Zelaya nos demostró que los líderes revolucionarios no pueden ser improvisados de la noche a la mañana.
Lo ocurrido con Manuel Zelaya, quien el año pasado era motivo de solidaridades cuando el prácticamente tenía otros planes, es casi un ejemplo de los periodistas que son parte del proceso sin sentir la revolución o, al manos querer ser parte activa del cambio.
Líderes como Lenin, Sandino, Zapata, Castro, el Che, Allende, Chávez, Evo Morales, salen de un proceso histórico acumulado, quieren identificarse con el cambio. Y Tienen que dar la vida cuando es necesario, Zelaya no está preparado para eso, simplemente prefirió volver a sus orígenes burgueses, no sin antes dejarnos una lección. No todos los líderes que dicen ser revolucionarios están preparados para sostener un proceso de cambio.
Los errores y vacios producidos en las políticas revolucionarias, la forma de expresión y las realidades que se han presentado públicamente y que los medios de comunicación acogen y sugieren los golpes como un cambio de piel. Medios corruptos, tenaces, acuciosos, apasionados por tumbar a los regímenes que les dan un parado. La poca moral reside justamente, en que se sitúa en el papel de intermediario día y noche siendo parte de los hechos y no hay que minimizar ese enemigo revolucionario.
Al compañero Castro le toco vivir una austeridad revolucionaria desde Sierra Maestra, y eso es liderar una revolución con todos los costos que eso significa. Le cayó encima el imperio hasta el día de hoy. Por el bloqueo, el camarada Raúl maneja al estado con escasísimos recursos y hasta con sacrificios cuando se derrumbo la ex URSS o llega un huracán.
El compañero Fidel, con el ánimo de cuidarse también, fueron muy pocos los países que visito, solo asistía a las reuniones que podían ser fructíferas y nunca derrocho los escasos recursos que disponía. Nunca tuvo petróleo, hoy los tiene gracias a la solidaridad del pueblo venezolano y del camarada Chávez. Es una gran lección para el Sr. Presidente Chávez, al tratar de que Zelaya sea un revolucionario, solo quedo como un loable gesto y solidaridad para el pueblo hermano de Honduras y para la integración.
Zelaya fue un aprendiz de revolucionario y mal alumno, porque, no sentía en la sangre la revolución, jamás tuvo las raíces de la solidaridad y la necesidad. Convertirlo a revolucionario no bastaba. Tanto escándalo para nada…
Desde el momento que no tuvo los huevos para regresar a su país en el momento oportuno, esa causa se perdió. Abandono a su pueblo, el miedo a morir lo agobio. No pudo apartarse como siempre le gusto vivir, como un burgués.
La lección que nos dejo Manuel Zelaya es saludable para reconstruir el proceso, si el gobierno tiene la consistencia para definir los conflictos de una nueva especie. Que no se trabaje como se lo ha hecho hasta ahora, donde está siempre la posibilidad de un escenario golpista que no queremos enfrentar radicalmente como lo hizo Castro. ¡Que los tiempos cambian! Noticia, la doble moral de la oligarquía aliada al imperio consuma sus intereses sin importarles nada, pasan por encima de todo y de todos. Esa es otra lección del golpe de Honduras, la OEA, Costa Rica, solo dilataron el tiempo con la complicidad de gobiernos amigos, supuestamente amigos. Con ese golpe se graduó Hillary Clinton y Obama. Y, como se ve que les gusto, pues, abrieron la puerta de par en par para futuros golpes en Sudamérica como los están preparando.
Inmediatamente llegaron las bases militares estadounidenses a Colombia y la desestabilización se incremento en Venezuela y Ecuador.
El círculo del Sr. Presidente Chávez debe ampliarse que no solo sea de lealtades personales sino que sea vinculado a la revolución en sí misma. Esto implica, una ampliación del personal de bases en cargos más importantes y con carácter de urgente. Hay que superar ese egoísmo revolucionario y sectarista de su personal mas allegado. Moralmente eso hay que cuestionar, usted mismo lo ha manifestado algunas veces Sr Presidente, entonces resuelva ese asunto a la brevedad posible, porque políticamente se está deteriorando. Desde la seguridad de sus anillos no puede percibir lo que ocurre, así le digan lo contrario.
La estructura política y el mismo proceso requieren que salga de esa esfera influyente y negativa camarada presidente Chávez. Esa, otra lección que nos dejo Manuel Zelaya cuando lo tumbaron, pocos lo acompañaron, otros callaron y otros flasfemaron.
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