Desde principios del siglo XX Venezuela se ha caracterizado por ser una nación donde los mayores ingresos de la economía provienen de la actividad petrolera. Posteriormente con la puesta en marcha de efectivas políticas y mecanismos de recaudación fiscal, esta se convirtió en la segunda fuente generadora de entradas al país, y a la postre, entra en juego el turismo, para convertirse en el tercer generador de divisas para nuestra patria (Por ahora); cambiando, de esta forma, radicalmente el panorama de Venezuela en los últimos años.
Pero para ocupar esta posición privilegiada no sólo hace falta tener los mejores recursos naturales, excelente personal y el mejor producto turístico. Para esto hace falta, igualmente, una verdadera política de estado que planifique e incentive la inversión privada, tanto nacional como foránea y le dé, en definitiva, participación plena a las comunidades para que sean parte productiva en el proceso y de los avances que el turismo implica.
Partiendo de esta premisa, en Venezuela, se le está dando la importancia y el valor que desde hace mucho se le tenía que dar al turismo nacional. Al ser elevado al rango constitucional, esta actividad fue declarada materia de utilidad pública y de interés general, y por tal razón fue incluida en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del año 1.999. El Artículo 310 expresa claramente que “El turismo es una actividad económica de interés nacional, prioritaria para el país en su estrategia de diversificación y desarrollo sustentable. Dentro de las fundamentaciones del régimen socioeconómico previsto en esta Constitución, el Estado dictará las medidas que garanticen su desarrollo. El Estado velará por la creación y fortalecimiento del sector turístico nacional”.
En vista de los cambios que se avecinaban en todos los procesos en el país, a raíz, o como consecuencia directa de la Revolución Bolivariana, se reformó la Ley de Turismo de 1998 y luego la del año 2001. Esta nueva Ley Orgánica (2.005), entró en vigencia para dar continuidad y concatenarse con los planes de Desarrollo de la Nación propuestos desde la presidencia de la República en función de los intereses de la gran mayoría de los venezolanos, quedando claro, de esta forma, hacía donde debían dirigirse los esfuerzos. Luego en 2.008 entró en vigencia el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de la Ley Orgánica de Turismo, quedando derogada la Ley del 2.005.
Este decreto tiene por objeto “promover, organizar y regular la actividad turística, la organización y funcionamiento del Sistema Turístico Nacional, como factor estratégico de diversificación socioeconómica y desarrollo sustentable y sostenible del país, mediante la creación de normas que garanticen la orientación, fomento, desarrollo, coordinación y control de la actividad, estableciendo los mecanismos de concertación, cooperación, asistencia y solidaridad de los órganos y entes de la Administración Pública, instituciones privadas y mixtas de esta actividad, orientados al desarrollo, participación y protagonismo de las comunidades; logrando así una actividad turística basada en los principios de justicia social, equidad, no discriminación, solidaridad, protección del ambiente y productividad. (LOT 2008).
Asimismo, cuando el gobierno venezolano se propuso crear el Ministerio de Turismo (enero de 2005), ahora, Ministerio del Poder Popular para el Turismo (MINTUR), lo hizo con la intención explícita de adaptarse a los nuevos cambios en los paradigmas que en esta materia se estaban dando en el contexto mundial, además, por supuesto, de insertarse a los planes estratégicos del proceso revolucionario de transformación económica y social, iniciado en 1999 y continuado y reforzado con la implementación del Proyecto Nacional Simón Bolívar, que busca, en esencia, perfeccionar y consolidar este desarrollo en el período 2007-2013, afianzando de este modo, la Democracia Participativa y Protagónica, donde se le da el rol principal a las comunidades organizadas y en el cual, la participación popular está siempre presente.
(*) Miembro del Frente de Comunicadores Revolucionarios del estado Mérida
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