Escuelas de críticos

Ausencia de tradición de objetividad o tradición de objetividad en las escuelas de críticos. Muchas de estas páginas o blogs, sus directores no están ni más ni menos inspirados por la revolución y mucho menos inmiscuidos en la práctica del proceso de cambio de lo que están los directores capitalistas en Washington.

Pero, con su sabiduría crearon uno de los sistemas más libres hasta el presente, para poder opinar. Aporrea claramente tiene una tradición de apoyo al proceso y al Sr. Presidente Chávez y su objetividad está encaminada hacia allí, manteniéndonos lejos lo mas que se pueda con nuestros artículos de los esgrimidores del poder político con los que hemos establecido nuestra independencia critica, y esa es una tradición que otros blogs no pueden encontrar.

Todas las escuelas de críticos tienen la necesidad de esconder los pecados del gobierno por la presión política del momento. Sin embargo, he visto a dueños de estos alternativos que, emulando la cobardía de algunos directores y coordinadores de antaño lo mismo que ciertos editores, se inclinan bajo la presión. También los hay, quienes, con el coraje saborean el agridulce respeto que pueda ganarse por ser los intrépidos portadores de una de las verdades. Es ahí donde nos situamos con Aporrea.

Con Globovisión vemos lo que William White dijo: “Nada fracasa tan lamentablemente como un medio cobarde”. Seguro se refería por no poder ganar la confianza de la gente. Y, cuando fracasa uno de sus dueños, “no ganan la confianza ni la gratitud de su audiencia”

Cuando nuestros compañeros de Aporrea en medio de una demostración de errores y aciertos del gobierno, de las manifestaciones de la Asamblea, de los desastres del burocratismo y de la corrupción, no le hablan al dueño o coordinador de Aporrea sino al pueblo y audiencia que leen sin intermediarios los artículos de opinión.

La página cometerá errores, pero su cociente de precisión debe ser alto o no podría permanecer por mucho tiempo en el periodismo electrónico.

Después de una fase de oscuridad y de sufrimiento por la dolorosa iniciación, todavía se encuentra semioscura la verdadera revolución cultural, llena de teatro al aire libre y millones de impresos, prestigio para los intelectuales que buscan dominar la carrera por el titulo intelectual y ayudar a establecer el paraíso en la tierra.

La ley y la justicia ¿Qué es lo que practican los abogados? Muchos de ellos no saben que aplicar en la práctica del robo permitido. La revolución impedida por estos hábitos y por el consumismo, no se dice, se sugiere que, tenemos el mismo pueblo de necesitados y ávidos intelectuales inscritos en la escuela crítica, listos para hacer promesas de nuevos planes económicos o culturales a una masa inquieta, fatigada, asqueada porque no llega el cambio.

Orden que se presenta injusto e inmoral cuando se cambian funcionarios que trabajan para el pueblo y con el pueblo para inspirar cambios como Samán. Ahí, el funcionario sube como la espuma por el aprecio del pueblo, pero, parecería ser que a muchos allá arriba no les gusta ese incremento de popularidad. Ya ha pasado otras ocasiones.

La idea hueca de una revolución sin socialismo científico seduce a todos aquellos que la masa llama los nuevos burgueses que se creen anti burgueses porque sin responsabilidad financiera, creen, pueden desligarse del principio de no quebrar y conservar su nueva fortuna pese a la ética y moral revolucionaria que cuestiona esa práctica pública.

Liberados de la moral de doble vía, utilizan una, la cobardía, en su modesta y falsa apariencia, con mucho más tiempo y menos preocupaciones para cultivarse hablando de cultura y socialismo del siglo XXI, tratando de producir una imagen más brillante para desmembrar a la misma masa de la cual partieron. Todavía iletrados, inseguros, necesitados del poder, es lo que les produce la inseguridad, y llenos de angustia quieren acceder de una vez por todas a esa nueva elite olvidando las preocupaciones y ética de la disciplina revolucionaria.

A fuerza todavía de imaginar las otras revoluciones muy superficialmente nos damos cuenta que, la clase enemiga de la clase obrera, del campesino y del mismo pueblo es la burguesía del gobierno, inclinados por lo misma ideología social a tomar partido por el pueblo, aun cuando su intención es vivir como burgueses ricos. Hace falta ser ciego o hecho el pendejo para no darse cuenta de esa actitud.

Se puede poner en la cuenta de la inconsciencia social de la juventud las protestas estudiantiles, la falta de acompañamiento de los obreros y campesinos, pero es difícil creer en la sinceridad de los nuevos burgueses cuando se incrementan los sueldos y desde la presidencia de la asamblea se dice:” son asuntos privados” y la orden del presidente Chávez de reducción de los mega salarios queda en nada mientras el pueblo cada vez que hay un incremento salarial lucha contra la especulación y la inflación.

Marx, en primera fila vería lo que manifestó en su manifiesto:”la verdadera formación de capas sociales” que no son tres, son cuatro: clase pobre, media, alta y nueva. Ciertamente, en este país la nueva clase no salió de la vieja, es una nueva forma de lealtad derivada en parte de la planificación burocratizante, nueva edición de funcionarios burgueses que ya nació, viven bien con un espíritu completamente diferente y provechoso, guardan muy bien de adoptar la seriedad socialista sin dejar de soñar con una vida de lujos mal definida.


rcpuma061@yahoo.com





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Raúl Crespo


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