La disociación psicótica de la oposición o cómo cambiar el nombre para pretender cambiar la realidad

La dirigencia opositora y algunos que, sin ser dirigentes siguen fanáticamente a los primeros en su despeñadero mental, en su grave afectación de la subjetividad en relación con la percepción de la realidad, pretenden con sólo cambiar nombres cambiar realidades. Tal postura los enfrenta a complejas contradicciones, a discursos que se dicen y desdicen de manera incesante. Nombrar a Hugo Chávez como Teniente Coronel supone “crear” una nueva realidad en la cual, negada la primera magistratura, sólo se toma una parte y se hace todo, porque es cierto, Chávez es militar, Teniente Coronel, pero y aquí empiezan a patinar en su demencia, es, sobre todo Presidente, y más que eso, el más votado, un líder internacional y otras cualidades igualmente importantes. Pero, volvamos a la designación Teniente Coronel. Tal designación nombra a Chávez compartiendo la membresía de un grupo constituido por todos los Tenientes Coroneles. Pero sólo hay un Presidente. Además, su discurso es peyorativo, supone para ellos una degradación, en cuanto un Teniente Coronel está por debajo de otros rangos militares; entonces, si Hugo Chávez es un Teniente Coronel, por qué les preocupa tanto lo que diga, ordene, legisle un simple Teniente Coronel. Hay una diferencia abismal entre el hecho de que un amigo me considere culpable de algo o que sea un juez quien lo considere en un juzgado, puesto que el contexto y la envestidura del segundo supone una realidad distinta, sino opuesta a la primera situación que puede terminar en risa o molestia, pero no en cárcel. Así se niega esta oposición, en su insania mental, a decir República Bolivariana de Venezuela, a utilizar la bandera con ocho estrellas, a nombrar la vía alterna, hablar de no renovación de la concesión, repetir hasta la saciedad Ley de Contenidos, y un largo etcétera.

En estos días ejercen el derecho a la libre expresión y a la protesta, pero dicen que protestan porque no hay libertad de expresión (¡!). Se cansan de repetir que viven en un régimen (asociado régimen a dictadura), cosa extraña, que les permite, en no pocos casos, cerrar vías, ofender tanto al Presidente, como a Hugo Chávez y a su familia, mantener medios de comunicación, alcaldes y dirigentes políticos llamando a rebelión, a formar guarimbas, a no pagar impuestos y tantas cosas más.

Pero la realidad también se rebela y cuando sacan su cédula, si han sacado la nueva, porque a eso también se niegan, aparece su rostro, un número único de identificación y República Bolivariana de Venezuela, le sacan fotocopia y, a menos que la tachen vuelve a aparecer. Y, entonces, se dan cuenta que unos estudiantes protestando no son todos los estudiantes, que un porcentaje minoritario que no apoyaba la no renovación en nada se parece al 80%, que negar la existencia de las clases más desfavorecidas no les quita la vida y que la estupidez de Carla Angola de mostrar cartelitos en vez de hablar para protestar por la falta de libertad de expresión en un homenaje al despilfarro del ridículo. Pero no reflexionan mucho, no vaya Ud.a creer, por el contrario, se aplican a montar la mentira informativa y sacarla del país, después, se sientan cómodos y TV Española, por ejemplo, les dice que el país está completamente sublevado. Campanean su 18 años y sonríen y siguen creyendo…


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