Los intolerantes no entendieron nada,
ellos decían “guerra” / yo decía “no gracias”,
amar a la patria que nos exigieron,
si ellos son la patria yo soy extranjero.
Charly García
¿Cuánto le dieron por Colombia señor presidente Álvaro Uribe? Ayer decía usted en un diario que “no quería ser recordado por las nuevas generaciones como alguien que se perpetuó en el poder”.
Usted no se preocupe que así se vaya hoy mismo, nosotros (los que nos fuimos antes), jamás lo vamos a olvidar. La mitad de mi familia, todos jóvenes ellos, la mayoría entre 20 y 30 años, estamos por fuera de su país; nos fuimos, salimos corriendo, despavoridos antes de presenciar lo que usted está haciendo con Colo... con eso, póngale como quiera, cámbiele el nombre.
¿Cómo quiere entonces señor Uribe que lo recordemos los que tenemos que salir a diario de allá?; nosotros los que salimos con la frente agachada a hacer patria en cualquier lugar donde nos den visa, nosotros los que adonde vamos tenemos que bajar la cabeza por el pecado de haber nacido en su país. Bonito legado les dejó a los que vienen, déjeme decirle: ni se espere que Obama le ponga la estrella 51 a su bandera, no se la dieron a Puerto Rico, mucho menos a nosotros que estamos más al sur del norte.
Pienso desde esta distancia cuánto fue que les dieron por Col..., pienso en los campesinos de sus montañas que huyen despavoridos a Bogotá, mientras que los bogotanos huimos a donde podemos, hace un par de años no más los vi corriendo por el Ecuador, relatando la mar de atropellos ante el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados, en pro de una visa, de un carné, de un documento cualquiera para no volver jamás a Co... como se llame, como quiera ponerle. Recuerdo ahora que llevaban en sus ojos viva la muerte que su país les había tatuado, nos había tatuado, viva la tristeza por salir de la patria insana, viva y otras veces como lo escuché traían mutilada parte o partes de su familia, de esto supongo que usted no sabe nada.
Medio mandato con su reelección ha corrido por debajo del puente de Rumichaca, mientras por encima de él los colombianos seguimos cruzando a diario para Ecuador, o con permiso de el Libertador para Venezuela, escapando de usted y su política mutiladora de repartición, eso sí, en espera de que no vaya a hacer con este país como con el vecino del sur y por ganar su guerra fratricida bombardee esta tierra adonde seguimos siendo exportados.
¿Sabe algo señor Uribe? Se le huye tanto en Colombia a la muerte, que cuando miramos hacia atrás, a lo que se le ha huido es a la vida.
En ese país que yo ya no sé si es suyo, o de ellos, pero que tampoco es nuestro, nuestro digo mío y de los que nos fuimos, se nos queda el corazón, pero la infamia la vamos cargando por el mundo. ¿Cómo le vamos a explicar a quien pregunte de aquí en adelante? Yo mismo no me explico, si las 7 bases que abrió en su país son para “luchar contra el narcotráfico”, ¿por qué una de ellas es en Tolemaida a 90 minutos de Bogotá? Debe ser para cuidar a los múltiples turistas que asedian el centro histórico de la capital, norteamericanos y europeos, especialmente suecos que tienen hotel privado, con restaurante privado, con bar privado, al que yo como colombiano no tengo acceso, en mi propia tierra, del que yo como colombiano fui sacado por no cumplir con los mandatos arios de su “seguridad democrática”; a lo mejor las 7 bases que está abriendo usted son para garantizarles a los escandinavos un paraíso donde puedan llegar a descansar y gastar en drogas y adolescentes prostitutas todo cuanto ganan vendiéndonos armas, pero está bien, así el dinero se queda en casa, y de paso las venéreas y la mala fama, la fama de burdel suramericano que gracias a su “seguridad democrática” hemos ganado por el mundo y tanto ostentan los mediáticos informantes que hacen de usted una figura, hablando en nombre suyo, como en nombre de todo el país, como si uno de ellos, (de ustedes) fuéramos todos, o fuera yo, a mi nadie me ha preguntado, pero yo respondo, es lo que desde aquí, ahorita mismo estoy haciendo.
Como van las cosas, los que logren salir por estos días ya no lo harán de Colombia, pues eso se acabó, le propongo que le ponga Neocolonia, como para guardar un poco la musicalidad de su anterior nombre.
Me enteré, señor Uribe de que ahora prohibieron la presentación de Calle 13 en Manizales, ¿y eso a cuento de qué?, ¿se les refinó el gusto?, ¿les va a dar por escuchar a Wagner como hacía el otro führer?, se estará revolcando Mercedes Sosa en su tumba, por lo menos a mí me está recordando una estrofa suya: Qué será del que canta / si no levanta su voz en la tribuna... ahora la PARANOIA de los suyos le tiene miedo hasta a la música; censura a diestra y siniestra por la prensa, la radio, el cine y la televisión, pero eso sí ni por el diablo que toquen o digan algo del joven Juan Esteban Aristizábal, pues él es el niño consentido de R.adio C.asa de N.ariño que va a La Habana con su “concierto por la paz”, que yo sepa, Cuba no está en guerra, tengo, tengo, tengo la conciencia negra, porque negra tengo el alma...
Juan Esteban, ¿por qué no te vas a la Franja de Gaza con tu concierto por la paz, o a Kosovo? Te tengo una mejor misión, aunque por esta de pronto no te den el premio Nobel de paz, (porque además está devaluado, mira no más que ya se lo dieron a Barack), pero bueno el caso es que una paisana tuya, la actriz de cine y televisión y vendedora de rosas Lady María Tavares se está muriendo de cáncer en una cárcel de tu amada Medellín. Lady está sentenciada a 26 años de prisión de los que hasta el momento ha cumplido 7, tienes Juan Esteban 19 de margen para hacerle la caridad.
Qué decepción ver a Colombia eufórica por tanta publicidad, vergüenza debería darles a mis compatriotas creerse amables embajadores, pues si de algo lo somos es no más que de nuestras drogas, y nuestras miserias... A ver si son o somos tan fraternos, ¿por qué no van o vamos a visitar a Lady Tavares, que según dicen los diarios se está muriendo de cáncer?, claro ya entiendo, no van, no vamos porque el cáncer es contagioso.
Uribe nos terminó de vender el país, se desbarató lo que quedaba de Colombia ante los ojos atónitos de la misma, de nosotros quienes la vemos desangrarse vía micro ondas, vía internet, vía correos en los cuales a diario los que se quedan allá se encargan de hacernos perder los deseos de regresar, y por eso desde esta dolorosa distancia seguimos haciendo patria, con los escombros que nos quedan, con los recuerdos que vamos arrastrando por Oslo, por Santiago, por Valencia o Melbourne, haciendo patria entonces con pedazos de pasado, esto es lo que le quedó a mi generación que no te recordará Señor Presidente como alguien que se perpetuó en el poder, poco nos importa a nosotros qué nombre tenga tu negocio, tu holocausto, discúlpeme Presidente la confiancita de andarlo tuteando y usteando a usted y a tu Juan Esteban, pero todo este tema me está confundiendo, lo que sí sé es que nosotros, la verdadera Colombia, la que está por fuera, estamos vivos a pesar de la muerte que tú exportas con los por ejemplo 2.500 paramilitares que tienes radicados en estas tierras. Nosotros la otra Colombia seguimos en Ecuador recorriendo desde Imbabura hasta Esmeraldas, por sierra, costa y andes, ese amable país de Correa con la consigna de no regresar al suyo. Nosotros la verdadera Colombia, no la suya, esa de ahora que se inventó la mejor manera de matarnos: dejarnos con vida. Nosotros los que vivimos como fantasmas recogiendo muertos, y cosechando las tempestades de los vientos negros que usted sembró en Suramérica, seguiremos escapando.
Una última cosa doctor Uribe; debe ser que a mí la PARANOIA me corrompió el cerebro, usted en su infinita sabiduría sabrá disculpar mi absurda preocupación pero quiero saber: ¿Desde cuál sus bases despegará el próximo Enola Gay que tire la siguiente bomba?
larryoldman@gmail.com