Nuestra América y el comunicado N° 48 del FNCGE

El Frente Nacional Contra el Golpe de Estado de la República de Honduras, ha emitido su comunicado No. 48, dirigido a los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, que se reunirán los próximos días en México, con el fin solicitarles el mantenimiento de las medidas de aislamiento que la comunidad internacional acordó en contra de Honduras, a causa del Golpe de Estado al presidente Manuel Zelaya, “…en tanto no se restablezca el orden constitucional democrático y se detengan las violaciones de los derechos humanos”

Lo primero que es necesario decir, es que la solidaridad de los pueblos de Nuestra América con el hermano pueblo hondureño es y seguirá siendo incondicional, más allá, incluso del restablecimiento del “orden constitucional”, por cuanto, fue precisamente ese orden oligárquico-burgués-dependiente, el que impidió y seguirá impidiendo, el avance de los cambios democráticos reclamados por el pueblo, mediante la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que refunde la República, disuelva el viejo Estado oligárquico-neocolonial, amplíe los derechos políticos del pueblo y utilice la riqueza nacional en favor del bienestar y la felicidad del pueblo trabajador y demás capas empobrecidas del pueblo.

En segundo lugar, es necesario que se examine, no solo las condiciones histórico-concretas del pueblo catracho, sino también, las experiencias de las luchas democráticas de los pueblos de Nuestra America en el último siglo, las cuales prueban y confirman que la inercia aislacionista de las dictaduras y las democracias militarizadas, como la aplicada actualmente en Honduras, no solo no determina la desaparición de tales regímenes antipopulares sino que, incluso, pueden favorecer la consolidación de tales gobiernos y el debilitamiento del movimiento democrático, afectado por el cansancio de la lucha, el exilio, prisión y muerte de parte de su vanguardia y, la desactivación popular a causa de la pauperización de sus condiciones de vida.

En tercer lugar, los gobiernos de Nuestra América son un amplio abanico contradictorio de gobiernos que van, desde quienes recuperan el camino histórico de nuestros Libertadores, en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, hasta gobiernos burgueses aliados estratégicos de la hegemonía imperialista de los Estados Unidos, pasando por gobiernos soberanistas, social-burgueses y nacionalistas, algunos con serios problemas económicos, lo que obliga, en el marco del proceso de construcción de la integración y unión de nuestros pueblos, concertar políticas que vinculen visiones tan disímiles pero que favorezcan el propósito de rechazar la reaparición del militarismo y la antidemocracia en Nuestra América.

En cuarto lugar, es esencial a la causa del pueblo de Morazán que los gobiernos democráticos y progresistas de Nuestra América no “pasemos la página” – como lo pretenden el gobierno imperialista de los Estados Unidos – sino que “marquemos la pagina” de las luchas democráticas del pueblo hondureño, acercándonos a su esfuerzo movilizador, reconociendo al Frente Nacional Contra El Golpe de Estado como uno de las expresiones de esa lucha democrática y, protegiendo a la dirigencia social y política, para que puedan sostener las luchas en favor de la democracia, la soberanía y la Justicia Social. Lo contrario, es favorecer los planes de los Estados Unidos y sus aliados de Europa y Nuestra América de monopolizar el espacio interior de Honduras, para financiar y promover la legitimación del gobierno antidemocrático de Lobos..(La burguesia se distancia de sus "cachorros" pero sus negocios son mas importantes que sus escrúpulos)

Y en quinto lugar, esta demostrado, incluso, en la reciente crisis política creada por la dictadura del contrabandista de carros Romeo general Vásquez y su compinche, el mafioso del transporte, Roberto Micheletti, que las acciones diplomáticas no son determinantes para las luchas democráticas de nuestros pueblos, sino que ello dependen del esfuerzo unificado y la claridad política de la dirigencia popular, para combinar acertadamente todas las formas pacíficas de lucha democrática legales y no legales, que amplíen el espacio social y político de la lucha popular y, avance hacia objetivo estratégico de pueblo hondureño: la Asamblea Nacional Constituyente que inicie la construcción de la República Morazanista de Honduras.


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Yoel Pérez Marcano


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