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3 junio 2014 - Venezuela enfrenta una estrategia promovida por algunos sectores que están interesados en tomar el poder político. Para ello buscan dañar la economía, promueven la escasez de productos de primera necesidad y hasta de lubricantes automotores.
El rumor es la principal herramienta de los promotores de esta guerra económica.
Por ejemplo: Luisa llama a María para decirle que al abasto de Manolo llegó la harina de maíz. Cuando ambas van al comercio Manolo, el dueño del abasto les dice: “les recomiendo comprar mayonesa porque me pasaron el dato de que va a escasear. Yo tengo aquí. Aprovechen”.
El pueblo cae en la trampa y así comienza la escasez de otro producto.
Para el economista Luís Salas esta estrategia se puede denominar como la profecía autocumplida.
“Ese mecanismo, en Venezuela se viene utilizando no sólo como arma de conspiración política y para enloquecer a la población, sino además para promover la especulación con fines comerciales y se ha convertido en una estrategia de venta”, refirió.
El psiquiatra Heriberto González añade que la guerra económica ha recurrido al miedo para alcanzar su objetivo.
“El temor a que haya un desabastecimiento generalizado y que no voy a obtener los elementos básicos para vivir es un temor muy grande. No creo que eso tumbe la Revolución, pero si la afecta”, señaló.
Al parecer algunos dueños de abastos y supermercados se prestan a la guerra económica donde el pueblo es el principal afectado y el que debe contribuir para derrotarla.
