La diestra tradición de la familia no se hizo esperar

 Esta notoriedad jamás se deslinda de sus genes, se concibe hereditaria y se prolonga inescrutablemente en el tiempo; cosas de la vida y males de la alta alcurnia. “Por eso hay un camino”………. Se estima la continuidad desde el implante colonial con los abolengos en series sucesivas; vale decir, los apellidos, los bienes, posesiones y posiciones dentro de una sociedad con concepción abrupta a su realidad y al entorno socio-político; su sociología y filosofía quedan estancadas en un solo e único método invariable, su consecución no permite la creación del cambio.

     Los grandes males de la “sociedad” capitalista le pervierte, y a medida que van “evolucionando” se agrava su escasísima moral e inevitablemente se apuntala a la descomposición de todas sus leyes, normas y reglas, que son violadas aun por los de órdenes religiosos; donde siempre hay y ha habido una grandísima componenda de complicidad.

 Juan Carlos Caldera es uno más del montón, una circunstancia del momento que recibió instrucciones muy concisas, algo rutinario y común dentro de su ejercicio político; y, no debemos de dejar de suponer que este incidente transgresivo, no ha de haber sido el primero o único en su especie, ni de él ni de cualquiera de sus miembros de más alto rango partidista, es una cuestión de tradición en sus familias. Una relación que nos da fe de que este acto tiene raíces profundas, nos la deja ver las organizaciones con fines nazistas, en que muchos de ellos participaron como fundadores de las mismas. El candidato de la oposición y su cogollismo descienden de esa estirpe, son prismáticos del envilecimiento, le miran de igual forma y con la misma miopía; su visión imperfecta niega la claridad, razón por la cual, dejan de ser meros políticos.

     Los partidos que fueron tradición durante períodos de contiendas por el poder,  nada diferenciados de las directrices dictatoriales aupadas por las políticas ajenas a la razón nacional y de orden imperial, fueron desplazados por su generación mucho más intrínseca en la corruptela; éstos, educados en países de tradición neoliberal superan la capacidad de nocividad, y por ejemplo es incomparable: “Que se me quemes la manos……” “Les digo que yo no estoy en ese pantano de corrupción.” Y desde luego los Pilatos, que para no quemarse las manos y ampollárselas, se las lavaron con el agua bendita que le facilitaron los grandes jerarcas de la también cómplice religión dominante de la sotana de diversos colores con gran ejecución de tradición alienante. Así se consagró la tradición, hoy antepuesta y contrariada por la pérdida de los privilegios del poder.

     Lo calumnioso, la mentira mediática, la manipulación y otros muchos detalles vergonzosos, son el flagelo que se le auto-revierte a esa rancia sociedad; ella no admite que el pueblo le ha superado y le ha revocado del poder, y ese, es su talón de Aquiles; cómo decirle al pueblo que su planteamiento o proyecto de gobierno son en peor condición y el retorno al: Romulismo, Leonismo, el doble Calderismo, el también doble Perezismo, el Herrerismo torontero, el Lusinchismo, el brevísimo Carmonismo con curas y militares gorilas y con todo y barraganas incluidas y quizás en vez de ellas, unos ellos como parte de los avances y cambios modernísticos.

     Los medios de oposición intentan victimizar y hacer mártir a Juan Carlos Caldera e intimidar con falsas acusaciones y desprovistas de cualquier prueba a los que saltaron del autobús del progreso; le asusta que éstos negocien, se les suelte el yoyo, se vayan de lengua y el fango del pantano de Capriles se trague de cuerpo entero la fragilidad de su concepto.   

     La torpeza de la forma de llevar una política de derecha, su equivocación en lo peor de la escogencia en el candidato, que es parte de la demostración del dominio de la nueva generación, les pone en posición de alta desventaja ante su misma militancia, decepcionada y descontenta, que por lo general opta por castigar con la abstención, ya que le teme mucho al ridículo y se escuda en no participar, para luego no sentir culpabilidad alguna en la derrota o paliza que le propine la izquierda organizada y concientizada. A eso se debe, que la opción de las cúpulas no sea otra que la de la vía inconstitucional e imaginado un Chilenazo no viable en este país por ningún concepto, pero lo testarudo y la sesudez se impone y han llegado al delirio político.

     Juan Carlos Caldera hoy permite le sacrifiquen y se echa acuesta toda la mierda, pero quién garantiza que en una rencilla después de 7-O no se baje del autobús sin vigencia y vomite sus verdades en pro de una línea del nuevo liderazgo derechista; cabría el derecho a la duda, su posibilidad tiene cierto de lógica y en ese mundo el puñal de la traición está en mano derecha y en expectación.  

     Lo pérfido de la tradición familiar se pone en boga, los trapos sucios están en la sala y la visita inhala los olores nauseabundo, dedo presionando nariz asfixia y no se logra la reflexión al respecto, las críticas y las decepciones abrumen, se esfuman las esperanzas, ya muchísimos planean irse al norte y sobre todo los que tienen su rabito e paja, para que no le señale el dedo acusador. Juan Carlos Caldera sabe de mucho, es un hombre muy pesado y no tan solo por su situación sino por lo pesado del contenido que aún no sale a la luz pública, es el niño mimado y de sumo cuidado; tienen dos opciones cuidarle mucho o eliminarle, todo depende del grado de afectación que él pueda originar. Tradición y familia hace estragos en la burguesía.

omarpinto47@gmail.com



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