Matria tovareña (32)

Alberto Carnevali visto por Carmen Delia Bencomo

Dedicado a Doña Lucila Velázquez, sus memorias deben ser leídas por los venezolanos.

"El fin físico de un hombre de grandes trayectorias, luchas, disciplina y fe como lo fue Alberto Carnevali cierra un capítulo de su vida entregada a una causa noble y de grandes expectativas y realizaciones actuales; pero abre nuevos horizontes a las futuras generaciones que en otros planos luchan por mantener ese sentido democrático que, con su pensamiento escrito en las páginas de nuestra historia, será siempre un camino abierto a sus grandes ideales vigentes hoy y siempre"

Carmen Delia Bencomo

Carmen Delia Bencomo recuerda que siendo una niña de 8 o 9 años vio por primera vez a Alberto Carnevali: "…entre libros y papeles; serio y silencioso", fue con ocasión de visitar a su familia que vivía cerca de su casa, la "casa del héroe" en las adyacencias de la plaza El Llano de Mérida: "…dos de las niñas: la Nena y Margarita, hermanas de Alberto, fueron mis compañeras de tercer grado en el Colegio del Estado" La familia se había avecindado en Mérida procedente de Mucurubá en 1928. No se imaginaba Carmen Delia que esa causalidad marcaría su vida y la militancia política los volvería a rencontrar en circunstancias adversas y comprometedoras.

Por los avatares de la vida en 1940-41 la familia de Carmen Delia siempre errante se muda a Cabimas "…me fui a un campo petrolero donde empecé a enseñar, en una escuela a los hijos de los trabajadores…" y allí conoció a Raúl Fuentes quien era un connotado dirigente y líder sindical encargado de la fundación de AD en el campo de Lagunillas. Por su parte, Alberto Carnevali se había trasladado a Maracaibo a continuar los estudios en la Universidad y a la postre se convirtió en el fundador de Acción Democrática en el Zulia. El noviazgo devino en compromiso y Raúl Fuentes "…le comunicó esta noticia a su amigo y compañero Alberto Carnevali que iba de Maracaibo donde vivía y trabajaba en la Radio Ondas del Lago y periódicos zulianos". Carnevali viajaba constantemente asesorando política y jurídicamente a los sindicatos petroleros mientras redactaba los programas de radio y traducía los cables del Diario Panorama tomados directamente de un radio-receptor. Al enterarse Alberto Carnevali del nombre y que la novia era merideña le solicitó a Raúl Fuentes que lo llevará hasta la casa donde vivía, comprometiéndose en ser el padrino de la boda.

Cuenta Carmen Delia, que este encuentro se hizo frecuente y su casa fue visitada por dirigentes de la talla de: "Luis Vera Gómez, Hermes Coello León, Wilmer González, Juan José Delpino, Arturo Ortega, Ángel Govea…" y de Caracas venían "Rómulo Betancourt, Valmore Rodríguez, Andrés Eloy Blanco y muchos más…"

Fue una época de mucha agitación política, pero "…Alberto siempre estaba atento para recibirlos, dejar oír su voz; encender esperanzas y hasta corazones". De manera vívida perpetúa que: "Era joven, elegante, alto, bien parecido y a sus palabras se unía una franca y agradable sonrisa"(1), sin lugar a dudas un dirigente de condiciones excepcionales que trabajaba entre 14 y 20 horas diarias.

Atrás se quedó el campo con las torres y el oro negro, "los mechurrios que vomitaban los gases de la tierra" del pueblo oscuro descrito en su novela Tiempo de sombra (Mérida, 1977) se vienen a Caracas, nuevos afanes los llaman, en especial Carmen Delia por continuar estudiando. Ahora los amigos ocupan cargos importantes. Alberto Carnevali estaba en el Congreso, pero de pronto la situación del país se torna ensombrecida y los dirigentes de AD tornan unos presos, otros perseguidos o en el exilio y la mayoría escondidos. De nuevo se movían en las sombras con el único objetivo de recobrar la libertad. Nadie se salva y algunos son desaparecidos o asesinados.

Señala Carmen Delia que estando en Caracas viviendo en la "casa de las luces apagadas": "…una noche cerca de las nueve alguien tocó la puerta de mi casa y al abrirla un hombre desconocido con una curita en la frente, un paltó viejo y un sombrero me preguntó por Raúl.

-No esta, le respondí, ¿quién lo busca?

-De parte de Pedro, me respondió. Era la clave del partido.

-¡Ah! ¿le quiere dejar dicho algo?

-Dígale por favor que lo espero donde él sabe.

Cuando le di este mensaje a Raúl, me dijo: ¿Sabes quién era ese hombre? Alberto Carnevali"(2) Iniciaba la dictadura que tanto dolor y sangre causo al país.

En un texto inédito intitulado "También pueblos y casas son personas" Carmen Delia evoca lo difícil de esos días de sobresalto, donde: "Se tenía miedo hasta de amigos y familiares", ellos lo sabían muy bien ya que: Raúl Fuentes "El caballero de la clave cifrada… como bien lo conocía Carnevali" junto a Carmen Delia "…participaron en tareas de riesgoso compromiso clandestino"(3) A tal punto, que el 12 de octubre de 1952 se produce una situación anormal al descubrirse un complot y la Seguridad Nacional (SN) allana varias casas, entre ellas una en San Martín donde identifican entre 20 y 30 personas, todos estaban vestidos de kaki y para deshacerse de los papeles que traían se los encasquetan a "Lidya" seudónimo o nombre clave de doña Isabel Carmona que los guarda en su blusa y bolsillos del pantalón antes de huir para avisarle a Celso Fortoul: "Me comunico con Carmen Delia Bencomo, su contacto, y le digo en clave que le avise a Celso que hemos sido allanados por la SN"(4), así evitaba nuevos allanamientos y prisiones. Isabel Carmona no corrió con suerte y la SN llegó hasta su casa y aunque había logrado cortar los cables del teléfono, igualmente la hicieron presa. Por fortuna al llegar a la sede de la Seguridad Nacional en El Paraíso pudo entrar al baño y echar por el inodoro los papeles que comprometían a sus compañeros de lucha. Allí estaban detenidas más de 30 mujeres de la base de AD que luego fueron a parar a La Modelo y después trasladadas a la Cárcel de Mujeres de San Carlos, estado Guárico, donde protagonizaron una valiente huelga de hambre por 15 días. Finalmente, las soltaron el 26 de diciembre. Eran mujeres hechas de una catadura sin par, que nunca se doblegaron ante los esbirros.

La última vez que Carmen Delia vio a Alberto Carnevali fue "Una tarde que iba con mi hermano (Héctor Bencomo Barrios, para ese entonces capitán) a Coche al detenerse el carro en un pare de la avenida Nueva Granada, desde el automóvil vecino, alguien nos saludó con su mano.

-¿Sabes quién es? Me preguntó mi hermano. Aunque lo reconocí, le dije:

-¿Quién? Desconfiábamos hasta de la familia.

-Alberto Carnevali, y añadió: es lástima que un hombre inteligente y bueno se arriesgue tanto.

-Lucha por algo justo y noble, dije.

-Sí, pero en cualquier momento lo hacen preso o lo matan.

-Muchos lo seguirán, volví a decir.

-Con el mismo destino incierto, me respondió y las palabras llenas de tristes presagios se quedaron en el aire"(5)

Cuenta Carmen Delia que en familia lloraron su muerte, como la lloró todo el pueblo venezolano. Por eso, asumió con sumo gusto el reto que le planteó la "Fundación Raúl Leoni" de escribir su semblanza. Coincidió este encargo con su llegada a la Universidad Popular "Alberto Carnevali" como encargada de cultura y ver que su imagen estaba en un busto, fotografías, libros y su pensamiento político en las aulas. Lamentablemente el proyecto de la Universidad fue desechado por las maquinaciones de un ex gobernador de Mérida y ahora gris candidato a la presidencia, quien complotó para que su presupuesto fuese negado. Esos son los demócratas que tenemos ahora hablan de dictadura. Sinvergüenza que debía jubilarse y darle paso a la juventud.

Para Carmen Delia escribir en junio de 1993 la biografía para la serie Fundadores de Acción Democrática "Alberto Carnevali a través del tiempo", que comprende: 1) Primeros años y perfil personal, 2) El intelectual y el político, 3) Persecución, cárcel y muerte, 4) El recuerdo permanente y 5) una cronología como soporte final, fue una experiencia maravillosa que le permitió "…unir los recuerdos, sus palabras; a releer sus discursos, a entrarme en sus proyectos e ideas y como si su alto espíritu guiará mi mano, ordeno mi pensamiento y comienzo a seguir sus pasos ejemplo de las nuevas generaciones y conocimiento para muchos que ignoraron sus luchas", su objetivo en correspondencia con el encargo de la "Fundación Raúl Leoni" fue dejarnos una lección magistral para crecer ética, conceptual y políticamente con la finalidad de modelar y desarrollar liderazgos para una mayor y mejor democracia. Tarea que sigue inconclusa y mientras no la demos por terminada seguiremos medrando por espacios por y para la libertad.

La valoración múltiple que hace Carmen Delia Bencomo del Dr. Alberto Carnevali es integral, comedida y trascendente, acercándonos su vida, obra y legado desde cada espacio que ocupó. Lo sitúa como un hombre de su tiempo que estuvo a la altura de las circunstancias históricas que le tocó vivir. Para Carmen Delia está claro que Alberto Carnevali dedujo como pocos que: "la actividad política era de gran importancia sobre todo organizando gremios sindicales y ligas agrarias…"(6), además del papel de los periódicos en la masificación de esa labor. Otra de sus grandes aspiraciones era crear una Universidad Popular destinada a la formación de los obreros y campesinos en las corrientes ideológicas, sociales e históricas en boga. Todos los actos de su vida giraron en torno a su acción política y su labor periodística, un binomio insustituible que marcó su proyecto de vida. Fue ajeno a las intromisiones extranjeras: "Ni con ingleses ni con yanquis", pero siempre alejado de la falsa patriotería.

En su novela Tiempo de sombra, Carmen Delia Bencomo sentenció que: "Los pueblos se parecen a los niños: no responden a palabras duras, no reclaman y siguen silenciosos ante el ultraje, ante la ofensa, más un día se levantan contra esas voces, rompen las estatuas y quiebran los cristales con sus puños. Han arrastrado indiferencias, olvido, hambres, muertes", frase válida ayer como hoy.

El camino de lucha trazado por Alberto Carnevali de "Combatir hasta triunfar" y su llamado a la rebelión civil siguen vigentes para quienes soñamos con una Venezuela libre, federal y descentralizada, donde se inviertan las prioridades y las regiones sean las protagonistas de los grandes cambios que debemos y tenemos que asumir.

Néstor Abad Sánchez

La Abadía, mayo 14, 2023

nestorabadsanchez@gmail.com

Notas:

  1. Carmen D., Bencomo: Alberto Carnevali. Serie Fundadores de Acción Democrática auspiciada por la Fundación Nacional de Estudios Políticos Raúl Leoni - Universidad Popular "Alberto Carnevali". Ediciones SG C.A., Caracas, 1993. pp. 11 (corresponden todas las citas anteriores)

  2. Ídem. pp. 11-12

  3. Lucila, Velázquez: Memoria de mis días con Ruiz Pineda y Betancourt, el Che y Fidel. Editorial Random House Mondodari, Grijalbo. Litografía Melvin, Caracas, 2008, p. 66 (corresponden las citas anteriores)

  4. Ídem. p. 91

  5. Ibídem. p. 12

  6. Ídem. p. 15



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