14 de junio de 2025.- El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump ha decidido pausar su campaña de redadas contra migrantes en sectores clave de la economía, tras una creciente ola de protestas y denuncias de violaciones a los derechos humanos. Según adelantó este viernes The New York Times, la decisión responde no solo a preocupaciones electorales, sino también al impacto que la política migratoria ha tenido en la estabilidad social y económica del país.
Según un correo electrónico obtenido por el rotativo, el Ejecutivo ordenó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detener las operaciones en el sector agrícola y hotelero, tras reportes de violaciones sistemáticas de derechos humanos y el creciente rechazo popular. Organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes han señalado que las redadas han generado desplazamientos forzados, separaciones familiares y condiciones de detención inhumanas en los centros de procesamiento.
Protestas masivas logran frenar operativos
Las calles de Los Ángeles han sido el epicentro de la resistencia. Durante más de una semana, miles de personas han salido a manifestarse contra las redadas, exigiendo respeto a los derechos fundamentales de los trabajadores migrantes. La movilización social, acompañada de denuncias de abusos policiales y condiciones laborales precarizadas, ha forzado al Ejecutivo a reconsiderar sus medidas.
Además, el propio Trump ha reconocido que la ofensiva contra los migrantes ha perjudicado al sector agrícola, que depende casi exclusivamente de la mano de obra inmigrante. En estados como California, las batidas han dejado campos sin trabajadores, afectando la producción y el comercio de alimentos, lo que ha generado alarma entre los empresarios. Sectores de la hostelería también han reportado despidos masivos y una caída en la actividad económica.
Impacto electoral y presiones internas
La suspensión de las redadas no es solo una concesión a las protestas. De cara a las legislativas del próximo año, Trump busca evitar una fractura en sus bases, especialmente en los sectores económicos que han sido afectados por la ofensiva migratoria. Las nuevas directrices reflejan un intento por equilibrar su retórica de mano dura con la necesidad de mantener el apoyo de empresarios y votantes clave.
No obstante, defensores de los derechos humanos advierten que la pausa de las redadas podría ser solo temporal y que la persecución contra migrantes continuará en otras formas. La lucha por la protección de los derechos de los trabajadores inmigrantes sigue en el centro del debate político, con organizaciones exigiendo reformas migratorias que garanticen dignidad y seguridad para quienes buscan una vida mejor en EE.UU.