Carta abierta:

Dr. José Vicente Rangel

Estimado Dr. José Vicente Rangel, buenas:

Por primera vez, ocupo un tiempo de mi vida para escribirle a Usted.

Quiero que sepa, que en la medida de las posibilidades, no dejo de ver su programa televisivo de los días domingos.

Mi ánimo de escribirle, obedece a los CONFIDENCIALES del pasado día domingo, cuando hace mención a los planes que aún existen sobre el magnicidio en la humanidad del Sr. Presidente Hugo Cávez Frías.

Ese hecho, con sólo imaginar que pudiera suceder, preocupa muchísimo y llena de terror a cualquier venezolano que estima y quiera a su país. Sobre todo para personas, que como yo, hemos sido militares y que nos encontramos hoy en día fuera de la institución castrense.

Escuchar en su programa la existencia de esos planes malvados y con consecuencias impensables, por parte de un sector, que se niega a reconocer al sistema democraticamente formado durante años, no es nada fácil.

Pero, deberíamos hacernos ciertas preguntas, del por qué la insistencia de ese tipo de noticias.

He leído el "Blog La Protesta Militar", el cual, usted mencionó en su programa televisivo. En lo personal, lo considero algo de pésima calidad. Sin razonamiento alguno. Sin pensamiento político definido. De bajo nivel intelectual. Lo considero más bién una forma de publicidad, por parte de una persona con interés de tratar de mantener una imagen pública de persona "arrecha con el gobierno".

Por lo tanto y con mucho respeto le informo: considero que ha sido un error, la publicidad dada por Usted a ese "blog", cuando le dedica un espacio de tiempo en su programa del pasado domingo 09 de mayo.

Y esto no lo digo, por lo de la noticia en su clara esencia. Sino, por la publicidad hecha al propio "blog" durante su programa dominical.

En cambio, existen otras cosas que vienen ocurriendo dentro de las FAN y que Usted al parecer no lo ha notado, o simplemente, aún no ha sido informado debidamente.

Me refiero a la injusticia que se viene cometiendo con ciertos oficiales que durante años no se les ha permitido ascender.

No por culpa de Chávez, porque sé que el Sr. Presidente es una persona llena de mucho humanismo; sino, por culpa de ciertos oficiales del Alto Mando Militar que se han arrogado el derecho exclusivo de no permitir el sano desarrollo de los ascensos, tal cual, como lo estipulan las normas, tanto de disciplina militar como de justicia militar. Creando un malestar dentro de la institución con la intención de hacer ver al Presidente como el único responsable.

Nosotros los militares somos formados con un alto pensamiento democrático. Que existan excepciones, por supuesto que los hay; no lo niego. Pero no son todos, mi estimado Dr. José Vicente Rangel.

Y es presisamente eso, lo que me molesta. Estar afuera de las Fuerzas Armadas es lo que me ha permitido observar el todo con mayor claridad.

Sé que el Sr. Presidente, ha hecho alusión de conocer muy bien el seno de las Fuerzas Armadas. Pero creo, que se está quedando corto. Porque no se trata nada más de un aumento en salario y en beneficios sociales y económicos.

Se trata del individuo, de la persona, del militar formado en la escuela, en la academia, del profesional, del militar con estudio, con intelecto, con pensamiento, con ideas.

Se trata del militar que se ha formado un sueño. El militar que se ha proyectado en el futuro a corto, mediano y largo plazo. Y que de repente, por caprichos procidementales; por motivos de venganza; de pase de factura; por no estar conforme con algo que hace daño al colectivo; por verse inculpado en algo que nunca cometió y una vez declarada su inocencia aún lo mantienen en una lista de no ascenso de manera perenne. Una lista plastificada y pegada al escritorio de algún generalucho.

De ese descontento, es al que me refiero. Lo escribo con conocimiento de causa. Vivido y contemplado en lo más cercano de mi humanidad.

He visto con mucha preocupación las recientes bajas de un número considerado de oficiales de todas las fuerzas; muchas de ellas, efectuadas violando toda normativa de legalidad.

Ahora, nuevamente están próximas de ser ejecutadas otras tantas más.

Me pregunto, Dr. José Vicente Rangel:

¿Acaso el Sr. Presidente, no se ha dado cuenta, que le estan dando de baja a muchos oficiales sin que se les permita algún tipo de apelación sobre semejante decision?

¿Usted cree firmemente, que los historiales de esos oficiales han sido estudiado con toda la equidad que un proceso como éste debería tener?

¿Se ha dado cuenta el Sr. Presidente, del daño moral que le está ocasionando a la institución militar y por ente la creación de un gran malestar, casi generalizado?

¿Dónde está el humanismo que tanto dice predicar el Sr. Presidente?

¿Le dirán a la opinión pública que sólo es un proceso rutinario y que la misma está regida por la normativa legal vigente? ¿Será que la opinión pública lo creerá del todo?

Por favor, Dr. Rangel. Me considero un ciudadano que en una oportunidad fuí militar; y que fuí dado de baja de manera injusta hace once (11) años; por el sólo motivo de denunciar actos de corrupción dentro de la FAN, siendo acusado de violar el organo regular y perdiendo mi carrera de manera humillante. Viendo como se salían con la suya los señores de los soles y de las estrellas doradas.

Nunca se me permitió defenderme y mucho menos pude acudir a alguien que me ayudara a efectuar una defensa en contra de la injusticia que se estaba cometiendo en mi persona.

Hoy en día, cuando han transcurrido tantos años, nuevamente he tenido en mis recuerdos la sensación de la injusticia; y que sé, en lo más profundo de mi ser, cómo muchos de esos oficiales, se deben estar sintiendo.

La traición y suciedad que se está ejecutando, dentro de una institución que vió formar a esos oficiales y que les permitió crecer profesionalmente; pero que a la vez, los despide, sin poder acudir a nadie. Porque simplemente... ya no hay nadie.

Con tristeza y con dolor, veo como una institución se adueña de manera descarada del futuro de cientos de familia. Familias que en la distancia, acompañaron a esos oficiales cuando prestaban sus servicios para la nación, para la patria. Pero que ya, esa institución sin reparo alguno, decide quien se queda y quien se va.

Y ahora, serán dados de bajas sin remordimiento alguno por parte de sus inquisidores.

Por lo tanto, porqué no preguntarnos:

¿No hay descontento militar, quién puede negar esto?

"Una institución no evoluciona, cuando sus integrantes no están del todo conforme con las decisiones que se toman en el presente; porque sus integrantes saben muy bien, que en el futuro cercano, esas decisiones pudieran afectarlos a todos por igual".

Saludos..........

(*) Lic.

salazarcu@gmail.com


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