiene un infundado motivo, pero en realidad lo que esta de fondo es que no me quieren por chávista y ser secretario de cultura del sindicato SINTRATVSUR.

En una de las elecciones cuando le di la solicitud de permiso para trabajar como testigo del PSUV en un centro de votación a los jefes, estos se volvieron locos y discutieron conmigo queriendo negarme el permiso, estoy seguro que si el permiso hubiese sido para ser testigo por primero justicia me lo hubiesen dado gustosamente.


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Evert Molina


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