Pensando en revolución, construcción, lealtad, compromisos, censura y autocensura, es bueno recordar que es un error trascendental creer que la lealtades con las personas y no con los principios que ellas encarnan.
En esta realidad globalizada, donde el poder es demasiado vertical y terco, cuando se ostentan los cargo directivos respetar la discrepancia de aquellos que nos acompañan en la construcción de una nueva realidad más justa y equitativa no es una prebenda es uncompromiso, es una obligación que marca el camino.
La participación protagónica, la construcción de un entramado social significativo que genere la fuerza necesaria para alcanzar el nuevo mundo posible, pasa necesariamente por el debate público y colectivo.
De allí que afirmemos que definitivamente hay crítica destructiva, pero debemos estar claros que la censura y sobre todo la autocensura es aún más destructiva.
Es imponderable diferenciar entre aquellos que con su crítica destructiva buscan alejarnos de nuestro hilo histórico y aquellos que con su diversidad nos ayudan a ampliar la comprensión de la compleja realidad.
El conflicto siempre va existir, saber quiénes son los aliados y quienes los adversarios al proceso revolucionario va mucho más allá de negar toda crítica. En un proceso participativo es muy pero muy sospechoso que todo el que cuestiona un procedimiento, una medida sea siempre el malo o el traidor.
Hay que estar alerta, pues: a) Una cosa es prescindir del inoportuno en un momento determinado y otra criminalizar la crítica; b) Una cosa es lavar los trapos sucios en la casa y otra ocultar los errores para poder seguir cometiéndolos; c) Una cosa es molestarse con “un crítico” y otra muy diferente convertir en práctica sistemática, en una política de esta revolución, el “obedece y calla”
Revisemos entonces por qué: a) Con tanta frecuencia los luchadores sociales, los de a pie que defienden un caso concreto en una región del país, en una empresa, en un sector de la población, son considerados delincuentes contratados por la CIA o son “escuálidos encubiertos”; b) En los últimos meses se han cerrado espacios como: La Hojilla @LaHojillaenTV, los papeles de mandinga @MandingaVTV, la columna "Espacio Crítico" de @NicmerEvans, entre otros.
Si se impone el “obedece y calla” nos convertimos en burdos capitalistas donde la participación es siempre en condiciones de “peón”, donde no es posible la construcción colectiva, donde tu visión de mundo no aporta a menos que responda al status quo, donde se sacrifica la condición de sujetos creativos y diverso para perpetuar el sistema, donde la concepción de bienestar colectivo, más temprano que tarde, se convierte en el bienestar del sector que desde “arriba” decide.
Volvemos al inicio, las lealtades y el compromiso es con la revolución, porque creo que ella permite la construcción de otro mundo posible, pero si la censura y la autocensura la transforman en otra versión del capitalismo entonces ya no es revolución.
zaidyfer21@yahoo.es