Sobre tu carta al Presidente Chávez

Ciudadano Marcel Granier, deja de meter cuentos

Leí la carta pública que le enviaste al “Ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela”. Así mismo lo escribiste. No pude evitar sorprenderme del respeto con el cual te diriges a quien hasta recientemente referías despectivamente como “el teniente-coronel”. Me alegra que vuelvas a tus cabales. Pero, tal vez es demasiado tarde.

Lamento tu situación. Son verdaderamente “difíciles momentos”. Así es la vida. Los errores se pagan. Y más aún los mal intencionados… Espero que sirva para que recapacites.

No confundas más a la gente con argumentos estériles. Si mal no recuerdo, creo que eres abogado. Como tal deberías tener claro que en el área de la radiodifusión no existe nada que se pueda llamar “derecho a operar”. Mucho menos, “derecho a seguir operando”. Tú operas si te dan un permiso. Y si te dan un permiso, eso es una concesión. No un derecho.

Deja de meter cuentos. Es cierto que la libertad de expresión es un derecho que no se negocia. Pero lo que tú estás defendiendo es “el derecho a decir lo que a ti se te venga en gana”. Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

¿Qué lo contrario es autocensura? ¡Ah! ¡El mito de la “autocensura”!

Autocensura tiene una relación muy cercana con la decencia. Sin ella la libertad de expresión no sería lo que es: un derecho. Cualquier persona de mediana inteligencia y con 10% de idea de lo que la palabra decencia significa sabe que sin autocensura la civilización como tal no existiría.

Por ejemplo, de pronto en un arranque de moderación decidiste llamar “Ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela” a quien antes llamabas “teniente-coronel”. Yo por mi parte, también en honor a la cortesía, he evitado referirte como “chulo” o algo parecido.

El Presidente de Venezuela NO pretende “silenciar a sus críticos”. Tu misma carta es prueba de ello. Esa es una crítica contundente en contra del gobierno. Nadie te silenció.

Lo de RCTV no tiene nada que ver con silenciar críticos. Se trata de ponerle un pare al abuso de utilizar un medio de comunicación social con fines exclusivamente políticos. Una cosa es tener una línea editorial. Otra muy diferente es lanzarse por el despeñadero de la mentira y la manipulación con la esperanza de provocar, tarde o temprano, la caída del “régimen”.

No veo por que no creerte esto. Asumamos que es cierto que Lula, Bachelet, Torrijos, Vásquez y Kirchner gobiernan tolerando a sus opositores y que ninguno ha cerrado un medio de comunicación porque le da cabida a quienes piensan distinto.

Pero, dime Marcel, ¿qué crees que pasaría si un medio de comunicación en esos países le diera cabida sistemáticamente a gente que llama abiertamente a la rebelión y que pide la cabeza de los respectivos jefes de estado?

La vaina Marcel es que llamar a rebelión e instigar al odio y a la violencia, no es “pensar” distinto. Por más que yo piense diferente a ti, yo no puedo pasearme por los medios amenazándote y refiriéndote como el Chulo de Bárcenas cada vez que alguien me pregunta mi opinión sobre tus actividades.

Eventualmente te vas a molestar y vas a querer “sacarme del aire” si tienes la oportunidad.

No vengas con sicología barata. La fortaleza de un líder democrático se mide por el tamaño del apoyo popular. Nada que ver con “escuchar” opiniones diferentes. Menos si entre estas “opiniones” se incluye mostrar fotografías virtuales con el único propósito de desacreditar al gobierno.

Eso no es “libertad de pensamiento, información y expresión” y es irracional considerarlo parte esencial de la democracia.

Siempre he pensado que si a ustedes los dejan hablar largo y tendido terminan contradiciendo lo que han dicho en otras ocasiones. ¡Que bueno que reconoces que los resultados de las elecciones fueron legítimos!

Si lo que el Presidente pretende en Venezuela está “en contra del mandato que recibió en las urnas”, entonces eso quiere decir que SI recibió un mandato en las urnas.

Esto deberías compartirlo con tus disociados compañeros de lucha. Por ahí hay muchos que se oponen al Presidente SOLAMENTE por considerarlo ilegítimo.

No olvides que el “control total” de la Asamblea Nacional de parte del gobierno fue culpa de ustedes. ¿Te acuerdas que se negaron a participar en las elecciones con la esperanza de ilegitimar el mandato que inevitablemente sería señalado en las urnas?

Respecto a los medios me parece muy bueno que algunos, por su propia supervivencia, hayan modificado su línea editorial. Con el apoyo que tiene el Presidente es inútil gastar energía en tratar de derrocarlo a como de lugar.

No confunda la cola con la cabeza del perro porque te muerde. De nuevo...

Lo de RCTV es un problema interno de los venezolanos. La opinión de organizaciones y “expertos” internacionales es irrelevante así los medios se empeñen en catalogarlas como titulares de prensa. Por otro lado, el que 80% de los venezolanos estén en contra de la decisión del gobierno no quiere decir que por esta razón estén dispuestos a tumbarlo.

De verdad que si los dejan hablar largo y tendido, las incongruencias salen solas:

“Un buen estadista sabe que la verdadera fuerza no reside en aplastar al adversario, ni en ocultar las verdades o silenciar a los críticos. La verdadera fuerza descansa en la conciliación, en el pluralismo y la tolerancia.”

En base a esto, mi conclusión es que Pedro Carmona no es “un buen estadista”. No sé que pensar de los que lo apoyaron.

Digamos Marcel que la decisión del Presidente es personal. ¿Qué hubieses hecho tú en la misma posición? ¿Te hubieses renovado la concesión? Yo no creo.

Si criticaras al Presidente y a su gobierno de la manera que lo hiciste en tu carta, yo estaría de acuerdo contigo: se estaría cometiendo una injusticia. Pero no.

En todos los años que lleva Hugo Chávez en el poder, solo ahora le muestras el respeto que se merece como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

En los quince cortos párrafos de tu carta, al antiguo “teniente-coronel” lo llamaste “presidente” tres veces, “ciudadano” una vez, “ciudadano presidente” tres veces, “usted” ¡ocho veces! Terminaste tu misiva con un formal y diplomático “respetuosamente”.

Lo siento pero es demasiado tarde.

“Respetuosamente”,

Elio Cequea

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Elio F. Cequea


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